TORREVIEJA. No cogió a nadie por sorpresa que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, procediera de manera formal a la tramitación del Departamento de Salud de Torrevieja. Lo venía comunicado desde meses e incluso años atrás. En los meses previos al anuncio oficial, tanto PP y Cs pasaron por el hospital para escenificar su apoyo a la empresa y mostrar el rechazo a la reversión. Desde que trasladó a la concesionaria la decisión de no prorrogar el contrato de gestión hasta los episodios de estos días de saturación del servicio de Urgencias han transcurrido trece meses y medio. Ese tiempo, en plena pandemia, lo protagonizaron los cruces de acusaciones entre concesionaria y administración, la judicialización del proceso y problemas con la plantilla. Así son todos los acontecimientos más relevantes que han ido marcando desde el anuncio de la reversión hasta el día de hoy.
El 14 de octubre de 2020, la Conselleria de Sanidad notificó a la concesionaria, Ribera Salud, las normas de reversión. Lo hizo en el último momento. Según el contrato, en caso de no prorrogar la concesión, la administración debía hacerlo como muy tarde un año antes, esto es, el 15 de octubre. En esas normas de reversión se indicaba que la mercantil debía facilitar toda la información en cuanto a personal, infraestructuras y material para llevar a cabo los preparativos de cara a una reversión sin que se produjera ningún impacto ni en los pacientes ni en la plantilla.
Un mes después de recibir la notificación, el 13 de noviembre de 2020, la concesionaria interpone un recurso potestativo de reposición contra la comunicación de las normas de reversión, y solicitó la suspensión de la ejecución de las normas. Casi un mes más tarde, el 11 de diciembre, se desestima.
Seis días después, el 17 de diciembre, la concesionaria interpone un recurso contencioso-administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) contra la desestimación anterior alegando silencio administrativo. El tribunal, en un auto del 22 de febrero de 2021, estima parcialmente el recurso, concediéndole una prórroga hasta el 31 de marzo. Transcurre ese plazo, y el 13 y 19 de mayo la concesionaria presenta escritos al TSJCV que desestima en un auto del 26 de mayo.
Mientras tanto, por otro lado, en abril, Barceló anunció que el modelo para gestionar el Departamento tras la reversión sería a través de una empresa pública. Sindicatos y sus socios de gobierno del Botànic se posicionan rotundamente en contra de esta decisión y ven como única opción la subrogación. En junio, la consellera recula y decide que el personal pasará a ser gestionado directamente por la conselleria.
La concesionaria vuelve a los tribunales e interpone un recurso contra el auto anterior de 26 de mayo, el cual resulta desestimado por el TSJCV el 11 de junio. Frente a este último auto, la mercantil también lo recurre interponiendo un recurso de amparo solicitando la medida cautelar para la suspensión de las normas de reversión. El 23 de septiembre en un nuevo auto, la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJCV deniega la medida cautelar de suspensión de la reversión solicitada por la empresa. A partir de ese momento empieza a atender los requerimientos de información solicitados por la conselleria. No obstante interpone un nuevo recurso que es desestimado el propio 15 de octubre, horas antes de ejecutarse la reversión. El TSJCV avaló hasta en seis ocasiones el proceso de reversión
El 8 de septiembre de este año, Ribera Salud recibió un escrito de la conselleria en el que le exigía que denunciara el convenio firmado con el comité ya que de no hacerlo antes del día 30 se prorrogaría de forma automática. Esto implicaba un incremento retributivo de hasta el 5% para todas las categorías profesionales del Departamento. Esto provocaría, según esgrimió Sanidad, “un grave daño a la administración”. Advirtió a la concesionaria que de no hacerlo le consideraría responsable directa y única de los daños y perjuicios ocasionados y “se adoptarían las medidas oportunas para obtener el adecuado resarcimiento”.
En esos días se instaló un equipo de trabajo permanente en Torrevieja formado por la directora general de Recursos Humanos, Carmen López, su homóloga de Asistencia Sanitaria, Mariam García, la Unidad del Comisionado, estando al frente José Pérez, y la recién nombrada futura gerente del Departamento. El resto del equipo estaba formado por personal de perfil técnico y especialistas principalmente en sistemas informáticos. Primero se instalaron en un hotel y luego pasaron a unas oficinas del polígono de Torrevieja.
