VALÈNCIA. Mientras Ximo Puig sondea, recibe mensajes, reflexiona y trata de encajar las piezas de la crisis del Consell que prepara, en el Palau de la Generalitat y en las sedes de todos los partidos asesores y 'fontaneros' preparan el relato que acompañara a estos cambios. De hecho, se 'escriben' varios para tenerlos a punto y escoger después el que se mejor se ajuste al dibujo final del nuevo Botànic. Todo está aún pendiente de a cuántas áreas socialistas afecta y si lo hace finalmente también a alguna de sus socios.
El 'Érase una vez...' de Puig, del Palau y por tanto del PSPV-PSOE será el "impulso a la acción del gobierno",
tal y como definió él mismo la operación el pasado sábado. De ahí colgará todo. En los cuadernos ya está escrito que queda un año de legislatura y que hay que seguir transformando la vida de los valencianos y valencianas. No perder la iniciativa ante la derecha puede decirse delante de los micros o ya sin ellos, pero tiene su hueco. Esa explicación conduce a separar lo que se pueda los cambios de la renuncia como síndic socialista en Les Corts de Manolo Mata por su papel como abogado del jefe de la trama del 'caso Azud'. Los días que se están dejando entre una cosa y otra ayudarán.
Opciones cerradas... manos libres
La configuración del Botànic limita las opciones que dependen exclusivamente de Puig a las cinco carteras socialistas (excluida Presidencia). Las otras seis son cosa de Compromís (4) y Unides Podem EU (2). Si, finalmente, en el último momento alguno de ellos -especialmente Compromís- quisiera unirse con algún cambio, eso le daría cierta unidad al relato botánico, pudiéndose sumar al argumento de no ser un gobierno a la defensiva ni acomodado, aunque todo apunta al enroque de la coalición.
En cualquier caso, para sus movimientos Puig podría jugar con el comodín de la Delegación de Gobierno, del Senado y de instituciones públicas que presiden. Además, cuenta con la ventaja de que tiene manos libres en el PSPV, con el 'abalismo' desintegrado y con posibles oposiciones internas apaciguadas. En cuanto a los cambios en las consellerias socialistas, las opciones que se han estudiado van desde un cambio 'quirúrgico' que afecte sólo a Sanitat y a Ana Barceló, hasta una 'revolución' que toque la mayoría de ellas. Esta última opción es la que ha ganado ventaja en las últimas horas.
La primera opción, con la marcha de Mata y la superación de la pandemia del covid-19, tiene un relato sencillo y algunas ventajas. El nombramiento de la consellera como síndica le asegura a Puig una portavoz de lealtad inquebrantable en Les Corts ante un último año de legislatura que siempre es tenso y ante posibles turbulencias del 'caso Azud'. El cambio además se puede 'vender' como una recompensa a la exalcaldesa de Sax por su ardua labor ante una crisis de dimensiones desconocidas en las últimas décadas y le deja espacio para preparar un posible regreso a Alicante. No obstante que ante una crisis económica como la que se intuye, tocar únicamente ese departamento puede saber a poco.
En el argumentario oficioso se incluirá o no en función de esos cambios ese 'factor Alicante'. A falta de un año para los comicios, la provincia y la capital son las grandes 'obsesiones' de los estrategas socialistas por las dificultades que se auguran. Cualquier movimiento de Barceló se interpretará según ese prisma por su condición de posible alcaldable, pero la irrupción de una cara nueva de la provincia al frente de Sanidad o en cualquier puesto relevante como la Conselleria de Innovación también le situará en las quinielas para esa candidatura (que debe 'tirar' del voto en unas elecciones que se intuyen que irán con las municipales) o para ir de número 1 por la provincia.
El relato de la segunda opción (la de cambios múltiples) es más complejo. Más riesgos y también más potenciales beneficios. Un reto para los estrategas. Por un lado, puede parecer una enmienda a la totalidad del trabajo socialista pero, al mismo tiempo, puede leerse como una decisión valiente de Puig que prioriza la gestión sobre su partido. Un refuerzo al mejor activo con el que cuentan.
