Algunos consistorios, como el de Cullera, han aprovechado la primera mañana del servicio para dar cursillos de formación
VALÈNCIA. Los auxiliares de playa contratados por la Generalitat Valenciana enfrentaron ayer su primer día de andadura, aunque el estreno no fue igual para todos los municipios. Y es que, aunque la administración autonómica funciona como la principal proveedora de este servicio, a la hora de ponerlo en marcha ha delegado una serie de competencias en los ayuntamientos costeros. Entre estas concesiones se encuentra el propio posicionamiento de los profesionales a lo largo y ancho de la arena y, aparentemente, también la fiesta de bienvenida que se les brindó a los recién estrenados.
De este modo, algunas playas de la provincia de Valencia amanecieron todavía ayer sin sus informantes, a pesar de que las bases del concurso establecían el 1 de julio como la fecha de entrada en vigor del servicio. ¿Quiere esto decir, entonces, que los auxiliares faltaron a su primer día de trabajo? En absoluto. Más bien, fueron los ayuntamientos quienes los reclamaron para sí. Algunos de ellos tan solo les robaron un par de minutos, lo necesario como para darles una cálida bienvenida. Otros, como el de Cullera, prefirieron profundizar en su formación con una serie de cursillos que se alargaron durante toda la mañana.
La cuestión es que la entrada de los auxiliares en las playas se hizo de manera escalonada y, por norma general, más tarde de las diez, hora en la que supuestamente empezaba su turno. También es cierto que muchos de ellos tuvieron que esperar hasta ayer mismo para recibir sus uniformes y herramientas de trabajo, a pesar de que ya habían tomado posesión del cargo el jueves de la semana pasada. Más o menos lo mismo sucedió con la asignación de las playas, asunto que algunos de los profesionales tampoco tenían esclarecido en el momento de empezar. Pequeños contratiempos que, aunque comprensibles durante la inauguración de un nuevo servicio, fueron sumando hasta retrasar el momento de la verdad.
Finalmente, la caída de la tarde trajo consigo algo más de uniformidad, y los polos blancos comenzaron a verse de manera más asidua por los arenales valencianos. Había llegado el momento de aplicar todo lo aprendido en el cursillo online ofrecido por la Generalitat y, si se diera el caso, también lo que el ayuntamiento de turno hubiera tenido a bien enseñar. Por supuesto, esta etapa del día tampoco se libró de anécdotas como, por ejemplo, la ausencia en algunos casos de los walkie talkies prometidos. Y es que, municipios como el de Cullera consideraron esta tecnología demasiado avanzada para el primer día, por lo que decidieron posponer su incorporación hasta que los auxiliares estuvieran más familiarizados con sus tareas.
Después de la vorágine del estreno, los auxiliares se incorporarán a sus funciones en un horario fijo de diez de la mañana a ocho de la noche. El servicio durará del 1 de julio al 31 de agosto, y se alargará por todos los municipios de la costa valenciana.
Los auxiliares de playa son jóvenes de entre 18 y 29 años, con estudios mínimos en la ESO y demandantes de empleo. La dotación total por estos dos meses de trabajo es de 4.000 euros, y su función principal es la de velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias frente al coronavirus: distanciamiento social, control del aforo y correcto uso de los itinerarios marcados. Ellos no tendrán capacidad sancionadora, pero sí que deberán ponerse en contacto con el 112 o con la Policía Local en caso de que se produzcan incidencias.
La oferta recibió en su primer día más de 5.000 inscripciones. Sin embargo, tan solo 1.250 podían ser los elegidos: 1.000 como titulares y otros 250 como reservas. En cuanto al reparto territorial, Alicante se ha quedado con 418, Valencia con 348 y Castellón con 234.