VALÈNCIA. La Conselleria de Sanidad ya ha adquirido y recibido 1.000 de los 8.000 purificadores de aire con filtros HEPA que Educación distribuirá a aquellos centros educativos que cuenten con aulas habilitadas sin ventanas o con una ventilación insuficiente. La utilidad de estos purificadores es compensar esa falta de ventilación para evitar riesgo de contagio de coronavirus. Esta primera remesa de 1.000 aparatos se repartirá a finales de la semana que viene de forma proporcional entre las tres provincias de la Comunitat, según informan tanto fuentes del gabinete de Ana Barceló como del de Vicent Marzà a Valencia Plaza.
El conseller de Educación junto al president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció a finales de noviembre el suministro de 8.000 purificadores portátiles de aire provistos de filtros HEPA H13 (high-efficiency particulate air) para garantizar la máxima seguridad en las aulas que no cuentan con ventilación natural. La compra de los aparatos la realiza Sanidad, de modo que desde Educación sostienen que el reparto que ya tienen planificado "depende de las gestiones de compra" y de cuando se vaya disponiendo de ellos.
Así pues, el suministro que llegará en dos remesas se distribuirá entre 1.960 centros educativos valencianos de Infantil, Primaria, Educación Especial, ESO, Bachillerato y FP sostenidos con fondos públicos, además de Escuelas de Adultos, Conservatorios y EOI. En concreto, la provincia de València contará con 3.993 filtros HEPA para 1.008 centros educativos, la de Alicante con 2.860 para 683, y la de Castellón 1.015 para 269.
En cuanto al resto de purificadores, fuentes de Sanidad especifican que llegarán a lo largo de los meses de enero y febrero. Del mismo modo, afirman que estos son adquiridos a varios proveedores y que se ha invertido alrededor de 6 millones de euros en ello.
De esta manera, los purificadores solo se instalarán en las aulas que no cuenten con una correcta aireación, ya que la primera opción por la que se ha de optar siempre en las aulas es por la ventilación natural del espacio, a través de la apertura de las ventanas durante toda la clase, y una ventilación cruzada en la que se abran las puertas del lado opuesto del espacio.
Así lo expone Educación en una guía -presentada a finales de noviembre- junto con la participación de investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua IDAEA–CSIC y técnicos de la Asociación MESURA.
Asimismo, la guía establece que cuando la ventilación natural no sea viable a causa de condiciones meteorológicas adversas, se podrá empezar a implementar ventilación forzada y/o purificación de aire antes de que estas condiciones se alcancen.
Los purificadores hacen circular el aire del espacio a través de filtros, que retienen los virus u otras partículas en suspensión como el polvo o el polen, y se han de colocar en el centro del aula si es posible y no soplar directamente al alumnado y profesorado.