VALÈNCIA. Por el momento es sólo una propuesta. La idea la lanzó este lunes la concejala de Economía Sostenible, Sandra Gómez. Le quieren quitar los estanques al Palacio de Congresos de València. Estos serían reemplazados por zonas verdes, que son de más fácil mantenimiento. La idea permitiría al Ayuntamiento de València ahorrarse 18.000 euros anuales por la diferencia de coste entre mantener una zona verde y un estanque, mucho más caro, según los primeros cálculos que han hecho en el consistorio.
Desde el Ayuntamiento insisten en que lo que se han iniciado han sido los trámites para estudiar la viabilidad del proyecto. Una iniciativa que no sólo se quiere ejecutar por ser más económica sino también porque, según la regidora, ayudará a "salvaguardar la estructura del edificio" y evitará "riesgos para la salud".
Con esta propuesta se alterará el proyecto arquitectónico de Norman Foster, quien deberá dar su consentimiento. Todavía no se ha comunicado al estudio del arquitecto la propuesta. Frente a la coherencia artística y arquitectónica, la regidora, a través de un comunicado quiso justificar la decisión porque según ella "tendría un impacto positivo para el medio ambiente, ya que el mantenimiento de los estanques supone la utilización de productos contaminantes como el cloro y los alguicidas".
Desde el Ayuntamiento de València insisitieron en que desde que el edificio se inauguró en 1998 "se han detectado fugas de agua en todos los estanques". La propuesta presentada al Consejo de Administración del Palacio de Congresos, que se celebrará este miércoles, incluye un informe en el que se señala esta cuestión y se explica que los escapes se producen en los laterales, los canales de recogida de agua de pluviales, los tubos que conducen el agua desde la sala de máquinas hasta los estanques y los tubos que unen el paso entre estanques del mismo circuito.
La propuesta que se planteará en el próximo consejo contempla una medida que aseguran que ayudará a salvaguardar la estructura misma del edificio; evitará riesgos para la salud, eliminando la posibilidad de generar la bacteria Legionella, como ya ha sucedido; aumentará la seguridad de las personas, evitando las caídas; a lo que habrá que unir el ahorro de unos gastos estimados en más de 18.000 euros anuales por el mantenimiento de los estanques y los tratamientos contra la legionella y ahorro en el consumo energético.
Esta modificación, dicen, permitiría habilitar este espacio para otros usos y reconvertirse, por ejemplo, en zona verde. En cualquier caso, la concejala ha remarcado que se trata de una "propuesta que tiene que estudiarse".