GRUPO PLAZA

ENTREVISTA AL CONCEJAL DE CULTURA FESTIVA Y PRESIDENTE DE LA junta central fallera (jcf)

Pere Fuset: "Determinadas voces de las Fallas las han utilizado como herramienta política"

25/02/2019 - 

VALÈNCIA. "Quien politiza es quien las convierte en un arma de crispación", explica una y otra vez Pere Fuset (València, 1982), concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València y presidente de la Junta Central Fallera (JCF). Y quien lo ha hecho tradicionalmente, dice, es la derecha "contra la izquierda". De hecho, tras escuchar de la oposición que el Govern de la Nau iba a perjudicar la fiesta de las Fallas, "no sólo no nos hemos cargado las fiestas, sino que hemos intentado convertirlas en lo que son: cultura, y motor social y económico". Pasar la exposición del Ninot de una carpa al Museo de las Artes y las Ciencias, el aumento de las subvenciones a las comisiones, y otras mejoras en las fiestas de la ciudad, son sus principales baluartes.


Pendiente se ha quedado, "y no depende de mí", la convocatoria de un Congreso Fallero para actualizar el Reglamento de las Fallas. "Yo propuse su celebración y el 86% de presidentes y presidentas votaron que no", por lo que insta al colectivo a reflexionar. Destaca, sin embargo, el gran ejercicio del diálogo practicado durante el mandato para múltiples empresas. Ahora bien, el concejal se lamenta de que esta voluntad de diálogo no siempre se ha dado en todos los lados, en todos los momentos". En ese sentido, incide en que "ha habido quien ha tratado de usar las Fallas como herramienta política generando desconfianzas, en muchas ocasiones infundadas, y generando polémicas estériles y absurdas muy relacionadas con lo irracional y poco con lo racional".

Respecto a la gestión municipal, Pere Fuset resalta que lo que ha hecho falta mejorar son los tiempos en la administración, algo en lo que suelen convenir el resto de compañeros de ejecutivo. Para ello, Compromís propone la creación de "nuevas estructuras" -nuevos organismos municipales- que permitan agilizar los trámites. Buen ejemplo de ello es la empresa mixta que ha anunciado el alcalde, Joan Ribó, para la construcción de viviendas de alquiler asequible. Opina que también es necesario repensar el reparto de áreas entre los ediles, "a partir de la experiencia" de estos últimos cuatro años, y es rotundo sobre si quiere repetir en la delegación de Fiestas: sí.

- La oposición siempre critica que Compromís ha intentado politizar la fiesta de las Fallas.
- Quien politiza es quien las convierte en un arma de crispación. No es ninguna novedad. Si tiramos de hemeroteca, vemos que cuando gobernó el primer ejecutivo progresista en la ciudad, la cosa fue muy similar o peor. Una de las cuestiones más recurrentes es la batalla de los símbolos. La derecha utiliza las fiestas contra la izquierda. No es nuevo y cuarenta años después hay quien continúa haciéndolo. Pero si nos fijamos en el balance general que hace la ciudadanía -una buena pista son los barómetros municipales-, entre tanta fake news, trolas y bulos, es bueno. 

- Estaban politizadas las Fallas antes de que usted llegara aquí, entonces.
- Insisto: creo que politizarlas es utilizarlas como arma política. Lo ha hecho tradicionalmente la derecha. Lo utilizan como herramienta de oposición. Pero fuera de ello, no sólo no nos hemos cargado las fiestas, sino que hemos intentado convertirlas en lo que son: cultura, y motor social y económico. No nos hemos limitado a hacer el 'sota, caballo y rey', sino que hemos querido ir más allá modernizando y actualizando una cultura festiva que es muy rica en València. Creíamos que necesitaba un revulsivo.

La exposición del Ninot, por ejemplo, ha pasado de una carpa al Museo de las Artes y las Ciencias. Ahora es oficialmente museo, que antes no era. Igual con el museo del Corpus, de la Semana Santa Marinera, etcétera. Éxitos colectivos como la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El hecho de que hayamos aumentado las subvenciones a las comisiones falleras, que además incluyan conceptos como las bandas de música. Eso sólo relacionado con las Fallas. Otras cuestiones importantes: la descentralización de la Navidad, la Gran Fira de Julio, la fiesta de les Campanades o esa Cabalgata de Reyes Magos que por fin está a la altura de lo que merece València.

