VALÈNCIA. El Congreso de los Diputados rechazó este miércoles en primera votación la investidura de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno. El candidato del Partido Popular obtuvo 172 votos a favor (los del PP, Vox, UPN y Coalición Canaria) y 178 votos en contra, los del resto de grupos (PSOE, Sumar, Junts, ERC, EH Bildu y PNV) y el diputado del BNG.
Núñez Feijóo necesitaba en esta primera votación la mayoría absoluta de la Cámara para salir elegido, es decir, al menos 176 votos a favor. Tal como marca la ley, en 48 horas, el vienes a partir de las 13.22 horas, se celebrará una segunda votación en la que el candidato necesitará la mayoría simple del Congreso, es decir, más votos a favor que en contra.
Esto significa que si se repite el resultado de la primera votación, Núñez Feijóo no saldría investido presidente del Gobierno. En tal caso, volvería iniciarse un período de consultas de los grupos parlamentarios con el Rey para que este propusiera otro candidato, previsiblemente el socialista Pedro Sánchez. El líder socialista se sometería entonces a una sesión de investidura cuando lo determine la Mesa del Congreso.
Si el 27 de noviembre, pasados dos meses de la primera votación, no se hubiera elegido presidente, se disolverían automáticamente el Parlamento y se convocarían elecciones generales para el 14 de enero de 2024.
La anécdota de la votación la protagonizó el diputado del PSOE por Teruel Herminio Rufino Sancho Íñiguez al apoyar de viva voz que Núñez Feijóo se convirtiera en presidente del Gobierno, un voto erróneo que corrigió en seguida.
El socialista respondió 'sí' después de que la secretaria segunda de la Mesa del Congreso, la también socialista Isaura Leal, pronunciara su nombre, también erróneamente, ya que leyó su primer apellido como Sánchez en lugar de Sancho.
Leal se percató inmediatamente de que el diputado había votado afirmativamente, cuando lo esperado era que rechazase la investidura del líder del PP, voto que ella tenía que repetir en voz alta. "Sí, no, ¿perdón?", dijo Leal, visiblemente contrariada, mientras Sancho hacía gestos con las manos desde su escaño como pidiendo que esperara.
El diputado aclaró a gritos que ella había dicho mal su apellido, Leal se disculpó y volvió a leer su nombre y apellidos, tras lo que Sancho pudo votar 'no'. El episodio fue recibido con risas en el Salón de Plenos y después la votación continuó con normalidad.