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Entrevista al actual director general de Bodegas Vicente Gandía

Javier Gandía: "Somos una bodega grande, pero con alma y origen"

Foto: FERNANDO MURAD
3/07/2021 - 

VALÈNCIA. Lleva el mundo del vino en la sangre. Javier Gandía, actual director general de Bodegas Vicente Gandía, es la cuarta generación de una familia que se declara "viticultora" desde 1885. Desde niño Javier sintió ese poso que sembró su bisabuelo y que desarrollaron primero su abuelo y después su padre. Javier es persona de convicciones. Cree en las personas y por eso presume de equipo. Sabe que son una referencia obligada, pero también que nunca van a perder el alma y el origen como señas de identidad. La firma es, sin duda, la locomotora del vino valenciano llevando 27 millones de botellas a casi un centenar de países. La pandemia ha azotado duro a todos los sectores, y el del vino, tan de la mano con la hostelería, no ha sido ajeno. Repasamos con Javier como ha sido el camino en un revés que nadie esperaba. Y lo hacemos desde la ilusión con la que este optimista por naturaleza afronta el futuro más cercano.

-Aunque ahora parece que empezamos a vivir de verdad una nueva normalidad, ¿cómo ha sido esta travesía?
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Ha sido durísimo. Yo creo hemos tenido dos trabajos las compañías y en concreto las del sector del vino. Por un lado el producir y comercializar que es nuestro trabajo habitual, que ya de por sí es competitivo y duro. Y además añadido el tener que adaptarte a una realidad que nadie esperaba, que es el COVID. En nuestro caso tuvimos que hacer turnos de trabajo, protocolos muy estrictos, adaptarnos a unas circunstancias extremas, tanto a nivel productivo como de comercialización, teletrabajo... Bueno, lo que todos sabemos, y eso ha hecho que el trabajo sea doblemente difícil. Pero bueno, en nuestra empresa yo estoy muy contento por dos cosas. Una, que no hemos hecho ningún ERTE ni ningún ERE en la empresa. Creo que la empresa ha pasado con nota este túnel negro o como lo queramos llamar y la verdad que yo estoy muy contento. Y la segunda es que ya empezamos a ver que la cosa empieza ya a marchar en el consumo de vino.

-¿En vuestro caso en concreto con todas las patas del negocio que tocáis?
-Exacto. Por un lado la alimentación que se ha disparado en ventas y hay cosas positivas como, por ejemplo, que ha subido el consumo de vino en el hogar. Yo creo que va a subir en los años que viene, porque la gente ha sabido disfrutar del vino en casa, que eso es importante. En países más anglosajones o de norte Europa, escandinavos la gente llega a casa se abre una botella de vino mientras que ve una serie o charla. Eso en España no ocurría tanto. Estábamos más centrados en las comidas. Eso ha ocurrido y eso es positivo. La parte buena ha sido esa. Pero por contra la parte mala ha sido la hostelería, que es el otro canal grande que tenemos y que obviamente ha sido un desastre. Y eso lo sabemos todos y ha sido una lucha. En la época más dura del Covid hemos tenido un apoyo permanente al canal Horeca porque todos nuestros clientes, distribuidores, restaurantes pedían aplazar pagos, apoyarles y lo hemos hecho de manera creo que importante. Estar muy cerca de los clientes y eso es lo que nos ha hecho salir muy bien de esta crisis. Y luego están los canales online, que también se va a otra noticia positiva porque todos sabemos que han crecido. En nuestro caso ya tenemos una tienda on line desde hace años y que ha dado un servicio muy bueno y ha tenido un crecimiento muy importante aunque obviamente no compensa la pérdida de ventas en hostelería, como todos sabemos. Y luego la otra pata vital para todos, y que también ha aflojado durante este último año ha sido el turismo. Obviamente que España somos receptores de 80 millones de turistas y eso se nota porque son muchas bocas que alimentar y que beben vino y que no han estado ahí. Y ahora se empieza ya a ver cierto movimiento. No vamos a ver todavía las cifras de 2019, pero se empiezan a ver una realidad nueva.

