MADRID. Los temores a la recesión parecen remitir en todo el mundo, especialmente en la Eurozona, pero los tipos de interés no suben a la par, lo que constituye la mejor combinación posible para los mercados bursátiles, el crédito y las divisas de las materias primas. El dólar tuvo un rendimiento inferior frente a todas las divisas del G10, y las mayores beneficiadas fueron las latinoamericanas. La principal excepción fue el real brasileño, ya que el temor a que el gobierno de Lula rompa la estabilización económica lograda en el último año en Brasil sigue lastrando a la divisa.
En el momento de redactar estas líneas, las noticias sobre las protestas en China contra las medidas impuestas para frenar el covid están centrando la atención mediática, y los activos de riesgo pierden fuerza en las primeras horas de la sesión asiática. Además de las noticias que lleguen desde China, esta debería ser una semana muy movida para los mercados. Se espera que el informe preliminar muestre que la inflación de la Eurozona se mantiene en máximos históricos, especialmente el índice subyacente, lo que contrasta con las ilusiones que vemos en el BCE y en otras entidades de que la inflación desaparecerá por sí sola. Las noticias macroeconómicas de EE UU dominarán el final de la semana, ya que se publicará el informe sobre la inflación del PCE (jueves) y el informe sobre las nóminas de noviembre (viernes).
Aunque el sentimiento sobre la economía de la eurozona sigue siendo negativo, las principales encuestas que se publicaron la semana pasada fueron más positivas de lo esperado. Esto incluye los índices PMI de actividad empresarial, pero también la confianza de los consumidores y de los inversores. Por ahora, la debilidad de las encuestas no se ha reflejado del todo en las cifras económicas reales.
Esta semana la atención se centrará en las cifras de inflación de noviembre. El entusiasmo ante la posibilidad de que la inflación general retroceda ligeramente, aunque se mantenga en dobles dígitos, debería atenuarse por la ausencia de cualquier signo de retroceso en la cifra subyacente (que es más persistente), que probablemente se mantendrá por encima del 5%, un vertiginoso e insostenible 4% por encima de los tipos a un día en la eurozona.
Una semana más corta de lo habitual debido a las vacaciones por Acción de Gracias en EE.UU. ha dejado pocas noticias económicas o políticas que impulsaran a los mercados, aparte de la publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal, que resultaron un tanto obsoletas. Estas reforzaron la idea de que la Fed probablemente vuelva a subir los tipos en 50 puntos básicos a partir de diciembre, pero nos dieron poca información sobre la cuestión más importante: qué esperar el próximo año.
Mientras que el informe de nóminas no agrícolas del viernes debería centrar el interés, creemos que los mercados no están prestando la suficiente atención al informe sobre la inflación PCE de octubre que se publica el día anterior y que es el indicador de inflación preferido por la Fed. Será interesante ver si se confirma la tendencia del informe del IPC que tanto animó a los mercados, gracias en parte a algunas peculiaridades técnicas del informe. En caso de que sea más alto de lo esperado, podríamos ver un fuerte retroceso en las expectativas de la tasa terminal de la Fed.
La sensación de estabilidad que ha aportado a las finanzas del Reino Unido el Primer Ministro Sunak sigue beneficiando a la libra. También ayuda el hecho de que las expectativas del mercado sobre la tasa terminal en el Reino Unido siguen acercándose al 5%.
Esta semana es extremadamente tranquila en términos de publicaciones de datos en Reino Unido, por lo que el apetito por el riesgo entre los inversores y un par de discursos de los miembros del Comité de Política Monetaria (el martes y el miércoles) serán los principales impulsores de la cotización de la libra.
El yen cotizó ligeramente al alza frente al dólar la semana pasada, aunque la mejora general del apetito por el riesgo hizo que la divisa tuviera un rendimiento inferior al de la mayoría de sus homólogos del G10. Poco a poco, el yen japonés está recuperando su estatus como una de las principales monedas refugio del mundo, algo que habia perdido debido a la política monetaria ultra moderada del Banco de Japón. Sin embargo, al tiempo que los bancos centrales de todo el mundo se acercan al final de sus ciclos de endurecimiento, el yen vuelve a gozar de cierta popularidad entre los inversores, y la moneda se ha apreciado esta mañana al conocerse el empeoramiento de la situación del COVID-19 en China durante el fin de semana.
Los datos de la inflación japonesa, publicados la semana pasada, fueron más altos de lo esperado, y tal vez sean un preludio para una política monetaria del BoJ ligeramente menos moderada. Esta semana, los inversores seguirán de cerca los datos del mercado laboral (lunes), la producción industrial (martes) y el discurso del gobernador del Banco de Japón, Kuroda, (jueves).
El yuan chino fue una de las divisas que peor se comportaron la semana pasada. El sentimiento hacia China ha vuelto a empeorar, ya que los contagios de covid siguen alcanzando allí nuevos máximos históricos. Esto ha llevado a las autoridades a introducir restricciones a nivel local y a realizar tests en masa, mientras varias ciudades luchan por contener la propagación. Esto se sumará a la presión sobre la economía china y las autoridades se han apresurado a brindar apoyo monetario. La semana pasada, los bancos comerciales de China anunciaron nuevas líneas de crédito para ayudar a los promotores inmobiliarios en dificultades. Por primera vez desde abril, el PBoC también recortó su coeficiente de reservas obligatorias (RRR) para los bancos, reduciéndolo en 25 puntos básicos para garantizar una amplia liquidez.
En los próximos días recibiremos los nuevos datos del PMI de noviembre, que deberían ayudarnos a comprender el grado de desaceleración económica. Sin embargo, la atención inmediata en China se concentra en las protestas contra la política de cero-covid del país. Estas movilizaciones han estallado en los últimos días en respuesta a una serie de tragedias, entre ellas un incendio que causó 10 muertos en Urumqi, la capital de la región noroccidental de Xinjiang. Las protestas han tenido lugar en al menos nueve ciudades, entre ellas Pekín y Shangai, lo que ha agravado aún más el sentimiento hacia el yuan a comienzos de esta semana.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
El analista recopila lo más destacado de las últimas referencias macro e informes económicos publicados referentes al Viejo Continente