Los municipios, que tienen libertad para escoger el destino de las ayudas, coinciden principalmente en los Servicios Sociales y la reactivación económica
VALÈNCIA. Los ayuntamientos de la provincia de Valencia han recibido hoy los cuarenta millones de euros extraordinarios del Fondo de Cooperación Municipal, una inyección de capital que la Diputació aprobó para hacer frente a los efectos negativos de la crisis del coronavirus en los municipios. Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Generalitat, permitirá a los consistorios decidir libremente en qué gastar las nuevas ayudas: inversión o gasto corriente. De este modo, se afianza su autonomía local y se garantiza el correcto funcionamiento de los servicios e infraestructuras locales afectados por el impacto de la Covid-19.
Estos cuarenta millones complementan a los sesenta que la Diputació aprobó inicialmente para el ejercicio 2020, y de los cuales adelantó 20,6 en el mes de abril. El presidente de la entidad provincial, Toni Gaspar, considera que el Fondo de Cooperación Municipal “es el mejor mecanismo para ayudar a los ayuntamientos y agilizar los recursos, ya que evita la burocracia al no ser necesario tramitar expedientes de justificación de las actuaciones” explica. Además, este Fondo vendrá acompañado del Plan de Inversiones, que se pondrá en marcha cuando finalice el estado de alarma y está dotado con otros 140 millones.
El destino de las ayudas del Fondo de Cooperación difiere dependiendo de cuáles sean las necesidades de cada ayuntamiento, aunque la mayoría de ellos tienen en común la inversión en la reactivación del tejido social y económico tras la crisis sanitaria. Por ejemplo, Albal destinará los 284.000 euros extraordinarios que le corresponden al programa Albal incluye para dinamizar el empleo: ayudas a los autónomos y pymes más afectados por la crisis, promoción del comercio local y contratación pública.
Requena, por su parte, ha trazado tres líneas de inversión para sus 334.000 euros. Primero ayudas sociales, que cubrirán necesidades básicas como la alimentación infantil o el pago de alquileres para evitar desahucios; luego, garantizar el material de prevención sanitaria a todos los habitantes del municipio y, finalmente, el fomento de la economía.
En Gandia, los 656.000 euros servirán para hacer frente a la nueva situación de crisis, con especial atención a los Servicios Sociales y el refuerzo de las subvenciones al comercio, la hostelería y el sector turístico.
Caudete destinará todo su dinero a preparar la vuelta a la nueva normalidad, una vez superado el pico de la emergencia sanitaria. El consistorio contempla inversiones que van más allá de la limpieza de las calles y de los espacios públicos: refuerzo de la seguridad en la piscina de verano, mobiliario y calefacción para el aula de mayores, y un parque para incentivar el ejercicio al aire libre.
El pequeño municipio de Otos también invertirá en la vuelta a la vida cotidiana: refuerzo de la limpieza y desinfección ligadas a la Covid-19, higienización de la piscina para el verano y reparación de los caminos afectados por la DANA. También contempla la mejora del alumbrado y abrir un fondo de contingencia en previsión de los gastos extraordinarios que puedan surgir del contexto de incertidumbre.
Finalmente, Ayora, con 163.000 euros, centrará su atención en los servicios sociales y en la reactivación de la economía. Los colectivos más vulnerables del municipio recibirán bonos o tarjetas prepago para gastar en los establecimientos comerciales de la localidad, lo que supondrá un beneficio para ambas partes. Además, también pondrá en marcha un programa de ayudas para fomentar la contratación: hasta 1.300 euros por trabajador en contratos de un mínimo de tres meses y 25 horas semanales.