VALÈNCIA. El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) tendrá nueva sede, pero nadie dijo que el camino fuese a ser sencillo. Tras la inauguración de su espacio en Alcoi, y con la llegada de Nuria Enguita al despacho de dirección del museo, la Conselleria de Cultura anunció su nueva apuesta para el centro: la apertura de una nueva sede en el Parc Central. La ubicación elegida, el muelle 3 de las naves de Ribes, se conecta con el barrio de Russafa y busca ser no tanto una sala más del centro sino un apéndice que amplíe su mirada. Con este espíritu, en noviembre de 2020 se presentó el proyecto en un evento que contó con la participación de la directora del museo; el entonces conseller de Cultura, Vicent Marzà; y el alcalde de València, Joan Ribó. Esta última presencia no era poco importante, pues el espacio es propiedad del Ayuntamiento de València, que lo ha cedido para tal uso.
La convocatoria sirvió para dar las primeras pinceladas de lo que será la nueva sede desde el punto de vista artístico y, también, para dibujar un primer calendario de actuaciones. Tal y como se apuntó en esa jornada, la intención era llevar a cabo la adjudicación de la redacción del proyecto y posterior adjudicación de la obra a lo largo de 2021 para que los trabajos se pusieran en marcha en 2022. El objetivo final: que la sede estuviera “a pleno funcionamiento” en 2023. La apertura, aunque no de manera explícita, miraba a las elecciones municipales y autonómicas de la próxima primavera, una línea de meta que forzosamente tendrá que cambiarse. Cada vez parece más claro que no será en esta legislatura cuando la nueva sede del IVAM abra sus puertas y es que a septiembre de 2022 no solo no han comenzado las obras sino que no ha sido licitada ni la obra ni la redacción del proyecto.
Ciertamente el proyecto ha dado pasos adelante, pero a un ritmo menor del soñado en ese noviembre de 2020. Desde el propio museo admiten “retrasos burocráticos” que han marcado el complejo camino para la constitución de la nueva sede, un camino que tiene tanto certezas como preguntas por responder. Entre las certezas, está el acuerdo alcanzado junto con el Ayuntamiento de València, siendo el pasado mes de abril cuando el consistorio completó el proceso, efectuando la cesión del muelle al IVAM por un plazo de 75 años y con carácter gratuito. Primera pantalla, completada. Pero el juego tiene muchos más niveles.
Preparando la licitación del proyecto
No hay que olvidar, además, que el muelle es un bien protegido, algo que obliga al museo a tener especial miramiento con el proyecto que ahí se va a desarrollar y que requiere del visto bueno de Patrimonio de la Generalitat para cualquier de las intervenciones que se lleven a cabo. En este sentido, y tras meses de trabajo al respecto, fue antes de verano cuando Patrimonio emitió un informe favorable que dio luz verde a la conversión del muelle en subsede del IVAM. Este es, en cualquier caso, el visto bueno a la idea. Ahora llega el camino hacia la intervención propiamente dicha.
¿En qué punto está el proyecto? Tras el primer visto bueno de Patrimonio, el museo está en pleno proceso de redacción de los pliegos técnicos para para la posterior licitación del concurso de arquitectura, un proceso que se prevé para esta última parte del año y que determinará la empresa encargada de diseñar la nueva sede del IVAM. Para tal efecto, el centro ha contratado a la empresa Adapta’t, por un montante de 8.000 euros (más IVA), que se encargará de diseñar los pliegos -en colaboración con distintos agentes del sector- y las tareas de acompañamiento durante el proceso de licitación. Una vez la empresa diseñe los pliegos -y cuenten con el visto bueno de Abogacía de la Generalitat- se procederá a la primera licitación. Más tarde, una vez se resuelva esta licitación, llegará la segunda, en este caso para seleccionar a la empresa encargada de las obras.
Con este horizonte y teniendo en cuenta el punto en el que está el proyecto (con las dos licitaciones por publicar), la apertura de la nueva sede del IVAM se dibuja más lejana que lo que un principio prometieron desde Cultura. Con todo, en estos años sí se han ido desvelando algunas de las claves del proyecto, una intervención que dividirá el espacio en dos salas expositivas y que contempla la apertura de una cafetería. Aunque se desconoce la programación que allí alojará, la directora sí ha confirmado que tendrá un perfil más vinculado a la investigación y los nuevos lenguajes, así como de conexión con el barrio.