VALÈNCIA. Valencia Plaza y Facsa celebran este jueves la jornada 'Ecosistema innovador valenciano: sinergias, retos y oportunidades para la generación de nuevos negocios' en el Hotel Valencia Palace para tratar las posibilidades que la innovación puede aportar a la Comunitat Valenciana. El encuentro fue inaugurado por Enrique Lucas, presidente de Ediciones Plaza, y Enrique Gimeno, presidente de Facsa, quien destacaba la versatilidad de la Comunitat Valenciana para adaptarse a los constantes cambios del mercado.
"Estamos en un mercado cambiante en planea revolución tecnológica. Un escenario inquietante que a nuestra comunidad no le debe preocupar al ser exportadora e innovadora. Eso sí, es imprescindible colaborar con centros de universidades, institutos tecnológicos y startups", señalaba el presidente de Facsa. A continuación, Salvador Navarro, presidente de CEV Comunidad Valenciana, realizaba la ponencia inicial de la jornada y recordaba la importancia de la productividad en la actividad económica.
"La productividad de nuestras microempresas es inferior a la productividad de este segmento de pymes en otros países", señalaba Navarro. "El alto porcentaje de microempresas y sus niveles de productividad más bajos afectan al conjunto de la productividad competitividad de nuestra economía". El presidente de la CEV Comunidad Valenciana señalaba que las empresas grandes tienen más recursos para innovar. "El reto es para las pymes y los emprendedores, donde el sistema valenciano de la innovación debe jugar un papel fundamental de apoyo".
Salvador recordaba que, el indicador del gasto en I+D por PIB en el ejercicio 2016 descendió en la Comunitat hasta 1,19, por debajo de la media nacional, que se sitúa en 1,22, lejos del compromiso para el año 2020. Además, la inversión privada en I+D es sensiblemente inferior a la media nacional, el 40,82% frente al 52,92%. "La CEV está plenamente alineada con los objetivos de la AVI, que es impulsar la mejora del modelo productivo de la Comunitat Valenciana a través de la movilización de todo el conocimiento disponible en el conjunto del sistema valenciano de innovación".
Además, hizo mención a Redit, la red de institutos tecnológicos valencianos, además de a las universidades, "generadores de conocimiento científico-tecnológico". Recordó que, aunque actualmente están aliados con la UPV a través de su consejo social, ya están en conversaciones con los rectores de todas universidades de la Comunitat Valenciana tras convertirse en patronal autonómica. También insistió en la importancia de la colaboración y el apoyo de la administración pública para potenciar el ecosistema innovador.
Tras la intervención de Navarro se abrió una mesa de debate moderada por el director de Valencia Plaza, Javier Alfonso, en la que participarán Andrés García Reche, vicepresidente ejecutivo de la AVI, José Claramonte, director general de Facsa, Bruno de Bièvre, presidente de UBE, Cristina del Campo, directora general de Redit, Bianca Dragomir, directora general de Avesen y Raúl Martín, director de desarrollo de Grupo Martínez.
Andrés García Reche, vicepresidente ejecutivo de la AVI, insistía en la necesidad de la ciencia para poder realizar innovación. "Hay introducir la ciencia en vena en las empresas". Reche insistía en que el escenario estratégico tiene muchas cosas seguras: más envejecimiento, problema de conectividad, la marcha de la gente a las ciudades o el cambio climático.
La forma de crecer de las pymes es innovando. Las pymes no innovan porque son pequeñas, sino son pequeñas por no innovan", insistía. "Somos pobres porque nuestras empresas son pobres y eso solo se puede resolver innovando. Las empresas que tienen un alto valor añadido pagan más".
"Lo que gastamos en I+D no llegan a las empresas porque van a las universidades y los incentivos van a que publiquen. Somos el décimo país en producción científica. Estamos en un nivel de excelencia de ciencia envidiable, pero las empresas como si no existiera", destacaba Reche, quien explicaba que la AVI establece en el seno de esos centros Severo Ochoa unidades de innovación empresarial.