- ¿Se podrían haber hecho estos cambios con otro tipo de gobierno?
- Sé que el Partido Popular gobernó veinticuatro años esta ciudad y se han hecho cosas, pero lo que ha ocurrido estos cuatro años ha sido frenético. Posiblemente, una de las cosas que más se me critica al final, cuando los cambios se consolidan, son los ritmos. Hay quien me dice que voy demasiado rápido. Cuando te das cuenta del trabajo que se ha hecho, te das cuenta de lo urgente que era hacerlo.

- ¿Y qué queda por hacer?
- Muchísimas cosas. Esto no acaba nunca.

- ¿Qué propone Compromís en este ámbito de cara a un posible futuro Govern de la Nau?
- Hay que consolidar esa política de descentralización. Hacer que Navidad sea atractiva. Hay que continuar aumentando ese presupuesto. No sólo en iluminación, también en actividad. Espectáculos como los de La Marina han venido para quedarse. También hay otras pequeñas y medianas fiestas de tanta importancia como el Corpus, la Semana Santa, San Vicente, que han de ser potenciadas.

Hay una cosa que se ha quedado pendiente y que no depende de mí. Necesita de la reflexión del colectivo fallero. Es la convocatoria de un Congreso Fallero. El Reglamento Fallero sólo se puede actualizar con la convocatoria de un Congreso. Yo propuse su celebración y el 86% de presidentes y presidentas votaron que no. Sólo así podremos avanzar en muchas cosas imprescindibles en las Fallas.

- Se han dado algunas discrepancias entre los representantes falleros y el concejal de Fiestas. Pero por otra parte se ha practicado mucho el diálogo, por ejemplo con el Bando Fallero. ¿Cree que el colectivo fallero valora ese trabajo de consenso?
- El colectivo fallero es muy amplio y diverso. Creo que en la base social, el diálogo se aprecia. Demuestra que ese lema, sobre el que algunos han hecho coña, el de 'hacer piña', cuando se hace, funciona. Nos sentamos en la misma mesa y conseguimos hacer esa redistribución de las subvenciones. Nos sentamos a hablar sobre la nueva clasificación de fallas, que ha producido el mayor aumento de presupuestos en la última década. Nos sentamos en la misma mesa para acordar un nuevo sistema de jurado para elegir a la Fallera Mayor. Incluso nos sentamos para decidir cómo hacer la nueva cabagata del Ninot o cómo se tenían que sentar las presidentas y los presidentes en la exaltación de la Fallera Mayor. Siempre que ha habido voluntad de diálogo, salimos ganando. Lo que pasa es que esta voluntad de diálogo no siempre se ha dado en todos los lados, en todos los momentos.

- ¿Quiere decir que algunos representantes no han estado a la altura alguna vez?
- No diría tanto. Pero sí que creo que ha habido quien ha tratado de usar las Fallas como herramienta política generando desconfianzas, en muchas ocasiones infundadas, y generando polémicas estériles y absurdas muy relacionadas con lo irracional y poco con lo racional. La primera vez que los presidentes me plantan en una asamblea fue porque pasó de celebrarse en el hemiciclo, pensado para 33 concejales, a hacerse en el Palau de la Música, donde caben 400 personas. Quiero recordar que hay 382 presidentes de fallas. Es una absoluta temeridad convocarlos en un lugar donde no caben. En alguna ocasión ha tenido que intervenir una ambulancia por desmayo. Y el cambio generó una polémica.

Después, hubo polémica porque en el Palau no estaba la bandera de España, estaba la Senyera, que lleva allí 20 años y está en todos los casales. Nunca esto había generado polémica. También se ha generado polémica en torno a la normativa lingüística, cuando la Junta Central Fallera aplica la normativa oficial, la que está en el Estatuto de Autonomía y en el propio Reglamento Fallero. De estas podemos encontrar un montón. Son polémicas que quieren tapar la gestión que se ha hecho y que apelan a las emociones y no a la racionalidad.

- ¿Los representantes han utilizado las Fallas desde la perspectiva de la derecha contra Compromís?
- Los representantes son tan plurales como es la propia base. No va a conseguir que diga un genérico. Sí que creo que determinadas voces en el ámbito de las Fallas que han utilizado su posición para hacer discursos políticos. Es evidente y está más que documentado. Gente que tiene una determinada ideología y que ha intentado hacer entender que esa ideología era la ideología de las Fallas. Y las Fallas son plurales y diversas. Es precisamente una de las grandezas de nuestra fiesta: pocos espacios como las Fallas son capaces de unir a gente tan diferente, en género, en profesión, en sensibilidades, en edades y también en pensamiento político.

