VALENCIA. La fabricante valenciana especializada en la producción de carrocerías para la automoción Grupo Segura comunicó hace unos días -mediante un humilde y escueto comunicado en su página web- que había alcanzado un acuerdo con la mercantil de estampación china Jilin Jinghong para la constitución de una joint venture en el país. La sociedad da de este modo el salto al gigante asiático, donde las nuevas factorías de coches se proyectan por decenas. "Después de tres años de viajes y negociaciones por fin llegó el día de firmar. Fui con mi familia, tampoco quisimos hacer nada demasiado mediático", cuenta al respecto el presidente, Francisco Segura. El empresario, cuya firma también se está expandiendo en la Comunitat -con la creación de su tercera fábrica de carrocerías- y en Hungría -con la ampliación de sus instalaciones- detalla para Valencia Plaza la ambiciosa hoja de ruta de su compañía.
-¿Por qué China?
-En todas las empresas los accionistas y el consejo de administración tienen que definir cuál es su estrategia, y nosotros apostamos por el crecimiento. Pensamos que en el sector del automóvil hay que tener tamaño. Ese análisis nos llevó a internacionalizarnos, nos llevó a Hungría. ahora estamos con esa expansión. Prácticamente estamos doblando el tamaño de nuestras instalaciones en Hungría, y el segundo paso ha sido dar el salto a otro continente, lo que nos ha llevado a China. ¿Por qué China? Por muchas razones. Primero porque el 50% de los vehículos que se fabrican actualmente se están fabricando en China. Pero sobre todo porque vemos que se están generando muchas oportunidades de negocio.
-¿Qué oportunidad detectan en el país?
-Al igual que vemos que barreras de entrada que tenemos hoy en día en Europa -por tratarse de un mercado bastante saturado y con muy buenas empresas en el sector- en China observamos que allí sí requieren de más proveedores, más industria, más know how. En China se están haciendo varias factorías de automóviles en estos momentos, están creando entre 5 y 10 nuevas fábricas al año. Somos conscientes de que Volvo, BMW o Ford están haciendo factorías, y eso es un síntoma muy importante para tomar nosotros la decisión de abrir en China. Teníamos que estar allí. Es un país en continuo crecimiento y expansión, con oportunidades muy muy buenas.
-¿Y por qué una empresa valenciana tiene un hueco en la ‘fábrica del mundo’? ¿Qué aporta Grupo Segura que los fabricantes chinos no puedan ofrecer a la automoción?
-China es un país increíble. Le queda muchísimo recorrido, y nosotros pensamos que podemos aportar en este sector. Estamos muy cómodos con el acuerdo con nuestro socio. Ellos saben que les queda mucho y que nosotros podemos aportarles experiencia y conocimientos, que ellos tienen menos. La mayoría de empresas chinas tienen alrededor de 10 años, y nosotros cumpliremos 50 en breve... Esa es la gran diferencia que puede haber entre una gran empresa europea consolidada y las chinas, que son empresas relativamente nuevas. Aunque pienso, por otra parte, que de aquí a 10 años estarán prácticamente a la par con las europeas...
-En este sentido, existe la creencia -no sé si injusta- de que China copia los modelos de producción, los abarata, y acaba con su competencia ¿Temen que pueda pasarles al aliarse con Jilin Jinghong?
"El temor a que nos puedan copiar el know how es absurdo, no nos importa. Mientras unos se dedican a copiarte tú sigues avanzando"
-Nosotros no tenemos un producto que se venda directamente al público. Vendemos directamente a los fabricantes de automóviles, y van a venir a nuestra casa a comprarnos. Nuestro producto es incopiable. No se puede falsificar. ¿Que nos copien los procesos? el temor a que nos puedan copiar el know how es absurdo, no nos importa. Colaborar con otra empresa y que esta aprenda tus procesos de fabricación no es en absoluto un problema. Yo soy de los que piensa que mientras unos se dedican a copiarte tú sigues avanzando y sigues un paso por delante. Muchas empresas con las que hemos contactado se mostraron sorprendidas porque les dejamos ver nuestros procesos productivos y hacer fotografías. Lo que nosotros queremos en China es que la nueva fábrica tenga nuestros estándares lo antes posible, lo demás nos da igual.
