VALÈNCIA. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, protagonizó ayer jueves una maratoniana jornada en València. Fueron diversos actos, con bastante contraste entre sí, pero en los que pesó el nuevo discurso de moderación en el que quiere pivotar el partido. Los mensajes principales a lo largo de todo el día, dos: el social y el autonomista.
La mañana arrancó con la visita al Centro Mambré para personas en situación o en riesgo de exclusión social, donde se desarrollan actividades para mejorar su empleabilidad y favorecer la inserción sociolaboral. Un lugar gestionado por Cáritas en el que comprobó de primera mano la situación de necesidad de varias familias a las que atienden.
Con poca solución de continuidad, añadió al pantalón y la camisa que vestía la chaqueta de traje y la corbata para lanzarse a la conquista de los empresarios. Se desplazó entonces, tras atender a los medios de comunicación, al hotel SH Valencia Palace, donde pronunció una conferencia frente al pleno de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Intervención en la que primó la centralidad y por la que sus oyentes manifestaron agrado con asentimientos y aplausos. Las comparaciones con Isabel Díaz Ayuso, que fue invitada hace poco más de un mes al mismo lugar, eran inevitables. Algunos de los presentes concluían que el discurso de Feijóo había sido menos populista, con más carga de profundidad y con un perfil de gran gestor de lo público debido a su trayectoria en Galicia.
Todos esperaban que fuera al grano. Y el grano aquí no era otro que el de la financiación y las infraestructuras. El líder del PP asumió las reivindicaciones de la Comunitat. Reconoció que era la peor financiada y subrayó que el criterio fundamental para la reforma del sistema ha de ser el coste efectivo de los servicios que prestan los territorios. El indicador, la población. "En volumen de recursos por población ajustada, la Comunidad Valenciana es la que menos tiene. Eso es un hecho objetivo y no se pueden ocultar las cifras", señaló.
Evitó, no obstante, ser concluyente a la hora de formular una promesa. Ante los periodistas, en su charla y, posteriormente, en la comida con los empresarios, se comprometió a trabajar para la reforma del sistema. Sin embargo, admitió su escepticismo a la hora de lograr los apoyos para sacarla adelante. Públicamente apuntó que no se ha conseguido en esta legislatura porque el Gobierno "no puede hacerlo sin el visto bueno de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), su socio parlamentario". "Mientras ERC no diga que sí, no habrá modelo de financiación en esta legislatura", zanjó.
"MIENTRAS ERC NO DIGA QUE SÍ, NO HABRÁ MODELO DE FINANCIACIÓN EN ESTA LEGISLATURA"
Algo similar ocurrió en la citada comida, donde –según algunos asistentes– aseguró que haría todo lo posible para el cambio del modelo si estaba en su mano, aunque sin mayor concreción. La negociación, en su opinión, "exige renuncias, trabajo sólido y lealtad institucional". La impresión entre los empresarios fue que venía con los deberes hechos y sabía lo que tenía que decir.
En su intervención previa aludió a las dudas sobre su posicionamiento. "Soy consciente de que se ha dicho que mi llegada a la presidencia del PP iba a torpedear a algunos territorios, pero lamento decir que no es así. Sigo creyendo que la financiación es uno de los mayores retos en la gestión en la España de las autonomías", comentó.
En línea con este discurso, que se contrapone al del centralismo de Vox, hizo hincapié en que tanto la financiación como el Corredor Mediterráneo –otra de las grandes exigencias de los empresarios– son reclamaciones "justas" de la Comunitat Valenciana en la "visión autonomista" de España. Sobre la infraestructura consideró que gravitan dos consideraciones, una de orden económico y otra de orden político. El corredor, en su opinión, vertebra el territorio y se reclama "sin hostilidad hacia nadie". "Este tipo de debates a veces tienen un componente pasional, pero ustedes (en referencia a los empresarios) no están sólo en la esfera de la emoción, sino de la razón. El Corredor no supone una pérdida correlativa a otros territorios porque genera riqueza para el conjunto de la nación y no impide desarrollar otras infraestructuras como el Corredor Atlántico", comentó.
El líder del PP lanzó una reflexión sobre este asunto especialmente bien recibida. Sin citar directamente a Madrid, apuntó que "la España de las autonomías ya no se concibe como un centro y una periferia": "Las autonomías son Estado y los presidentes autonómicos son representantes del Estado en su comunidad. El esquema autonómico supera la concepción radial del poder que hubo hasta la llegada de la democracia. Eso tuvo su reflejo en las infraestructuras. Pero ahora las autonomías son Estado, y esa reordenación del poder tiene la concepción de que existen varios centros en España, también en las infraestructuras. Nuestra integración en la Unión Europea, además, así lo exige".
Feijóo fue abordado igualmente por los medios con el Derecho Civil Valenciano debido a que Galicia lo tiene. Aunque, argumentó, el Gobierno central presente recursos ante el Constitucional (algo que también ha ocurrido en la Comunitat con un Ejecutivo del PP a nivel nacional). Remarcó que esta es "una cuestión de la Comunitat Valenciana, donde hay consenso". "Y cuando hay consensos –prosiguió–, lo que debemos es posibilitar que se lleven a la práctica. Entendemos que hay soluciones para que se pueda aplicar sin reformar la Constitución. Debemos explorarlas, activarlas y ponerlas en práctica".
Por la tarde, los populares celebraron una Junta Directiva General en el hotel Only You con gran afluencia de cargos locales en plena confección de las candidaturas de los municipios. Feijóo dio un espaldarazo a Carlos Mazón y a María José Catalá para la Generalitat y el Ayuntamiento de València respectivamente, y hubo un especial reconocimiento al exconseller de Hacienda José Manuel Vela, quien falleció el pasado fin de semana.
Entre aplausos y gritos de "presidente", el acto sirvió de arenga política a la interna. "En la Comunidad Valenciana hay división y radicalismo, pero ésta es mucho más que su Gobierno", afirmó, en una llamada a recuperarla para el PP.
Catalá prometió que seguirá trabajando con una intensa agenda para ganar la alcaldía y Mazón agradeció al líder de su partido que tuviera "claras las prioridades de la Comunitat". "Aunque es algo que yo ya sabía, no he tenido que pasarle ningún papel a Feijóo para que sepa lo que tiene que decir hoy", bromeó.
Los actos oficiales finalizaron con la inauguración de la nueva sede del PPCV ubicada en Embajador Vich, donde se sirvió horchata y fartons a los que allí se acercaron. Fotos, momentos 'fan' de afiliados, paseíllo y una considerable afluencia de gente –entre ellos la mayoría de diputados y concejales populares– en una imagen festiva que, pese a lo inusual que era hace pocos años, cada vez resulta más habitual.
Feijóo se trasladó finalmente a Alicante, donde ha pasado la noche. Este viernes se reúne con empresarios del sector turístico en Benidorm en plena polémica por la implantación de la tasa turística.