VALÈNCIA. La comisión de Crespo Gomar sigue su andadura con sus ya característicos tropezones. Desde que se aprobó el plan de trabajo, su desarrollo ha sido anormal: investigados que no acuden pese a tener la notificación y comparecientes a los que al parecer es imposible localizar. En definitiva, una situación inédita en esta legislatura que ha derivado en cancelaciones de sesiones y en que la Mesa de la propia comisión haya tomado la determinación de emprender acciones legales contra aquellos que deciden ausentarse a sabiendas de que cometen un delito de desobediencia.
Ahora bien, sin lugar a dudas PSPV y Bloc no están siendo los partidos más perjudicados con su desarrollo pese a que la comisión trata de investigar la financiación de ambos partidos en la campaña de 2007. ¿Entre algunos de los motivos? Las comparecencias no se producen; se producen sin que sus señorías atinen en las preguntas o recurran a que la falta de documentación les impide afilar sus cuestiones; o en el mejor de los casos, los intervinientes asisten pero niegan cualquier tipo de irregularidad o directamente no declaran.
Con todo, al final es Podemos quien ha terminado situándose en el foco mediático dado que es el grupo al que más cuesta arriba se le está poniendo el desarrollo de esta herramienta parlamentaria. La formación morada es quien preside la comisión y por lo tanto es su trabajo el que en última instancia está siendo cuestionado. Pero por si todas las adversidades que se han producido fueran pocas, desde la semana pasada el grupo que lidera Antonio Estañ se enfrenta a un nuevo hándicap: la diputada Cristina Cabedo tomó la decisión días atrás de dejar su puesto como portavoz en esta comisión -quien hace las preguntas a los comparecientes- por motivos de salud.
Tras superar una bronquitis, la diputada asegura que se ve en la obligación de reducir su ritmo de trabajo, por lo que a una de las comisiones que ha debido renunciar es a Crespo Gomar precisamente "por su volumen de trabajo".
La situación ha derivado en que sean el propio presidente de la Mesa de la comisión, el diputado morado César Jiménez, y el síndico del grupo Podem, Antonio Estañ, los que se encarguen de enfrentarse a los comparecientes. Una circunstancia atípica, pues obliga a que sea el mismo presidente quien inicie la sesión y más tarde baje del estrado a realizar las preguntas pertinentes a los investigados.
El contratiempo, además, llega en un momento delicado para la formación, pues actualmente se encuentra negociando con EUPV el reparto de los puestos en la lista autonómica, lo que ha obligado a hacer malabarismos para cubrir esa vacante que nadie quiere cubrir, ya que enfrentarse a una comisión de investigación no es una cuestión baladí.