-Y tú, Javier, con todos los indicadores, y vuestra presencia también en muchísimos países, cómo ves esta esta salida?
-Yo soy una persona muy optimista y siempre positiva. No queda otra. Pienso que vamos a tener un boom económico importante en los próximos dos o tres años. Hay dos caras. El consumidor que ha ahorrado porque ha estado más en casa y no ha viajado, no ha tenido opciones y ahora tiene muchas ganas. Y eso va a traer un repunte importante de consumo y eso yo lo veo como algo muy positivo. Por otro lado, es verdad que ha habido gente que es de sectores que han perdido su trabajo. Es muy triste y hay gente que a lo mejor tiene una cara que no le da una oportunidad porque ha perdido su trabajo, porque su sector ha ido mal. Entonces hay dos caras, pero yo creo que vamos a vivir unos años veinte como toca y esperemos que así sea. Yo soy optimista. No será la V que decían, pero poco a poco el consumo se va a activar y al final yo siempre digo la economía es un estado de ánimo. La gente empieza a consumir y empieza a viajar, empieza a tener ocio y el vino siempre está presente en el ocio. Las celebraciones, por ejemplo, son otro canal importante, las celebraciones donde se consume mucho vino que está también parado y ahora empieza a activarse. Con todo, estamos contentos porque si hemos sobrevivido a esto ya nos pueden echar lo que sea.  En el sector del vino creo que estamos acostumbrados a A vivir momentos así, porque siempre ha sido un sector muy competitivo. Dependemos de la agricultura, que es una lucha cada año... y creo que somos un sector fuerte. Resiliente digamos.

-¿Y como percibe la plantilla de Vicente Gandía, esta solidez en momentos tan complicados?
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Como en el fútbol las individualidades no van a ningún sitio. Creo que es importante es el trabajo colectivo en una empresa. Cuando hay un buen equipo formado que se apoyan unos a los otros es cuando es sólida. El factor humano es vital y en situaciones como éstas que nos llevan aquí se ha demostrado. Y eso hay que reconocerlo. Por ejemplo hemos subido el sueldo al 18 por ciento de la plantilla. Tomamos la decisión de que es ahora cuando hay que apoyar al empleado más que nunca y lo hemos hecho con los empleados que tenían un sueldo más bajo y en un momento como éste había que apoyar. Si a eso le sumas que no hemos hecho ERTES, ni ERES... como director de la compañía una de mis prioridades es crear equipo, porque al final no hay ninguna empresa sin equipo humano. Yo quiero dar la enhorabuena a todo el equipo porque gracias a ellos se habían conseguido los éxitos anteriores a la covid y gracias a ellos se ha mantenido la solidez como compañía en momentos tan complicados.

Javier Gandía. Foto: FERNANDO MURAD

-Lleváis dos años de inversiones importantes. ¿Hacia dónde viaja Vicente Gandía? 
-En los últimos dos años estamos acometiendo inversiones muy importantes en la compañía y que son necesarias para mejorar y para añadir solidez a nuestro proyecto. La primera fue un almacén nuevo en Chiva, con capacidad de 6000 palets donde tenemos todo el vino refrigerado, tanto a temperatura como humedad. Es decir, tenemos el vino en una cava enorme y desde ahí trabajamos la logística de manera muy eficiente. También invertimos en líneas nuevas de embotellado que hemos abierto recientemente. Tenemos una línea nueva de envasado, con una capacidad tremenda. Nosotros teníamos ya dos líneas de embotellado y esa es la tercera . No solamente incrementamos de manera considerable la capacidad en un 30/40 por ciento, sino que además podemos hacer formatos que antes no podíamos: espumosos de alta calidad, botellas más pequeñas,  botellas especiales, botellas troncocónicas... es una línea muy versátil que nos permite hacer mejores productos y con mayor capacidad. Y creo que estamos dando un salto importante en el tema de embotellado gracias a esa nueva línea. Y luego también hemos invertido en una línea de bag in box completamente automatizada que la maneja una sola persona con la última tecnología. Ambas nuevas líneas tienen una tecnología que te permite controlar la calidad mucho más porque todas las mejoras que estamos haciendo es un poco dentro de nuestro plan de calidad que es muy importante. La calidad es una obsesión para nosotros. Es una cosa que se suele decir en todas las empresas, pero luego hay que practicarlo todos los días. 

