VALÈNCIA. Cuestiones laborales o personales. El motivo se repite a la hora de justificar o explicar la renuncia de cargos electos a sus puestos. También se suele reproducir el hecho de que quienes adoptan esta decisión no hayan conseguido el reto que se propusieron al presentarse: formar parte del equipo de gobierno o dirigir la alcaldía de sus municipios.
El último en incorporarse a este listado de concejales dimitidos ha sido Vicente Valverde, cabeza de lista del Partido Popular en Moncada. Fue escogido tras un complicado y polémico proceso que alargó su nombramiento dentro de una agrupación local del PP fraccionada.
No ganó las elecciones, aunque se quedó a un edil de empatar con la candidatura más votada, la del PSPV. Superados cuatro meses desde la configuración del nuevo consistorio ha decidido retirarse de la vida pública. "Por incompatibilidad laboral lamento informar a todos los que me han apoyado todo este tiempo que hoy he cesado como concejal del Ayuntamiento de Moncada", señalaba a finales de la pasada semana en sus redes sociales.
Esa imposibilidad para compatibilizar su trabajo -en su caso, en la empresa privada- con el rol de portavoz de la oposición e incluso de concejal la comparte con el candidato de Compromís en Sueca el pasado 28 de mayo, Vicent Baldoví, familiar del portavoz compromisario en Les Corts del mismo apellido. La capital de la Ribera Baixa constituye uno de los principales bastiones de la coalición. Ganó en 2015 y 2019. En 2023 el PSPV le adelantó y pactó con la formación eminentemente local Sueca per Davant.
Escasas horas después de hacerse público este acuerdo -uno de los primeros en consumarse de la provincia-, Baldoví comunicaba que renunciaba a su escaño municipal antes incluso de que se constituyera el pleno. También aludió a su incompatibilidad para ejercer de edil de la oposición y de funcionario local -su labor profesional- a la vez.
Apenas un par de días después igualmente anunció su marcha de la política municipal la exalcaldesa de Benetússer y actual diputada autonómica Laura Chulià. Le ocurrió como a Valverde: se quedó a un escaño del PSPV, que venció en las elecciones.
Ante esta tesitura y el hecho de, por tercera vez consecutiva, contemplar cómo su rival por antonomasia, la socialista Eva Sanz, repetiría como alcaldesa, determinó centrar su actividad en Les Corts y descartó tomar posesión del acta en el pleno de constitución del ayuntamiento de esta localidad de l´Horta Sud.
Otra exalcaldesa que se ha marchado tras no poder repetir ha sido Lola Navarro, en Carlet. Logró en 2021 izar la vara de mando para el PSPV después de tres décadas de sequía local de esta formación. Su periplo resultó efímero. No pudo mantenerse en el cargo tras las elecciones del 28 de mayo y prefirió marcharse. El PP, con la diputada Laura Sáez al frente, consiguió mayoría absoluta.
Tampoco logró frenar el crecimiento del partido que preside Vicent Mompó en la provincia de Valencia el candidato del PSPV en Albaida, Josep Penadés. Juan Carlos Roses, del PP, ganó las elecciones, recolectó seis ediles y quedó a uno de la mayoría absoluta. Esta la sumaron Compromís, con cuatro concejales; y PSPV, con tres.
Penadés se marchó antes del pleno de investidura, aunque lo hizo tras dejar sellado un pacto de alternancia de gobierno. La alcaldía sería en principio para Alejandro Quilis, de Compromís -que la ostenta en la actualidad-, y, a partir de 2025, para el PSPV. No obstante, las discrepancias actuales entre ambas formaciones, que han llevado al grupo socialista que ahora lidera David Palací a renunciar a sus delegaciones, deja el acuerdo en el aire.
María Jesús Just, candidata del PP en Casinos, ha seguido la misma senda que Penadés. Derrota electoral nás abultada de lo esperado y decepción y abandono de la vida pública, en su vertiente política, en su municipio.
Las bajas no las sufren únicamente los partidos con extensa trayectoria, sino que también afecta a los neófitos, como Vox. Precisamente en la única localidad de la provincia en la que tiene la alcaldía, Náquera, su número dos, José Antonio Navarro, renunció a entrar como concejal justo cuando se gestaba el pacto con el PP y el reparto de delegaciones.
El mandato 2023-2027 apenas lleva transcurrido una décima parte de su recorrido. Las renuncias por motivos laborales, personales o por algunos otros más explícitos que surjan, a buen seguro que continuarán. La labor municipal cansa, y, sobre todo si se ejerce desde la oposición, puede no llenar a quien la desempeña. ¿Quiénes serán los próximos en abandonar?