- Abramos el foco. ¿Qué es lo que mejor ha hecho el Govern de la Nau?
- Lo que mejor ha hecho ha sido arremangarse, ponerse el casco y rehabilitar. Creo que los valencianos no somos todavía conscientes del pozo en el que estaba el Ayuntamiento. Hemos conseguido actuar en las emergencias. Hemos sacado a València del Plan de Ajuste y acabar con buena parte de la deuda. Pero también emergencias sociales. Las tres primeras decisiones que tomó este gobierno fueron muy simbólicas. La primera fue bajarse el sueldo, la segunda fue abrir la plaza del Ayuntamiento y la misma casa consistorial, y la tercera fue evitar que a nadie se le pueda cortar el agua o la luz, o que se le pueda desahuciar por no poder pagar la hipoteca. Se ha hecho muchísimo en políticas sociales y posiblemente esto no genere titulares porque no son polémicas, pero están incidiendo de manera notoria en una ciudad que todavía necesita mucho más.

- ¿Qué se podría haber hecho mejor?
- Posiblemente, y hablaré sobre mi área para no involucrar al resto, son los ritmos. El cambio político es tan profundo, tan grande y tan inmenso, que es difícil darle la vuelta a determinados discursos a los que hemos estado acostumbrados. Hay que hacer muchísima pedagogía. A lo mejor tenemos que hacer más y explicar el porqué de las cosas, que siempre son bienintencionadas.

- ¿Cómo pretende Compromís acelerar los ritmos de la Administración?
- Son ritmos del siglo XIX. No es fácil, hasta ahora el gobierno ha reducido la deuda y hemos salido del Plan de Ajuste. Esto posibilitará generar nuevas estructuras más flexibles y rápidas dirigidas a un sistema más gerencial. La próxima legislatura es la de repensar la administración y, en el marco legal que hay, conseguir que las cosas vayan mucho más rápido. Puedo asegurar que si hay algo que nos desespera más a los concejales son los ritmos.

- Además de crear nuevos organismos, ¿se tiene pensado llevar a cabo alguna actuación en el funcionamiento interno del consistorio?
- Esa es una forma, es muy determinante. Esto no tiene que corresponder a una ocurrencia de los políticos. Se está estudiando por expertos y técnicos este modelo para que se pueda aplicar. En ese sentido, ciudades como Madrid o Barcelona, están mucho más avanzadas y hay experiencias municipalistas que se pueden aplicar en València. Pero, como digo, no ha de ser una ocurrencia, sino un auténtico Plan Estratégico que permitan agilizar los servicios públicos.

- A nivel de gobierno, ¿cree que se tendría que repensar la distribución de áreas? Hay algunas muy similares que están repartidas entre los tres socios. Por ejemplo, Cultura Festiva, Cultura, Patrimonio, Teatros. También Vivienda y Urbanismo. ¿Se debería cuestionar?
- Yo creo que llegamos en 2015 con ganas y un proyecto. En 2019, a eso le sumamos la experiencia. Estoy convencido de que esa experiencia, sumada a unas ganas intactas y un proyecto con recorrido, nos permitirá funcionar de una mejor manera y hacer una mejor distribución de las áreas. No puedo responder ahora cómo será, porque tendrá que ser fruto del diálogo.

- ¿Pero qué piensa Pere Fuset?
- Pienso que se tiene que repensar desde esa experiencia que tenemos ahora. Pero como digo, será fruto del diálogo. No hay que hacer el cuento de la lechera. Primero hay que ir a las elecciones, revalidar el Govern de la Nau y sentarse a hablar.

- ¿Le gustaría repetir en Cultura Festiva?
-  El proyecto de Cultura Festiva es muy amplio. Cuando ves todo el trabajo que se ha hecho, tienes ganas de consolidarlo. Y además, le sumamos la experiencia y el conocimiento, y una actitud que sólo eso te da. En estos cuatro años hemos visto una evolución. Las polémicas han desaparecido por completo. Es posiblemente porque se ha conseguido hacer desaparecer o minimizar esas suspicacias y porque hay un aprendizaje sobre cómo enfocar las cosas. Por tanto, la respuesta es sí.

- Me gustaría que todos los políticos fueran tan claros en todas las preguntas.
- A veces me genera problemas, pero creo que la gente quiere que seas lo más claro que puedas.

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email


Quiero suscribirme

Acceso accionistas

 


Accionistas