-Pero ¿también habéis invertido en viñedo?
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Así es. La última inversión es la joya de la corona. Es el viñedo de casa Casa Gallur, donde estamos muy ilusionados. Con la llegada de Pepe Hidalgo a la dirección técnica tras jubilarse Luis García, hemos acometido proyectos que nos ilusionan para esta nueva etapa. Estamos ahora invirtiendo en viñedos, en barricas de gama alta y él está liderando todo eso, muy ilusionado, como un niño con zapatos nuevos. Viene de una familia que es un referente en la viticultura y enología española. Yo creo que hemos juntado cuatro generaciones de familia Gandía con tres de la familia Hidalgo y cosas malas no van a salir (ríe)...  Hemos adquirido Casa Gallur, un viñedo de 61 hectáreas en la zona limítrofe de Albacete con Valencia, en la zona ya casi de la Toscana valenciana. Un viñedo con una enorme calidad suelos, muy árido, pedregoso, que tiene unas condiciones brutales para elaborar vinos con alta concentración, poca pluviómetría y la idea es hacer vinos tintos de nivel top. Ahí tenemos Tempranillo, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon, es decir, la aristocracia de las variedades tanto españolas como francesas. Y la idea es hacer vinos de alta expresión, muy finos, de una extrema elegancia. Queremos competir con los mejores vinos del mundo y que en Valencia estemos orgullosos de hacer vinos de ese nivel. Creo que cuantas más bodegas valencianas entremos en esa liga, mejor. Yo cada vez que abro una botella de vino valenciano y es bueno me alegro, porque al final esto es una zona que debemos defender todos. 

-Y en pandemia presentásteis los nuevos bobales, y viene Cerámic... 
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Con Pepe Hidalgo estamos trabajando en una trilogía. La primera es los bobales, que ha sido una apuesta por el potencial de la uva bandera de Utiel-Requena, con la bobal blanco y al negro. Y el siguiente paso es un vino criado en tinajas, que ya lo veréis después de verano, en el que intentamos sacar el potencial máximo de la monastrell. Y el tercero sería lo que viene en Casa Gallur, que serán el cierre del círculo de la trilogía. Creo que en Valencia vamos a poder disfrutar de los que yo creo que van a ser los mejores vinos que hemos hecho en la historia de la compañía. Porque tenemos más conocimiento y tenemos más medios. Estamos ilusionados porque creo que cuando haces una cosa en la que crees mucho, pues al final lo haces bien. Casa Gallur yo creo que va a cerrar un círculo dentro de nuestra empresa y el vino valenciano. 

-La sostenibilidad es otra de vuestras grandes apuestas. ¿Hasta dónde es de importante para vuestra compañía? 
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No viene de ahora. Lleva años  haciendo cosas sostenibles que no estaban categorizadas como tal. La sostenibilidad no puede ser una moda, es una obligación en línea de lo que has hecho tú ya. Las empresas nos tenemos que poner al día, porque no hay plan B. O hacemos algo o no hay retorno. También tengo que decir que el sector del vino es de los más sostenibles que hay como sector por si mismo. Es decir, la agricultura existe muchos siglos antes de Jesucristo. Pero recientemente tenemos dos dos hitos que son muy importantes. Seguimos la norma ISO 14001, que es la ley de referencia en el tema de medioambiental. Nosotros con esta norma estamos al día con mejoras continuas de sostenibilidad. Ya medimos todo lo que hacemos en todos los ámbitos y hemos contratado una persona para dirigir toda la sostenibilidad de la compañía comunicamos a nivel interno por qué cambiamos algunas maneras de trabajar que siempre es complicado, en beneficio de ser más sostenibles. Esa persona lidera el proyecto sostenibilidad y tenemos un plan muy ambicioso, tanto de uso de envases más ligeros, reciclando todo el agua que utilizamos las en las fincas y en la bodega, el uso sostenible de aparatos., la eficiencia energética... Es un plan muy completo. La sostenibilidad debe ser una obligación en el mundo empresarial de manera integral porque lo que realmente tiene impacto es un plan total de sostenibilidad. Por ejemplo, con El Miracle estamos invitando a los consumidores a reciclar las botellas con un concurso de ingenio y decoración, convirtíendola, por ejemplo, en una lámpara, un jarrón... Dándole una segunda vida. Involucrar al consumidor en el tema sostenible está dentro de nuestra estrategia.  

