CASTELLÓ. Hace días, cerca de 20.000 personas se manifestaron en Mallorca contra el turismo de masas. Este hecho puede marcar un punto de inflexión en medio de esa vorágine en la que se ha convertido el turismo y que, según algunas previsiones, puede llevar en 2030 a 1.800 millones de personas a salir de sus fronteras para viajar. En este contexto, poco a poco surgen proyectos que apuestan por el denominado turismo sostenible, basado en el respeto y el cuidado del medio ambiente y del patrimonio cultural material e inmaterial y con un impacto positivo en la economía y la sociedad local.
Uno de los proyectos que está obteniendo buenos resultado es el que ha implementado en la República Dominicana la castellonense Sonia Figueredo a través de su empresa TourImpact, con la que ha iniciado la transformación del sector turístico en la isla, conocida por el turismo de playa, integrando la tradiciones locales y la cultura dominicana en la oferta turística. Figueredo, formada en Negocios Internacionales y Marketing y que ha trabajado en la oficina comercial y económica de la embajada española de la República Dominicana, ve factible trasladar a las comarcas de Castellón una idea similar. Su pasión por la cultura y los viajes le ha llevado a desarrollar un modelo de turismo sostenible que considera necesario para preservar toda la riqueza natural y cultural de los destinos y en el que la educación y la concienciación son vitales.
-¿Por qué elegiste el sector del turismo para tu desarrollo profesional? ¿Qué te llevó a crear Tour Impact Group?
-Me introduje en este sector por pasión. Desde siempre he tenido mucha curiosidad y facilidad para viajar y encontrar lugares poco conocidos, y con el paso de los años me he dado cuenta de que a través del turismo puedes tener un gran impacto en la sociedad y el medio ambiente, y ese fue el detonante. Trabajé un año como consultora para la cooperación internacional en el desarrollo de turismo sostenible en República Dominicana y gracias a esta experiencia conocí muchas iniciativas interesantes a las que no llegaba el turismo tradicional. Entonces fue cuando creé Tour Impact Group para unir las comunidades locales con los viajeros de todo el mundo a través de experiencias auténticas que puedan generar un impacto positivo.
-Tu experiencia está, sobre todo, vinculada al turismo sostenible en República Dominicana. ¿Qué propuestas se podrían trasladar a Castellón?
-Realmente este tipo de turismo es replicable siempre y cuando se adapte a la realidad de los destinos. El turismo sostenible tiene características clave, como la revalorización del patrimonio cultural del destino, que se puede aplicar en cualquier lugar. En República Dominicana existen unas tradiciones y una cultura y en Castellón otras, pero en ambos lugares se pueden rescatar tradiciones que se pierden en comunidades normalmente ignoradas por el turismo convencional.
El turismo que conocemos genera aglomeraciones con toda la consecuente problemática. En cambio, nosotros, una vez identificadas diferentes iniciativas locales en la región, las unimos a través de circuitos, rutas temáticas y/o itinerarios que permiten conocer mejor la vida cotidiana de las diferentes comunidades y generar un impacto positivo. Esta es una forma de potenciar el turismo sostenible que se puede trasladar a Castellón, donde cerca del 80% de los visitantes se quedan en las localidades típicas de costa. Hay muchas similitudes entre Republica Dominicana y Castellón. Los dos son destinos conocidos por turismo de sol y playa sorprenden en su exploración por su diversidad en parques naturales, ecosistemas múltiples, cultura y tradición, rica gastronomía…
-¿Y cuáles son las estrategias que se deberían seguir para diseñar itinerarios turísticos más sostenibles y reducir el impacto del turismo de masas?
-El primer punto es la identificación de experiencias, atractivos naturales y hospedajes, entre otras cosas. La parte de investigación es esencial y permite no solo identificar, sino también crear nuevas iniciativas de la forma correcta. El profundo conocimiento del destino es necesario para llegar a maximizar las posibilidades para el mismo.
El siguiente paso consiste en la colaboración. Si queremos crecer y fomentar un turismo alternativo, llegaremos más lejos si unimos fuerzas y conectamos los diferentes atractivos que tenemos a lo largo de la provincia. Las iniciativas individuales son valiosas, pero no cambian la percepción que los viajeros tienen de un destino. Por esta razón, al colaborar podemos transformar la imagen de un destino tradicional de sol y playa hacia una oferta más diversificada y atractiva para distintos tipos de viajeros. La unión de esfuerzos es clave para el éxito del turismo sostenible. De hecho, como consultora de desarrollo de turismo sostenible trabajamos con alianzas público-privadas en las que involucramos a ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales, cooperativas, agentes del sector público y más. Así, logramos generar un impacto significativo que pueda perdurar en el tiempo y afianzar una oferta alternativa. Este método se utiliza tanto para la creación como para la promoción.
Hoy en día existen miles de plataformas digitales que permiten a viajeros de todo el mundo descubrir y reservar nuevas rutas y circuitos turísticos. Yo me pregunto por qué Castellón no se encuentra entre ellas.
-¿Crees que es la falta de promoción o visibilidad la que propicia esa masificación del turismo en zonas concretas?
-Creo que es una de las razones principales. Los viajeros, muchas veces por desinformación o falta de visibilidad, no se mueven y saturan el destino. En cambio, si creamos itinerarios con un diseño apropiado y eficiente que enlacen experiencias desde Vinaròs hasta Montanejos, en los que cada día el viajero pueda disfrutar de una aventura diferente, apostamos por prácticas responsables y reducimos las aglomeraciones, la oferta puede cambiar las tendencias presentes y dispersar las masificaciones.
-¿Entonces, ves una oportunidad en el turismo sostenible para el medio rural de las comarcas de Castellón?
