MADRID (EP). La ejecución de sentencias y los acuerdos transaccionales para evitar o poner fin a pleitos han provocado que la participación que ostenta el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Bankia, a través de la matriz BFA, se haya elevado en un 1,18% desde la venta del último paquete accionarial en diciembre de 2017. De este modo, el Estado ha ido ampliando su posición muy poco a poco y casi mes a mes en el capital de Bankia, la última en junio, hasta el 61,814%, lo que supone un total de unas 1.897 millones de acciones, y sin acudir al mercado, sino como consecuencia de la suma de títulos del banco que pasan a ser propiedad de BFA tras cerrarse ciertos litigios.
La salida a bolsa de Bankia en julio de 2011 desencadenó una serie de procedimientos civiles. El Tribunal Supremo notificó en enero de 2016 a la entidad dos juicios a favor de inversores minoristas que suscribieron acciones del banco en el contexto de su debut bursátil. Un mes después, la entidad inició un proceso para devolver a los accionistas minoritarios que acudieron a la OPS la inversión más unos intereses compensatorios del 1% anual, a cambio de devolver sus acciones (que pasan a manos de BFA) y renunciar a ejercer acciones legales contra la entidad.
Asimismo, está a punto de cerrarse un proceso penal que se inició hace ya casi 6 años entre instrucción y juicio oral, en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid), y que actualmente está a la espera de la sentencia. En él han sido investigados Bankia, BFA y los antiguos miembros de sus respectivos consejos de administración.
Se da la circunstancia de que las acciones de Bankia han perdido más de un 45% de su valor en lo que va de año y la caída asciende a casi un 75% si se compara con diciembre de 2017, cuando el FROB acometió la venta del 7% de su paquete y por el que ingresó 818 millones de euros. La capitalización bursátil de la entidad nacionalizada ha caído hasta poco más de 3.100 millones de euros, con lo que la participación del Frob está valorada en unos 1.950 millones de euros.
Mientras, el FROB tiene el cometido de deshacerse de la participación en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri y para ello tiene de plazo hasta finales de 2021. A su vez, debe tratar de ejecutar su estrategia de desinversión en las mejores condiciones posibles del mercado de capitales.
El objetivo buscado es el de maximizar la recuperación de ayudas concedidas durante el rescate bancario, pero el valor actual de la acción de Bankia no es el más idóneo para privatizarla y mucho menos en la actual situación de crisis generada por las medidas de contención del coronavirus, que está perjudicando considerablemente al sector financiero por el previsible aumento de la morosidad.