-¿Y hacer sostenible el medio rural también es sostenibilidad?
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Por supuesto. Nosotros compramos también mucha uva a los agricultores de todas las zonas en las que estamos como compañía. Generamos riqueza en esas zonas rurales. Y eso contribuye a al sector a que la gente no no abandone el campo. Es otra de las enseñanzas que debemos extraer de esta pandemia. Parecía que las ciudades concentraban todo y ahora la gente se ha dado cuenta de que también es posible una vida fuera de las ciudades más tranquila, más pausada, más rural. Y eso creo que también es necesario en un país. En Francia, por ejemplo, hay un desarrollo rural muy importante, con poblaciones más pequeñas y que tienen un nivel de vida importante. Creo que hay que llegar a un equilibrio en ese sentido. El sector del vino estamos dando opciones, por ejemplo, de economía circular. En esto también estamos convencidos del papel que tiene el enoturismo, y nuestra apuesta con Hoya de Cadenas es muy importante. Recibimos en la Finca a varios miles de enoturistas al año. Y eso también es generar riqueza en el medio rural.

-Por último, también la innovación es un pilar importante en Vicente Gandía.
-Hemos innovado desde que comenzamos en 1885. Empezamos con la innovación desde la creación de la compañía por parte de mi bisabuelo. Trabajaba en una empresa francesa que estaba establecida aquí en el puerto de Valencia, creó su negocio y con eso ya empieza a innovar. En el ADN de la empresa siempre estaba eso. Mi padre, como sabéis, creó Castillo de Lliria, una marca que cumple 50 añosy que supuso el inicio del vino valenciano embotellado. ¿Qué estamos haciendo ahora? Bajo mi punto de vista vivimos en una sociedad saturada de información, de productos... Y nosotros apostamos por innovar haciendo algo diferente y de calidad. Porque si es diferente pero no es bueno, no me vale. Hay que innovar, pero dándole al consumidor un producto de calidad. En ese sentido Pepe Hidalgo encaja muy bien en nuestra filosofía porque es una persona que trae también nuevas ideas que se suman a las que teníamos como empresa, con un  nuevo aire enológico, y que se está traduciendo en cosas interesantes. El Bobal Blanco ya de por sí es un vino que ha roto esquemas. Ahora hemos hecho el Nebla Verdejo Rosé,  el primer vino rosado de esa variedad, o Ceremonia Blanco de Monastrell, por ejemplo. También todos los nuevos vinos que vendrán en breve nacidos de Casa Gallur o de las tinajas. Pero más allá de los productos, por ejemplo, hemos hemos lanzado las botellas de aluminio en formato de 25 centílitros de Sandara. Van dirigidas a un público que quiera un formato individual que es sostenible y reciclable porque el aluminio es más fácilmente reciclable. Está siendo un súper éxito. En definitiva, que vamos a seguir innovaando con los productos, con los formatos y luego en todos los procesos. Porque al final no solamente los productos, sino los procesos que utilizas tienen que ser también innovadores. Por último, en breve vamos a lanzar un vino sin alcohol. Los vinos sin alcohol para mí tenían dos defectos: que son caros y de baja calidad. Nuestra idea es, después de verano, lanzar unos vinos sin alcohol. Pero con una calidad muy alta y a un precio que esté acorde con lo que creo que el consumidor espera de un vino sin alcohol. Hay que adaptarse a los hábitos de vida actuales y los productos sin alcohol tienen sus público.  De lo que estamos convencidos es de que todo hace falta, todo forma parte de un proyecto en el que comercializamos 27 millones de botellas en casi 100 países. Pero siempre con la calidad y la valencianía por bandera y sin perder de vista nuestras raíces y nuestro origen.  

-¿Con qué palabra definirías la etapa que viene?
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Ilusión. Nosotros trabajamos porque nos gusta lo que hacemos y cuando haces lo que te gusta, al final la pasión e ilusión es lo que mueve el mundo. Somos una bodega grande, pero con alma.

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