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Dimisiones de alcaldes, mociones de censura, pactos rotos...: qué deja un intenso año político

2/06/2024 - 

VALÈNCIA. Corporaciones de ayuntamientos configuradas con retraso, pactos de gobierno suscritos minutos antes de los plenos de investidura, dos mociones de censura, tres alcaldes dimitidos, acuerdos de gestión rotos… el primer año desde las pasadas elecciones y del actual mandato ya está finiquitado y deja un reguero de acontecimientos en la provincia de Valencia que determinarán los tres que quedan.

Este periodo inicial del cuatrienio empezó con los pactos de gobierno. La morfología de la mayoría de consistorios cambió tras los comicios del 28 de mayo. El PP y la cada vez más abundante pléyade de partidos locales mejoraron resultados; el PSPV aguantó a la baja; Compromís, cayó; Vox subió y Ciudadanos y Podemos (en sus distintas variantes) se hundieron.

El paisaje varió, aunque lo hiciera con retraso en Guadassuar por errores en la transcripción de actas y alargara que el popular Vicent Estruch izara la vara de mando. Circunstancia similar ocurrió en Moixent y dilató igualmente su pleno de constitución hasta julio pese a que no corría peligro la mayoría del socialista Guillermo Jorques.

Guillermo Jorques y Vicent Estruch, alcaldes de Moixent y Guadassuar, respectivamente.

En cualquier caso, y con acuerdos a última hora como los de Manises, Marines, Alfarb o Tavernes de la Valldigna que otorgaron al PSPV estas alcaldías ante un remiso Compromís para acatar así el dictamen del Botànic III de pactar para gobernar, aunque sea a escala local, comenzó el mandato. Lo hizo con 110 alcaldías para el PSPV y 94 para el PP. Compromís se quedaba con 27 por las seis de Esquerra Unida y Ens Uneix, las tres de Ciudadanos o las dos de Unión de Ciudadanos Independientes.

Prácticamente un año después los principales dígitos han variado. La primera alcaldía que se metamorfoseó fue la de Montserrat. El partido local AIGUA suscribió una moción de censura con Vox y PP que otorgó, el 1 de diciembre, la vara de mando a esta última formación. En concreto la enarboló su cabeza de lista, Sergio Vilar. Adiós a un par de décadas del socialista Josep Maria Mas.

Albaida

Un mes después ocurrió lo propio en Albaida, la ciudad que da apellido a la comarca de la Vall d´Albaida. El PSPV decidió que su pacto con Compromís resultaba insostenible y se salió del gobierno local. Dos de sus dos ediles fueron más allá. Se saltaron las directrices de su partido y, ya sin militancia, firmaron una moción de censura a Alejandro Quilis.

La consecuencia fue que el PP, que había sido la fuerza más votada en los pasados comicios- pudo acceder a la alcaldía por medio de Juan Carlos Roses. Dos más para el PP en la provincia y una menos para PSPV y Compromís tras los acontecimientos de Montserrat y Albaida.

Ya no ha cuajado la formalización de más mociones de censura -aunque haya en la actualidad tentativas en marcha para que fructifique alguna-; no obstante, eso no significa que las alcaldías hayan permanecido inmutables. Al contrario, hasta tres máximos munícipes han decidido que ya no querían seguir en el cargo. La cuenta ha salido a mes por alcalde desde marzo.

Andilla y Favara

Primero fue Miguel Sebastián, de Juntos por Andilla, único edil de esta formación local en su municipio y votado por el PSPV a última hora para que no gobernara el PP. La estrategia le ha servido diez meses a la formación que secretaría Diana Morant. Sebastián se cansó, dimitió, le sustituyó su número dos, Paulino Moreno, y este pacto con el PP de Federico Burgos, que había ganado las elecciones y ahora gobierna. Tercera nueva alcaldía para el partido que lidera Vicent Mompó en la provincia.

Un mes después le llegó la cuarta (la segunda perdida por Compromís). José Francisco Vicedo decidió renunciar en Favara al no apoyar dos de sus cuatro concejales (los tres del PSPV sí que estaban de acuerdo) su liberación. Él dimitió y Compromís se fracturó. El aludido dueto de concejales díscolos se ha ido al grupo de no adscritos y en el pleno de relevo decidió no inclinar la balanza. De nuevo una consecuencia teóricamente imprevisible. 