-La realidad es que existe una gran oportunidad que no se está aprovechando. Hay muchas ramas del turismo que perfectamente se podrían consolidar en el interior de la provincia, como el agroturismo y el turismo rural, el ecoturismo, turismo cultural… También hay algunas iniciativas sostenibles y diferentes, por ejemplo glampings con encanto y rutas en bicicleta por la montaña, pero son casos más bien aislados. Sin una integración, no es suficiente para cambiar el rumbo del turismo en la provincia y que se posicione con una oferta alternativa consolidada de cara a los viajeros.
Tenemos el potencial de transformar comarcas de pueblos prácticamente abandonados y convertirlos en destinos atractivos y prósperos con una mejor versión del turismo. Lo más importante está hecho, las propuestas tienen valor añadido y un enfoque sostenible, ahora para enlazarlas toca pensar a lo grande y revalorizarlas. Con una estructura y un enfoque en la experiencia completa del viajero, por ejemplo, las propuestas independientes existentes del sector agroalimentario se pueden convertir en rutas gastronómicas únicas.
-El turismo sostenible tiene, por definición, que generar un impacto en la sociedad, un impacto económico y ambiental, un hecho que puede suponer la revitalización de zonas rurales. En las comarcas de Castellón, dar visibilidad a muchos oficios artesanales y sectores a través de pequeñas rutas como de la cerámica o del corcho, por nombrar dos, y enlazarlas con gastronomía y casas rurales, ¿sería una opción?
-Por supuesto. Es importante recordar que existen tantos tipos de viaje como personas en el mundo y es por eso que la innovación y creatividad es importante para diversificar y aprovechar nuestros recursos. Ahí está la magia; no hay límites, ya que algo tan habitual como la cerámica para los castellonenses supone una novedad para un viajero de Estados Unidos. Ideas disruptivas han florecido en otros países, como el agroturismo en Italia o el turismo de silencio en Japón. Además, especialmente desde la pandemia existe un creciente interés por destinos que ofrecen una conexión más profunda con la naturaleza y la cultura local.
-A nivel ambiental, en la provincia de Castellón conviven 8 parques naturales que integran a una gran parte de las poblaciones rurales en su área de influencia, donde existe un rico patrimonio cultural. ¿Cómo se podrían desarrollar esas sinergías entre agentes turísticos, guías y comunidades locales para desplegar un proyecto que no tenga un impacto negativo?
-La ventaja de desarrollar este tipo de turismo hoy en día es que existen muchas herramientas para hacer las cosas bien que ya se han trabajado en otros destinos. En los casos de parques nacionales es muy importante tener en cuenta la capacidad de carga turística, como hacen en Machu Picchu, Perú. En este punto debemos actualizarnos y apoyarnos en la tecnología e incluso en la Inteligencia Artificial. A través del análisis de datos, los destinos pueden predecir picos de afluencia y gestionar mejor los recursos. Con estrategias acordes, distribuimos el flujo de turistas de manera más uniforme a lo largo del día y el año, evitando la concentración excesiva. Esto mejora la experiencia del visitante y alivia la presión sobre las infraestructuras locales.
También la implementación de programas educativos y campañas de sensibilización con el medio ambiente hace que los diferentes actores del turismo vayan más alineados. Si se cumple con lo previamente mencionado, el destino por su parte atrae a un tipo de viajero más concienciado y en grupos pequeños. Los nuevos viajeros tienen interés en conocer aquello que nos diferencia y por lo general también lo valora y cuida.
-Debe de entenderse el desarrollo en turismo sostenible como algo necesario y urgente para poder competir con otros mercados...
-Efectivamente, cada vez más personas están concienciadas y tienen en cuenta prácticas de turismo sostenible cuando eligen su destino, especialmente viajeros de países europeos como Francia y Suiza. La palabra sostenibilidad no es solo una moda, sino una necesidad, por lo tanto el turismo debería evolucionar en ese camino. Los primeros beneficiados son las comunidades locales, ya que además de dinamizar la economía local, se abordan problemáticas que afectan directamente a los castellonenses. Son muchos los que quieren soluciones a playas masificadas, precios desorbitados, saturación de servicios, degradación de ecosistemas… y la solución existe, pero requiere esfuerzo, visión a largo plazo y adaptación al cambio.
-En República Dominicana, ¿qué resultados ha tenido la puesta en marcha de Tour Impact Group?
-La acogida ha sido muy positiva, tanto de las comunidades locales por sentirse más apoyadas y valoradas, como de los viajeros por poder conectar con locales y descubrir experiencias a las que no podrían llegar solos. El proceso no es sencillo, por romper con lo conocido y tantos años establecido, pero merece la pena y ha supuesto un aprendizaje continuo. Y aunque ya he podido comprobar el potencial y he visto que el cambio es posible, pienso que los grandes grandes resultados todavía están por llegar.
-Después de tu experiencia, ¿crees que el gran reto del sector turístico a nivel mundial es la sostenibilidad?
-Definitivamente. Si tenemos en cuenta la historia; el fenómeno y boom turístico ha sido relativamente reciente, y ya hay graves consecuencias como la degradación de los recursos naturales. Por eso, el turismo sostenible es lo único que si se hace bien puede asegurar la supervivencia de los polos turísticos a largo plazo, además de sus otros beneficios.
-¿Te has planteado abrir tu propia marca de turismo sostenible en España?
-Claro que sí, ya durante la pandemia pasé unos meses en Vinaròs para estar con mi familia y pude investigar algunas rutas, itinerarios e iniciativas con grupos de amigos y familiares. Soy una apasionada del turismo sostenible y su impacto positivo, por lo que me encantaría seguir multiplicando su efecto y aplicar mis conocimientos en diferentes destinos, y en especial allí donde están mis raíces.