VALÈNCIA. Sabor agridulce. Esa es la sensación que les ha quedado a las candidaturas que se presentaron para liderar Podem a la III Asamblea Ciudadana del partido en la que Pilar Lima se ha hecho con la Coordinación de la formación por tan solo 38 votos. Un resultado que, si bien le brinda el liderazgo en la Comunitat Valenciana, no supone un espaldarazo indudable a su capitanía y deja una igualdad en la cúpula que, salvo una tregua en las próximas semanas, puede conducir el partido a una ingobernabilidad manifiesta.
De hecho, los resultados obtenido en el Consejo Ciudadano Valenciano (CCV) le obligarán a tener que sellar acuerdos con su oponente en el proceso, Naiara Davó, dado que cada una ha obtenido 14 puestos en este órgano y la representación queda dividida al 50%. Unas cifras que, a falta de que se elijan los puestos correspondientes a los círculos (12) y que estos puedan inclinar la balanza a favor de alguna de ellas, sitúa el escenario en un empate técnico -con Lima como líder- que apunta a una Ejecutiva obligada de consenso, ya que la propuesta que realice Lima debe ser aprobada por el CCV.
Obviamente, tampoco puede extraerse que Davó esté satisfecha por no haberse hecho con la dirección, aunque juega a su favor que la tendencia mediática iba dirigida a una victoria clara para Lima por estar bendecida por Pablo Iglesias o, al menos, por su entorno más cercano. Pese a esto, ha sido la candidata que ha ganado con menor margen. Es por ello que los ánimos no han decaído en el sector de Davó, porque pese a no ostentar el liderazgo sí puede tener en su mano que se lleven a cabo -o no- muchas de las decisiones que trate de impulsar Lima dentro del partido. Entre ellas: los posibles cambios en la portavocía en el grupo parlamentario y en el Consell que en los últimos días se habían venido barruntando.
En este sentido, conviene apuntar que horas antes de que finalizara el proceso se había estado especulando con la probabilidad de que la nueva coordinadora pusiera encima de la mesa la renovación de la sindicatura en el Parlamento e, incluso, en el Gobierno valenciano. El apoyo abierto del vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, a Davó no agradó -lógicamente- en la candidatura de Lima al no haber mantenido un perfil neutral desde las instituciones. Y la sombra de posibles variaciones ante una victoria de la exsenadora había hecho replantearse al propio vicepresidente dimitir del cargo y a la portavoz en Les Corts poner su cargo a disposición del partido, tal y como admiten fuentes del entorno de ambos.
No obstante, las mismas fuentes aseguran que ese escenario está ahora mismo completamente descartado. "Los apoyos que ha recibido Naiara no suponen un cuestionamiento abierto ni a su liderazgo ni al de Rubén (Martínez Dalmau). Si hubiera sido una derrota aplastante, la situación sería diferente y habría que escuchar esa respuesta de la militancia, pero no ha sido el caso", explican. "Los inscritos han hablado claro: quieren que se consoliden de una vez los liderazgos", añaden.
Una postura que confirmaban Davó y Dalmau este sábado a través de sus perfiles de Twitter. La primera aseguró que el "empate técnico" mandaba un "mensaje claro" y asumía "el mandato de seguir fortaleciendo las instituciones como síndica". "Hoy es un gran día. Los resultados de la Asamblea valenciana reconocen el trabajo hecho por el Gobierno valenciano y refuerzan el Botànic. Seguiremos mejorando día a día la vida de la gente", celebró el segundo. También para el Botànic, especialmente para el PSPV, que guarda una buena sintonía con Podem en el Consell, los resultados de este viernes fueron en cierto modo un alivio, dado que a priori no conllevarán cambios en el Ejecutivo.
Con estos mimbres, fuentes del entorno de ambos recuerdan además que cualquier posible alteración en el grupo parlamentario -que ahora deberá acordarse con ellos mismos- sería inviable por un motivo: la propia Davó tiene un respaldo mayoritario en él. De los seis diputados de Podem, cuatro son afines a la alcoiana y han formado parte de su candidatura: Davó, Ferran Martínez, Beatriu Gascó e Irene Gómez. La quinta diputada es Lima y la sexta, Cristina Cabedo, no se ha implicado en el proceso. Por tanto, el liderazgo de Lima en el grupo sería demasiado frágil.
Por el momento, cada parte trató este sábado de sacar pecho de los resultados obtenidos en la III Asamblea Ciudadana Valenciana: la nueva coordinadora reconoció en una rueda de prensa -a la que Valencia Plaza no fue convocada- que el resultado era "ajustado pero no un empate técnico" mientras la síndica de Podem en Les Corts discrepó de esta lectura y consideró que era precisamente eso. En la otra orilla, Àngela Ballester, que quedó fuera del CCV puesto que la candidatura de Fernando Navarro no logró ningún puesto en el órgano a pesar de arañar 560 votos, recriminó a Davó que se comportara como si hubiera ganado.
Las aguas, por tanto, siguen revueltas en el partido morado y parece que la partida de cartas no ha finalizado. El sector de Davó ha solicitado a la dirección estatal el recuento de votos que permita verificar los resultados de este proceso, una cuestión procedimental pero que con un escenario tan ajustado podría traer aparejado algún cambio.
La revisión también permitirá arrojar luz sobre lo ocurrido en un centenar de pueblos donde tan solo se ha registrado un único voto. Un suceso que ha levantado suspicacias en el seno del partido morado entre las candidaturas: exactamente en 100 municipios valencianos, una quinta parte del territorio de la Comunitat, sólo se ha computado un único voto a alguno de los candidatos.
Una cifra que ha despertado rumores entre los morados por atípico, y que ha hecho que de nuevo la sombra de posibles irregularidades vuelva a sobrevolar en la formación. Fuentes del partido aseguran que puede darse la circunstancia de que en diferentes localidades sólo tengas un militante, pero la tesitura de que esto ocurra en un centenar de pueblos resulta, a su juicio, cuanto menos "extraño".