VALÈNCIA. Sindicatos y empresa continúan negociando lo que parece que será una de las soluciones fundamentales en la EMT de València para hacer frente a la crisis económica por el parón de la actividad. La posibilidad del ERTE es cada vez más real, hasta el punto de que este miércoles, la reunión entre el Comité de Empresa y la dirección de la empresa que preside Giuseppe Grezzi y gerencia Josep Enric García versó fundamentalmente sobre las condiciones de este Expediente de Regulación Temporal de Empleo, que sería el primero en aplicarse en una empresa pública valenciana, al menos que haya trascendido.
Así, el encuentro virtual que se mantuvo entre las seis de la tarde y bien entrada la noche acabó con alguna certeza: los condicionantes sindicales a la utilización de este mecanismo durante los próximos meses. Una de las condiciones para que el Comité de Empresa -formado por Apttuv, UGT, CCOO, Intersindical y CGT- respalde el ERTE es que la dirección, el Consejo de Administración y el Pleno del Ayuntamiento de València den su visto bueno al preacuerdo de convenio laboral suscrito por ambas partes el pasado 13 de marzo. Desde enero se viene negociando este convenio sucesor al de 2017, que expiró el año pasado y que incluye diferentes mejoras laborales.
Por otro lado, el Comité de Empresa ha establecido más líneas rojas. Por ejemplo, que el ERTE sea voluntario y rotativo. Es decir, que se puedan acoger aquellos trabajadores que lo deseen y que se alternen a lo largo del tiempo. Según había planteado la empresa días atrás, aunque fuera voluntario, habría prioridad en el ERTE para aquellos que constituyan grupo de riesgo por contagio de coronavirus -especialmente los mayores de 55 años- y los empleados que tengan personas dependientes a su cargo.
Eso sí, los sindicatos quieren que los conceptos fijos de la nómina -salario base, prima fija y antigüedad- estén bonificados al 100% a toda la plantilla que opte por este camino. Pidan, además, que no se disminuya el disfrute de las vacaciones anuales ni a los días que tocan a los empleados por convenio; ni que afecte al abono íntegro de las pagas extraordinarias.
En esta línea, las organizaciones sindicaldes fijan como condición que el ERTE no suponga ninguna pérdida de escalafón ni repercuta en la antigüedad de los trabajadores en la empresa municipal. Y además, exigen que la empresa se comprometa a renovar todos los contratos eventuales y que incorpore a todos los miembros de la bolsa de empleo que deberían haber empezado a trabajar el pasado 23 de marzo.
Todo ello en cuanto al mencionado mecanismo. Pero hay más que pueden resultar complementarios para hacer frente a la crisis del coronavirus. La empresa también ha propuesto a los sindicatos la posibilidad de que los empleados que deseen puedan acogerse al permiso retribuido recuperable. Es decir, que pueden no ir a trabajar durante el estado de alarma cobrando su salario, pero deberían recuperar las horas en los meses siguientes a que finalice esta situación.
La propuesta es, al menos, hasta el próximo 9 de abril. Ahora bien, desde el Comité de Empresa trasladan que no se ha llegado a ningún acuerdo en este punto dado que la dirección planteó la recuperación de dichas horas en período estival, lo que motivó la falta de unanimidad entre las diferentes organizaciones sindicales.
El planteamiento que parece descartado a todas todas para enfrentarse al excedente de trabajadores era la propuesta del Comité de implantar un calendario en el que cada empleado trabajara siete jornadas y descansara otras catorce. De este segundo período, la mitad correría a cargo de la firma municipal, y la otra mitad a cuenta del trabajador -agrupando descansos, horas de formación, o también días de vacaciones-. La idea se ha rechazado.