-¿Cómo es el acuerdo con el socio Chino? ¿Cuál es el reparto accionarial?
-Nosotros queríamos aportar nuestra tecnología y nuestros clientes a cambio de mantener la mayoría accionarial, una mayoría lo suficientemente amplia. Finalmente tenemos el 70% de la empresa. Es una join venture con una aportación inicial mínima, de 10 millones de euros de capital, y a partir de ahí tendremos que ir creciendo según las necesidades del mercado.
-¿Ya tienen acuerdos con alguna marca de automóviles para suministrarles en China? ¿Será Volvo el primer gran cliente?
-A fecha de hoy ya estamos ofertando proyectos en China. Esperamos que se nos otorguen en los próximos meses. Volvo es una compañía china -aunque originariamente fue sueca, como es conocido- y es por ello que es al primer cliente al que nos hemos acercado. Está por ver. Pueden pasar muchas cosas en el mercado del automóvil a nivel global y nosotros queremos estar ahí.
-¿Qué calendario y cifras manejan?
"Nuestro plan de negocio contempla facturar 30 millones en China en 2025"
-De momento ya tenemos la nave alquilada. Cuando lleguemos a un acuerdo con alguien ya podemos empezar a fabricar. Es de 3.000 metros cuadrados y empezará con 40 trabajadores. Está cerca de nuestro socio, que nos puede dar mucho apoyo. Tiene que ser un inicio. En la zona hay mucha capacidad para ampliar. La proveeremos de nueva maquinaria, pero en una primera fase también subcontrataremos para poder atender a nuestros clientes. Tenemos un plan de negocio inicial que prevé una facturación de 30 millones de euros en China para el año 2025. Aquí actualmente estamos en 112 millones de euros.
-¿Por qué eligieron la provincia de Jilin, ubicada al noreste del país? ¿Contemplan aprovechar ese emplazamiento para suministrar también a Japón y Corea del Sur?
-Nosotros creemos que es el lugar en el que va a haber más desarrollo en China. Es un país mucho más desarrollado de lo que la gente piensa, y en este lugar nosotros creemos que van a desarrollarse más oportunidades y queremos estar ahí. No pensamos, en principio, en dar el salto desde allí a otros mercados. China no te la acabas.
-¿Qué condiciones laborales se han encontrado en el país?
-Lo que hemos visto se parece mucho a Europa, al menos así nos lo parece en el sector del automóvil. A las fábricas que hemos visto se le nota que les falta modernización y productividad, pero son dignas en materia laboral. Quizá no ocurra así en otros sectores.
-¿Cuándo prevén ampliar en Hungría? ¿Qué quieren hacer allí?
-Llevamos dos meses de obra. Vamos a alcanzar los 25.000 metros cuadrados de fábrica, prácticamente el doble de los actuales. Allí hacemos lo mismo que en Valencia, somos globales. Cualquiera de nuestras fábricas puede suministrar a cualquier parte del mundo. Nosotros podemos suministrar desde Valencia a Volvo en Suecia o hacerlo desde Hungría. No fabricamos en Valencia todo lo que suministramos a Ford por el mero hecho de tener fábricas aquí. Tanto la apedrtura en Hungría y ahora la extensión de la fábrica se debió y se debe a cuestiones logísticas, a que el país está en el centro de Europa. También sabíamos que Mercedes iba a construir allí una planta, y de hecho es ahora uno de nuestros clientes más importantes. Nuestras plantas de Valencia son más productivas, pero los costes logísticos son muy altos.
-¿Cambia la victoria de Trump sus planes de instalarse en México?