La solución intermedia (cambios en Sanidad y en otra conselleria) deberá buscar una razón específica para el departamento elegido y una salida adecuada a su titular para que mitigar el efecto 'señalado/a". Por ejemplo, si no es el propio Vicent Soler el que pide el cambio, ¿por qué un relevo en Hacienda tras el éxito de haber sacado adelante siete presupuestos? El desgaste, los achaques de salud del conseller o el deseo de dar un giro de enfoque al área podrían ser algunas justificaciones, aunque la mayoría opina que si Puig ejecuta el relevo, será ofreciendo una salida digna al histórico conseller.
Por otro lado, todo apunta a que la titular de Justicia, Gabriela Bravo, seguirá en su puesto; mientras que el responsable de Obras Públicas, Arcadi España, es el segundo que más posibilidades tiene de mantenerse, aunque podría ejercer de 'comodín' en alguna de las posibles variaciones.
En cambio, los movimientos más sencillos son, sin duda, los que incluyen a Carolina Pascual, la consellera de Innovación con sede en Alicante, donde el relato se dirigirá probablemente a dotar nuevos bríos y quizá algo de empaque político a una cartera de la que se espera sea punta de lanza en la provincia.
Compromís-Oltra y Unides Podem-EU
Que haya o no en el posterior relato sin grabadoras del Palau y del PSPV pullas a Compromís depende de si la coalición mueve ficha. De Unides Podem-EU apenas se habla estos días. En el caso del partido morado, el relevo de Rubén Martínez Dalmau por Héctor Illueca con un resultado aceptable da por cubierto el cupo de renovación. En EU, siendo Rosa Pérez la líder del partido, el cambio no tiene sentido ni candidato/a. La tensión entre ambas formaciones por los problemas que ha habido en Andalucía también les invitan a quedarse quietos.
En Compromís cualquier relevo ‘forzado’ en sus cuatro departamentos está descartado. Por un lado, porque debería contar con el impulso, o al menos la aprobación, de la vicepresidenta Mónica Oltra a la que su propia situación, con una posible citación como investigada por el TSJCV por la gestión de su Conselleria en el caso de los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada, le anima a no mover nada. Por otro, a diferencia de lo que le pasa a Puig con el PSPV, la compleja configuración interna (Més, Iniciativa, VerdsEquo) tampoco lo facilita. Defenestraciones no habrá.
De momento, los dos socios menores del Botànic ya han avanzado cuál será su relato oficial si todos siguen. Sus consellers "lo están haciendo bien", apuntó desde Compromís este lunes Aitana Mas. Los de Unides Podem EU "están consolidados", afirmó Pilar Lima. El discurso les permite que el foco apunte a la gestión socialista pero esconde cierta incapacidad para afrontar cambios.
La oposición: una elección 'sencilla'
En estos casos los relatos de la oposición son más sencillos de trazar (básicamente elegir entre 'da igual' o 'a ver si mejora') y al mismo tiempo, por razones obvias, menos relevantes. Por eso desde que Puig avanzó la 'crisis' el sábado los tres partidos de Les Corts han podido poner en marcha sus discursos y cuando se produzca sólo tendrán que ajustarlos al movimiento concreto.
Este lunes el popular
Miguel Barrachina y Ana Vega (Vox) coincidieron en que ya de igual los cambios que se hagan. "Lo único que le queda a Puig es dejar de arrastrarse y convocar elecciones", dijo la síndica del partido de extrema derecha. "La remodelación la harán los valencianos" dentro de un año, apuntó el diputado del PP. No obstante sugirió al president que cese a Oltra y a Barceló por sus situaciones judiciales (en el caso de la socialista por las condenas a la Generalitat por la falta de protección de los sanitarios) y también a Vicent Marzà.
Ciudadanos se desmarcó de ambos partidos y dejó la puerta a que pueda ser positivo, no sin remarcar que en su opinión llegar tarde. Su síndica, Ruth Merino, apuntó que la crisis debía haberse producido "hace ya tiempo" y sin depender de la renuncia de Mata y centro sus peticiones en Sanidad y en perfiles técnicos. "Ojalá acierte y no se deje llevar motivos partidistas en un año preectoral", apuntó. En parte, dependerá del relato.