José Claramonte, director general de Facsa, destacaba que la red de institutos tecnológicos les ha servido para fomentar la innovación, pero también han sido sometidos a vaivenes políticos y de innovación. "Hay que captar el talento y retenerlo, para innovar hay que tener la gestión del conocimiento", recalcaba.
"Las empresas estábamos muy endogámicos hace unos años y ahora nos hemos abierto a la colaboración, probablemente por el cambio tecnológico, que sí es transversal. Nos cuesta mucho dar el paso de apostar conjuntamente", reconocía. Claramonte destacaba que, en Murcia, los pliegos de las licitaciones de contratación pública de su sector incluía un apartado específico para líneas de investigación.
Bruno de Bièvre, presidente de UBE, reconocía que desde 2010 están más preparados para innovar en su filial en Europa. "En València vemos que hay empresas con las que podemos trabajar e innovar, como las de cerámica. Es un ecosistema que cada vez conocemos mejor y con el que empezamos a tener más confianza".
Cristina del Campo, directora general de Redit, reconocía que hasta la puesta en marcha de la AVI todas las piezas de la innovación estaban trabajando de forma separada. "Lo que queremos es que perdure en el tiempo esta institución y que todos tengamos confianza para poder invertir", reconocía. "Redit ha sido un ejemplo de éxito de colaboración público privada".
Bianca Dragomir, directora general de Avesen, recordaba como la asociación está liderando procesos de innovación, como el think tank de smart cities en el que participan 147 miembros. "Es un cambio que debe ser liderado. Los retos que tenemos por delante son muy grandes", reconocía. "Estamos cocreando las ciudades de futuro, definimos los retos de los más de 40 ayuntamientos que se han aliado, buscando soluciones y si no las tenemos vamos a los institutos tecnológicos y a las universidades y las casamos". Dragomir destacaba cómo Avaesen ha conseguido posicionar a València en industria cleantech mientras que señalaba empresas como Navlandis o Closca. "Los casos son muchos, esto es lo que se puede hacer desde una asociación humilde y modesta".
Raúl Martín, director de desarrollo de Grupo Martínez, destacaba que las cosas están mejorando pero hacen falta más pinzas que sean capaz de llevar más actores a la industria. "En mi caso considero muy importante que la innovación disruptiva llegue a ser negocio, porque sino la industria no va a ser capaz de verlo". Para Martín es necesario recordar que las innovaciones deben llegar de fuera del núcleo de la empresa, no de dentro.
"Necesitamos casos de éxito, porque si las empresas que tenemos recursos somos capaces de demostrar que esto funciona, lo que va a hacer es que el resto de empresas con menos recursos lo hagan porque se lo crean", reconoce. "Hay multitud de innovaciones que se están realizando que no pueden ser aplicadas porque no tienen un partner en la industria".
"Hasta que no seamos consciente que esto no es un tiro al aire y es una apuesta para generar negocio, que sean escalables y que se usen en muchas partes del mundo tenemos un problema. Aquí el problema muchas veces es el cortoplacismo. No puede ser como un país como Finlandia, que es más pequeño que el nuestro, sea capaz de colocar su tecnología en empresas españolas", reconocía.
Además, apuntaba a empresas innovadoras valencianas como Closca o Idai Nature y hacía referencia al modelo de Barcelona o como Berlín. "Estamos en estado previo a como ellos han estado. En Barcelona se ha dado un apoyo muy importante de la administración para que se posicione y han formado un clúster. La industria en València ha entendido por primer vez que puede hacer negocio con las startups".
Dolores Real, vicerrectora de Innovación y Transferencia de la Universitat de València, recalcaba que en el mundo global actual, caracterizado por el desarrollo económico y conocimiento, en las universidades lo transfieren a los sectores productivos y debe contribuir a su transformación. También recordaba la importancia del Parque Científico, con el que colaboran estrechamente con Redit.
Blanca Marín, secretaria autonómica de Economía Sostenible reconocía que el talón de Aquiles de la economía valenciana es la productividad. "Esta escasa productividad se debe en gran medida a la dimensión de las empresas valencianas y trabajar para mejorar esa productividad obliga a abrir espacios de colaboración público privada y a destinar recursos", reconocía, a la vez que señalaba que la AVI está haciendo un trabajo clave.