Foto aérea del municipio de Chiva. Foto: Europan EuropeVALÈNCIA. En una época marcada por desastres naturales y la urgencia climática, Europan 17 nace como un certamen de arquitectura que plantea la cuestión de la capacidad regeneradora de los entornos vivos, con una nueva ecología que trata de superar la división entre naturaleza, cultura y antropocentrismo. La Dirección General de Innovación Ecológica en la Construcción de la Generalitat Valenciana ha propuesto entre los territorios que forman parte en el concurso se el municipio de Chiva, que ha contado con dos proyectos premiados: “Breathing Back”, con el primer premio, y “Khams Nazarat, el barranco as commons”, con un segundo puesto.
Chiva, ubicado en la Hoya de Buñol y en las proximidades de la costa Mediterránea, es un municipio de reducido tamaño situado en una región montañosa. El Barranco de Chiva, también denominado como Rambla del Poyo, se extiende a lo largo de 40 kilómetros por la Comunitat Valenciana y desemboca en la Albufera de Valencia. Al atravesar el municipio, divide el casco antiguo de la ciudad en dos. Esta infraestructura posee un gran potencial y consta de un paisaje valioso desde el punto de vista ambiental, agrícola y forestal en el núcleo y su entorno. Sin embargo, esta riqueza contrasta con la percepción de abandono y la baja calidad ecológica y ambiental.
Actualmente, los problemas derivados de la contaminación industrial del agua parecen haber sido resueltos y el flujo constante a través del barranco ha propiciado una recuperación sustancial de la fauna y la flora. No obstante, en un contexto mediterráneo como el presente, las inundaciones representan una amenaza constante que debe ser siempre considerada. Este entorno demanda la comprensión de las dinámicas del agua en distintas escalas, ya que el flujo conecta a Chiva con toda la cuenca vertiente. Asimismo, se requiere la formulación de un ecosistema de ribera coherente con las características climáticas de esta región, caracterizada por caudales variables e intermitentes, que estabilice y naturalice adecuadamente el cauce del barranco, respetando su condición de espacio hidráulico y abierto, sin aumentar su nivel de antropización.
Con el propósito de abordar estos desafíos, se precisa una estrategia para la transformación y activación de espacios, tanto públicos como privados, que revierta la situación actual y oriente la vida local hacia este corredor azul como el elemento principal del espacio público. Este proyecto, de naturaleza compleja y con limitado espacio para la construcción, demanda la integración de diversos criterios debidamente coordinados. A pesar de estos desafíos, los proyectos se han atrevido a enfrentar los problemas mencionados y han sido recompensados por ello.
El proyecto "Breathing Back", diseñado por la arquitecta mallorquina Catalina Salvà junto a los recién egresados Santiago Alberca, de Ontinyent, y Jaume Gil, de Castelló de la Plana, ha sido distinguido en el concurso Europan 17 para la creación de la "Ruta fluvial urbana. La regeneración urbana y natural del Barranco de Chiva".
En este plan se incluye una detallada cartografía que abarca tanto el paisaje urbano como agrícola. Esta cartografía establece una red conectiva entre elementos de valor patrimonial hidráulico y señala oportunidades en pequeños espacios para mejorar la dinámica hídrica y construir áreas públicas. La propuesta contempla conexiones a ambos lados del cauce y tres nodos principales para la incorporación de nuevas construcciones y programas que fortalezcan los valores productivos y culturales de este entorno.
Este proyecto arquitectónico aborda la conceptualización del lecho del barranco como un espacio de oportunidad para revitalizar el municipio de Chiva y facilitar la integración de su trama urbana y la interacción social. Todo ello promueve la reflexión sobre el valor hidráulico, cultural, natural y etnológico de este tipo de infraestructuras y su capacidad como eje vertebrador.
En el proyecto ha marcado como uno de sus objetivos integrar los episodios de inundación con la propuesta de parque y así reducir el impacto sobre la ciudad. Asimismo, se ha trabajado a través de varias estrategias para mejorar la calidad ambiental de los hábitats del curso de agua.
Según la valoración del jurado, esta propuesta destaca por su enfoque "holístico, equilibrado, detallado e integral". Asimismo, se subraya cómo el análisis y la recuperación de la dinámica ecosistémica a diversas escalas se integran con la activación y preservación del paisaje agrícola y urbano, así como la valorización del patrimonio hidráulico histórico, resultando apropiado para este contexto.
