VALÈNCIA. La disolución de empresas valencianas encadenó en 2022 su segundo año consecutivo al alza y encajó, con 2.177 mercantiles cerradas, uno de sus peores resultados desde comienzos de siglo. Así lo confirman los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de los que se desprende que solo en 2013, un ejercicio muy marcado por los efectos de la crisis desatada cinco años antes, se clausuraron más compañías en suelo valenciano.
En esta ocasión, el resultado llega en un contexto condicionado por la elevada inflación y el encarecimiento de los costes de producción. Dos factores que contribuyeron a elevar el estrés sobre el tejido empresarial a lo largo del pasado año y que en muchos subsectores, como el azulejero, se tradujeron en un incremento de los precios con el que se trató de compensar los crecientes gastos.
En el caso valenciano, la destrucción de mercantiles se acentuó en el primer y el último trimestre del año, mientras que en los meses centrales el ritmo de los cierres fue mucho menor. De hecho, más del 60 % de las compañías que acabaron su andadura en 2022 lo hicieron entre los meses de enero y marzo o de octubre y diciembre, por lo que todavía está por ver cómo reacciona el tejido empresarial autonómico en este primer periodo de 2023.
En relación al resto de España, la Comunitat Valenciana fue la quinta región del país donde más aumentaron, en términos relativos, las disoluciones en 2022, con un 12,4 %. Por delante se situaron Cantabria (17,7%), Madrid (19,9%), Murcia (52,2%) y Navarra (65,5%), mientras que en otras cinco autonomías, como son Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, País Vasco y la Rioja, cayeron los cierres.
Por su parte, y lejos de verse muy afectado el impulso emprendedor por el contexto actual, la creación de empresas valencianas se mantuvo en el pasado ejercicio en cifras muy similares a las de 2021 con 11.996 mercantiles creadas, una escasa subida del 0,3% y un capital suscrito de 119 millones de euros.
El estancamiento de la cifra de constituciones en la Comunitat Valenciana, que bien podría considerarse elevada pese a estar aún lejos de las recogidas en los años previos a 2008, provoca así pues que el balance entre aperturas y cierres sea en 2022 peor que en el ejercicio anterior. Con todo, todavía se crearon 9.709 más de las clausuradas a lo largo del pasado año, un resultado que figura entre los más positivos de la época posterior a la crisis financiera.
A su vez, en el conjunto del país se registraron un total de 26.207 cierres de empresas en 2022, la cifra más alta desde que el INE iniciara su serie estadística en 1995. Mientras, la creación de sociedades mercantiles cayó un 2,1% con 99.067 compañías constituidas. Por actividad económica, la creación de sociedades estuvo liderada por el comercio, que acaparó un 19,5% del total, seguido por las inmobiliarias, financieras y seguros, con un 16,9%.
Estos datos demuestran pues que el dinamismo empresarial se resintió a nivel estatal. De nuevo, el comercio concentró el mayor porcentaje de disoluciones (19,1%) por delante en este caso de las compañías dedicadas a la construcción (16,4%).
Por comunidades, y en términos absolutos, Madrid albergó el mayor número de nuevas empresas, con 22.834, seguida de Cataluña (18.977) y Andalucía (17.188), mientras que las regiones donde menos empresas nacieron fueron La Rioja (395), Navarra (738) y Cantabria (758). A su vez, las disoluciones estuvieron encabezadas por Madrid (8.842), Andalucía (3.988) y Comunidad valenciana (2.177).