VALÈNCIA. La Unión Municipalista ya ha configurado su realidad. En la asamblea nacional del pasado sábado quedó clara su fuerte raigambre de la Comunidad Valenciana, con más de la mitad de los cargos de su ejecutiva procedentes de las tres provincias de la autonomía, y la denominación antes mencionada que servirá de paraguas electoral para los múltiples partidos locales que la conforman.
Una vez concluida y asentada la cita madrileña, han empezado a trasladar a la práctica regional los acuerdos y la estrategia. Para empezar, pretenden extender la mancha de su proyecto más allá de a la veintena de formaciones municipales que se inscribieron antes del encuentro nacional. "Están contactando partidos que no se habían adherido aún para hacerlo", adelanta David García, alcalde de Nules y presidente estatal del nuevo proyecto cuyo objetivo consiste en "ser la tercera fuerza nacional, la alternativa desde el municipalismo".
Otros posibles pretendientes a formar parte de esta iniciativa son concejales que pasan a grupos de no adscritos (circunstancia que suele abundar en el tramo final de mandato) y que quieren competir con partido local. O ex de otras formaciones indignados con las candidaturas que presentaron estas (con antiguos concejales del PP ha logrado ser decisivo Ucin, también miembro destacado de la Unión Municipalista, en Alzira y Oliva). "Bienvenidas sean las personas que quieren hacer municipalismo de verdad, lejos de grandes siglas y partidos", ratifica David García.
Una tercera alternativa consiste en reclutar a ediles que se sientan más cómodos con un partido local que con una fuerza de ámbito autonómica o regional. Si en los anteriores casos podrían resultar más damnificados PP y PSPV, en este afectaría a Compromís, que en numerosas poblaciones se nutre de simpatizantes agrupados bajo el eje electoral de ' Acord' que precede al nombre de su coalición.
"Los partidos minoritarios tenemos una línea de expansión por el centro izquierda. Antes nos veían como algo simpático por lo inusual; ahora ya no les hacemos tanta gracia", apuntan desde Ens Uneix, formación comarcalista de la Vall d´Albaida gestada por militantes del PSPV como el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez.
Precisamente este último podría convertirse en el máximo responsable autonómico de la Unión Municipalista en la Comunidad Valenciana, mientras que su alter ego, la vicepresidenta primera de la Diputación, Natalia Enguix, lo sería en la provincia de Valencia.
La diputada ha emergido, de hecho, como referente del localismo valenciano, como su interlocutora en la corporación provincial. A ella la buscan para que asista a sus actos, lo que ha conllevado que se multiplique en visitas a municipios con formaciones independientes en el gobierno, como Bétera (con los cuatro ediles de Mas Camarena-Torre en Conill) o Massamagrell (con Veïns per Massamagrell haciendo de báculo del PP).
"Es su diputada, la autoridad a la que recurren desde el punto de vista formal o emocional", refrendan para explicar ese papel de ´lobby' provincial de partidos locales impulsado desde la vicepresidencia primera de la Diputación. Realmente no pertenece a su mismo partido, pero el hecho de que forme parte de un grupo municipalista hace que empaticen más con ella organizaciones como Centrats en La Pobla, el Partido de Requena y Aldeas o Massalfassar en Marxa, tres de los socios instigadores de la Unión Municipalista en la provincia de Valencia.
Ahora esta singular coalición, engrasada por coincidir sus miembros en no hallarse integrados en ninguna estructura supramunicipal -hasta ahora-, se abre sin tapujos a nuevas incorporaciones. Para ello ofrece esa disponibilidad de la Vicepresidencia de Diputación, esa empatía localista (más extendida en comarcas de interior como la Ribera Alta, la Costera o Camp de Túria) y una apuesta confederal.
"Los partidos que se sumen mantendrán su nombre en las próximas elecciones. Sus candidaturas las encabezarán con su propia denominación y a ella les seguirá, como apellido, Unión Municipalista", indican desde la organización como base de esa pretensión de ´sorpasso´ en 2027 a las grandes formaciones en instituciones como Diputación o incluso en Les Corts.
A ese tren no suben los concejales de Decidix, una coalición valencianista que tiene su epicentro en Albal, donde forma parte del equipo de gobierno. Se desmarcan por su carácter "estatal, mientras que el nuestro es un proyecto autonómico", tal como subrayan.
Esta circunstancia no arredra a David García, el citado presidente de esta tentativa que ha adquirido especial fuerza en la Comunidad Valenciana. Con apenas 33 años, lleva desde 2010 gestando un proyecto nacional. Empezó en las juventudes del histórico y extinto Centro Democrático y Social, que trató de revitalizar bajo el nombre de Ciudadanos de Centro Democrático (CCD), bajo cuyas siglas promovió candidaturas en diversos municipios ya en 2011.
El ' huracán' de Ciudadanos -con una ideología centrista asimilable- en 2015 relegó su proyecto, al que sustituyó diferencialmente su primer nombre por el de Coalición. Ese año logró alzar la vara de mando de Nules de una forma insospechada, al ser el único concejal del CCD en un hemiciclo de 17 munícipes. Desde entonces ha ido creciendo, y ya con Centrats en Nules consiguió el pasado 2023 siete ediles.
Ahora, con su empuje, con Ciudadanos en la UCI política y con el apoyo de Jorge Rodríguez y su Ens Uneix y de otros referentes como las alcaldesas de Calp, Loriguilla o San Antonio de Benagéber, quizás se haya adentrado en la senda ganadora. A escala local, en Nules, ya ha demostrado de lo que es capaz.