El PP, segundo en los pasados comicios y primero ahora en número de concejales en el pleno (con cuatro), logró la alcaldía en abril por este último motivo. Pilar Sala daba así la vara de mando número 98 a los populares en la provincia.

Fuenterrobles

El tercero en cansarse ha sido Adrián Álvarez en Fuenterrobles, localidad ubicada en la comarca de Utiel-Requena. Lo ha hecho con un vídeo enigmático en el que alude a guerras internas. Su partido, Esquerra Unida, gobierna con cinco sobre siete concejales. Al igual que Vicedo, Álvarez ha renunciado a su sillón presidencial pero no a su acta de edil. Sin sustitución clara, el resto del grupo de EU en Fuenterrobles ha decidido turnarse en el mando, con la número cuatro, Carolina Viana, como primer relevo.

Tres dimisiones en un trimestre que podrían revelar una extensión del ´síndrome del quemado’ o, más específicamente, del ‘candidato arrepentido de serlo’ entre alcaldías de la provincia.

Alcaldesas 'numantinas'

Esta situación contrasta con la defensa numantina del cargo y de su responsabilidad, como el que lleva a cabo la máxima munícipe de Carcaixent, la popular Carolina Almiñana, gobernando con seis concejales sobre 21 y anunciando esta misma semana un acuerdo de presupuesto con Compromís. 

O con el retorno de la primera edila de Moncada, la socialista Amparo Orts, tras someterse a tratamiento curativo y ser relevada temporalmente -de manera definitiva en este mandato lo será dentro de año y medio- por Álvaro Gonzalvo, de Compromís.

O la de San Antonio de Benagéber, Eva Tejedor. Se presenta por primera vez y lo hace con una candidatura debutante, la de UCIN. Logra un escaño sobre 13 y sale elegida, para su propia sorpresa, alcaldesa con la abigarrada mezcla de votos de Vox, Compromís y dos concejales del PP que fueron expedientados por esa decisión. Un año después sobrevive con una precaria minoría.

Rocío Cortés y Joaquín González, sonrientes cuando firmaron su acuerdo de gobierno en Requena hace un año.

Con no tantos aprietos resisten las alcaldesas de Requena (Rocío Cortés) y Chiva (Amparo Fort), aunque empiezan sus sufrimientos al mando. La segunda ha perdido oficialmente a su socio local, Activa Chiva, que ha decidido dejar el gobierno y votar en contra de los presupuestos. La primera, por su parte, espera a que decida el Partido de Requena y Aldeas si se va o se queda. Su municipio y Sueca (donde el PSPV gobierna con los tres ediles de Sueca per Davant) fueron dos de las capitales de comarca en las que primero se cerró el pacto.

En Alzira, el principal bastión de Compromís en la provincia de Valencia, tardó más por la complejidad de unir a Ucin con PSPV y Compromís. Un año después la formación local con líderes desgajados del PP destaca la fuerza del acuerdo mientras contempla a sus compañeros populares en la oposición.

En Torrent, la ciudad más populosa de la provincia, su alcaldesa, Amparo Folgado, gobierna con el apoyo de Vox, que cuenta con un portavoz sui géneris, el abogado Guillermo Alonso del Real. Este ha llegado a escuchar palabras en pleno como las que le dirigió el socialista José Pascual Martínez cuando le dijo recientemente que estaba "preocupado" de coincidir tanto con el candidato y coordinador voxista en la capital de l´Horta Sud.

Grupo de concejales de Font de la Figuera, con una gran coalición de gobierno.

Esta crónica de balance del primer año político podría incluir también la elección de las presidencias de las mancomunidades -con la sorpresa del empate en primera votación en la de la Ribera Alta-, con de los acuerdos de coalición de gobierno entre PP y PSPV en la Font de la Figuera, Gátova o Piles, o con los preparativos para alternancia de alcaldía en Manises o La Pobla de Vallbona… Y así un largo etcétera de situaciones que permitiría extenderse en un amplio informe o incluso en un libro de recapitulación pormenorizada. No es el caso.

En estos párrafos se trata de compendiar lo ocurrido únicamente en el primer año, en teoría el de menos tensión por estar más alejado de los siguientes comicios. Quedan otros tres por delante, con, previsiblemente, mucho por contar. Si el iniciático ya ha dado para todo lo relatado y más, el próximo trienio promete ofrecer mucho juego político.


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