Tres semanas después, al ver que la mercantil no accedía a la petición, Sanidad denunció el convenio sin ser parte de él. Sin embargo, en el último momento, el día 30 de septiembre, el grupo Ribera asume el requerimiento y denuncia el convenio.
Ese mismo día finalizaron contratos temporales de unos 200 sanitarios que cubrían bajas, hacían refuerzos en general y los contratados por la covid. La mercantil decidió no mantener a estos sanitarios hasta el último día de su gestión –restaban 15 días- dejando bajo mínimos muchas áreas, como el servicio de Urgencias. También se cerró una planta de cirugía, 30 camas de hospitalización, tres de UCI y diez de maternidad.
A una semana de la reversión, con la aprobación del Decreto 164/2021 de 8 de octubre el Consell regula las condiciones laborales del personal de Torrevieja y la Conselleria de Sanidad consigna un máximo de 1.888 puestos de trabajo que conformaría el Departamento de Salud de Torrevieja.
A las doce de la noche del 16 de octubre, la secretaria autonómica de Eficiencia Energética y Tecnología Sanitaria, Concha Andrés firmaba con el que hasta ese momento era el gerente del Departamento de Salud de Torrevieja y director de Operaciones del Grupo Ribera, José David Zafrilla el acta de entrega de los servicios y bienes del Departamento de Salud de Torrevieja. Un día antes, Zafrilla hacía balance de los 15 años de la empresa como concesionaria señalando que “Ribera entregaba el mejor Departamento de toda la Comunidad”.
La conselleria de Sanidad subrogó a 1.079 sanitarios como personal laboral a extinguir a los que se unieron 71 trabajadores estatutarios. En los primeros días de la reversión se contrató a través de la bolsa de empleo y muchos con una vacante a 214 sanitarios. Se incorporaron a cuatro nuevos médicos especialistas de los servicios de cirugía ortopédica y traumatología, cirugía general, cardiología, pediatría y oftalmología.
Sanidad ha denunciado que se encontró con un servicio deficitario. De los 36 enfermeros y enfermeras se ha pasado a 49, y de 22 a 30 técnicos auxiliares. Sanidad ha culpado a la que fuera concesionaria de que no entregar la documentación en el momento indicado ha dificultado y entorpecido que los primeros compases de la reversión se desarrollaran de la mejor forma.
En el momento de la reversión, Sanidad se encontró con unos 60 médicos en todo el Departamento que carecían de la especialidad vía MIR. Unas semanas después de la reversión la conselleria les trasladó que solo serían subrogados de forma “temporal y excepcional”. Muchos sumaban casi 15 años en el hospital. Además, en el momento en el que un facultativo con especialidad solicitara una de esas plazas o alguien se inscribiera en la bolsa de empleo, serían cesados y reemplazados.
Sanidad se ha enfrentado a la dicotomía de un escenario donde hay una gran carencia de médicos y el cumplimiento de la normativa. Esta permite la contratación de facultativos sin especialidad pero ante una situación excepcional y con carácter temporal, nunca como personal fijo.
La decisión de no subrogar a los facultativos afectados con carácter fijo ha provocado que hasta una decena hayan rescindido su contrato. Esto ha desembocado en falta de personal en el área de Urgencias provocando situaciones como la de la semana pasada. El servicio se saturó. Dos médicos, 36 pacientes pendientes de hospitalización, otra treintena en observación y una sala de espera llena. Hasta 16 horas esperaron algunos pacientes para ser atendidos.
Los sindicatos también han denunciado falta de organización, un incorrecto dimensionado de la plantilla y falta de personal en otras áreas lo que ha provocado un mal funcionamiento de los circuitos. Por su parte, gerencia aseguró que la situación del servicio de Urgencias responde a la falta de profesionales tras renunciar a sus contratos. Debido a esta circunstancia, el Director Médico del hospital se hizo cargo de manera presencial del servicio de urgencias, contando con el apoyo directo de especialistas de los servicios de cirugía ortopédica y traumatología, cirugía general, cardiología y oftalmología.
En un comunicado, gerencia ha asegurado que el funcionamiento del servicio de urgencias fue el adecuado desde el pasado jueves, “prestando la asistencia urgente y consiguiendo restablecer la normalidad de los tiempos de respuesta”.