"Trump no va a tener consecuencias. México va a seguir siendo la fábrica de Norteamérica"
-México forma parte de nuestro plan de expansión internacional, de la apuesta por estar presentes en otros mercados a nivel mundial. Empezamos por China porque nos atrajo más tras un análisis profundo. El siguiente paso sería México, pero en estos momentos -siendo muy sincero- vamos a ser prudentes hasta que se despeje todo el asunto político. No obstante, te puedo decir que esta circunstancia no va a tener consecuencias para la automoción. México va a seguir siendo la fábrica de buena parte de los coches de Norteamérica. No puede ser de otra manera, salvo que los americanos quieran dejar de vender coches. Para competir hay que buscar los mejores costes, y EEUU ha encontrado una importante reducción de costes en México.
-¿La desaceleración del mercado Europeo y sus efectos en Ford Almussafes les preocupan?
-Yo no soy un analista, pero el imput que nosotros hemos recibido en la empresa es que con el Brexit empezaron a bajar las ventas. Así de claro. Que sea una coincidencia o no, yo no lo sé. Pero lo que está claro es que los mercados tienden a pararse con convulsiones de este tipo, y sobre todo le ha pasado al mercado inglés. De la planta de Valencia se exportaban muchísimos vehículos al Reino Unido, y en estos momentos está más o menos paralizado. No obtante, yo creo que también hay que ser optimista. Me explico: Valencia, de hacer mil y poco coches al día pasó a hacer 2.000 y ahora está en 1.750 -o algo así-. Bueno, yo creo que el objetivo era muy ambicioso, más de 400.000 coches al año habría sido extraordinario. Nos vamos a quedar un poco más cortos... no son buenas noticias, pero tampoco son malas. No podemos hablar de recesión ni de nada por el estilo. Las multinacionales tienen que analizar el entorno, ver que está pasando y tomar decisiones de cara al futuro.
-¿Y hacia dónde va el futuro?
-Se habla mucho del coche autónomo, que está muy bien. Tal vez se habla menos de otra cuestión muy importante, de que tal vez la gente va a querer dejar de ser propietaria de un automóvil. Esto revolucionará la industria. Estamos todos bastante a la expectativa. Por lo que respecta a nosotros, mientras los coches sean de materiales como el aluminio o el acero, nosotros estaremos ahí. Si vemos que en un futuro son de otros compuestos, si se hacen con impresión 3D, la cosa podría cambiarnos, pero creemos que quizá esta deriva no afectará tanto a nuestro mercado. Nosotros estamos investigando con aluminio. Pensamos que puede haber una tendencia muy importante en esta línea.
-¿Qué valoración hace de la política industrial del Consell?
-Lo más importante, desde mi punto de vista, para que una economía sea lo más estable y desarrollada posible, es que haya industria, que se fabriquen productos, de la índole que sea. Es algo de planteamiento sencillo pero de ejecución complicada. Valencia, a nivel industrial, va muy bien porque un día se instaló Ford en Almussafes. También gracias a una compañía como Mercadona en el campo de la alimentación... en ambos casos se ha desarrollado una potente industria alrededor que está impulsando a toda la región.. Anteriormente, también a nivel industrial, grandes compañías como IBM o HP se instalaron aquí, y eso también nos hizo avanzar. Lo que debería hacer la Generalitat, en consecuencia, es atraer a empresas, a grandes empresas, a empresas tractoras. Porque, al margen de esto, todo lo que se haga, son acciones menores, desde mi punto de vista.
-Grupo Segura pertenece a AVE y forma parte del comité de la CEV ¿Se ven a medio plazo con mayor protagonismo en el ámbito de la representación empresaria?
-Uno tiene que responder ante la sociedad en función de lo que la sociedad le requiera. No es objetivo nuestro, para nada, pero, al igual que sucedió en su momento cuando todas las personas que han pasado por las instituciones mencionadas cuando o bien la sociedad o bien la propia institución se pidió e hicieron un ejercicio de generosidad muy importante y aceptaron, yo creo que todo empresario tiene que estar con esa misma actitud. Allí donde la sociedad se lo pida, poner de su parte. Siempre hay que estar abierto.