La propuesta "Khams Nazarat, el barranco as commons", presentada por el arquitecto valenciano Daniel Dent Murgui y el geógrafo Antonio Martínez Recolons, se basa en una metodología denominada "las cinco miradas", que busca abordar las problemáticas planteadas en Chiva. La primera problemática se centra en la creación de plataformas integradoras e incrementales para comprender el barranco de Chiva en su totalidad y planificar un futuro sostenible y participativo tanto para el cauce como para el territorio circundante. La segunda problemática aborda cómo ensamblar, decidir y priorizar las diversas transformaciones espaciales dentro de este sistema integrador.
Simulación del barranco previo a la propuesta
Simulación del barranco con la propuesta integradaEl resultado es un sistema basado en "diferentes formas de mirar el territorio", donde la mirada se entiende como una síntesis de la participación, cuidado, protección, gestión y compartición del territorio, tal y como han señalado los propios autores. Se identifican hasta cinco miradas, cada una con su propia agencia: la cotidiana, cultural, productiva, hídrica y ecosistémica. Entre las estrategias de intervención propuestas, se destaca la transformación del Armajal aguas arriba como un parque agrario fluvial, la continuidad del corredor ecosocial inundable en el sentido longitudinal y la declaración como Paraje Natural Municipal con función recreativa de la zona de los charcos Gabacho y Cañete, aguas abajo.
En la valoración del jurado, se resalta el valor e interés de esta propuesta, especialmente su plan director como herramienta de gestión que agrupa diversas estrategias con distintos escenarios temporales. Se destaca la búsqueda de una transformación gradual que atiende a múltiples criterios. La propuesta también identifica con éxito el potencial del área final para su transformación en un parque con un programa de disfrute del paisaje vinculado al agua. El jurado elogia la respuesta contenida con respecto a posibles nuevas construcciones o modificaciones, considerándola un enfoque consciente e inteligente.
De la misma forma, se han concedido dos menciones especiales, una al proyecto “Bringing back sinergias” de Silvia Montesdeoca, José Carlos Ramírez, Javier Herrera y Andrea Díaz y la colaboración de los arquitectos paisajísticos Miranda Inman y Javier Rubio; y otra a “Whispers of water”, del arquitecto madrileño Jorge Fernández Carrillo.
La primera de las propuestas ha sido reconocido como mención honorífica debido a su completa integración de los diversos aspectos necesarios para este caso, reflejados de manera precisa en la documentación gráfica presentada. El jurado ha elogiado especialmente la integración de la transformación del canal no solo como espacio público, sino también en el tejido urbano. A pesar de considerar la restauración del ecosistema del barranco y la transformación de El Amarjal en un parque inundable, se ha señalado que la propuesta incluye la construcción de una gran plaza sobre el cauce del río en el centro de Chiva, lo que, según el jurado, podría dificultar el desempeño ecosistémico de este tramo.
En cuanto al segundo proyecto, titulado “El susurro del agua" y desarrollado por el arquitecto madrileño Jorge Fernández Carrillo, se centra principalmente en el diseño urbanístico y la conexión entre ambas márgenes. Además, incluye la construcción de un sendero fluvial que discurre por nuevas pasarelas dentro del cauce en diferentes tramos. El jurado ha valorado positivamente este análisis, destacando la viabilidad y sensibilidad hacia la escala y grado de intervención y la han considerado “coherente con el contexto”.
Europan es un concurso bienal de ideas urbanas dirigido a arquitectos y arquitectas de toda Europa menores de 40 años, que tiene como objetivo profundizar en el conocimiento y la investigación en el campo del hábitat y del urbanismo. Se celebra desde 1989 y es uno de los premios de arquitectura más prestigiosos del panorama emergente.
En la edición Europan 17, se presentaron un total de 815 proyectos distribuidos en 51 ubicaciones en Europa, abarcando 12 países. El jurado evaluó y seleccionó a 158 equipos, de los cuales 49 fueron designados como ganadores, con un premio de 12.000 euros cada uno. Además, se nombraron 52 finalistas, quienes fueron reconocidos con un premio de 6.000 euros cada uno, junto con la concesión de 57 menciones especiales como premio honorífico.
Los resultados de la edición anterior, centrada en el tema "Ciudades Vivas: Metabolismos e inclusividad", confirmaron en su mayoría un cambio profundo en los enfoques de planificación en el contexto actual de transición ecológica. Este cambio representa una transformación radical en la manera de concebir y proyectar tanto la ciudad como la arquitectura. Con el propósito de profundizar en los contenidos y métodos de los proyectos, Europan 17 se adentra en el tema de la convocatoria anterior, buscando explorar aún más las dimensiones planteadas en dicho tema.
En anteriores ediciones municipios como Alzira y Oliva fueron objeto de estudio en el certamen y como consecuencia se elaboraron el Plan Director dels Rajolars d’Oliva o la intervención en el Torretxó.
