VALÈNCIA. La Universitat de València opta por un modelo de enseñanza híbrido que mezcla clases presenciales y no presenciales para el primer cuatrimestre del curso 2020-21, según señala el documento de "adaptación de la docencia para las titulaciones oficiales de la Universitat de València" aprobado por el Consell de Govern de la UV y presentado por la Conselleria de Innovación y Universidades junto a los rectores valencianos.
El documento, remitido a los alumnos y alumnas del centro por un correo de la rectora Mavi Mestre, surge con el objetivo de garantizar las mesuras de prevención e higiene en medio de la crisis sanitaria y tras la ya realización de la mitad del segundo cuatrimestre del año 2019-20 de forma online desde casa.
De esta manera, el nuevo curso que comenzará el 14 de septiembre, a excepción de los de primer año que lo harán el 25, impartirá la mayoría de las clases teóricas de forma no presencial, mientras que en las prácticas se primará por la presencialidad dentro de una evaluación continúa.
En las clases, por ende, se asegurará una distancia de seguridad de 1,5 metros entre estudiantes como lo estipula el Real Decreto-ley 21/2020. No obstante, cuando la medida no se pueda efectuar por condiciones de aforo, se optará por realizar las clases con el mayor número de estudiantes posible y retransmitirlas de forma sincrónica con el resto, de forma que roten entre ellos periódicamente descartando la idea de doblar las clases por grupos.
Asimismo, no será obligatorio el uso de la mascarilla siempre que se cumpla la condición mencionada y se respete el aforo de una persona por cada 2,5 metros cuadrados en las aulas, que se traduce en un 50% de su capacidad, y de 5 m² en los laboratorios, por lo que el alumnado se sentará de forma alterna. Sin embargo, se recomienda llevarla a los docentes.
La Comisión Académica de Título de grado y la Comisión Académica de máster priorizarán la máxima presencia en cada titulación de acuerdo con sus propias características, de manera que se presentará un modelo híbrido flexible, y procurarán que no se solapen actividades presenciales y no presenciales dentro de la misma franja de horario sin superar las 25 horas totales por crédito.
Las pruebas finales se realizarán de forma presencial y el estudiantado podrá acceder a toda la información a través de las guías docentes adaptadas a la nueva estrategia de digitalización de la Universitat.
Al profesorado, por su parte, se le facilitarán las herramientas necesarias para poder impartir la docencia no presencial desde el despacho, a la vez que se les ampliarán la oferta de cursos acerca de la evaluación no presencial realizada en los últimos meses.
La experiencia durante los últimos meses supone un paso para mejorar los procedimientos y completar las herramientas de una enseñanza excepcional para que la calidad de la docencia "no se vea afectada negativamente", tal y como indica el documento de adaptación a la docencia.
Según valoraciones de estudiantes de diversos grados de la Universitat de València, la Universitat Politècnica y el CEU-UCH de València a Valencia Plaza, cuyos nombres se presentan ficticios para preservar su anonimato, se observan opiniones diversas acerca de su impartición.
La mayoría de los alumnos explican, como Eduardo de 3º de Economía en la UV, que "ha habido de todo", desde "profesores implicados" que intentaban ayudar en todo lo posible hasta otros que, directamente, se limitaban a subir los PDF por lo que "había que buscarse la vida".
De igual manera, una alumna del mismo grado, Lidia, indica que tres de sus cinco asignaturas han cambiado su evaluación para valorar más los trabajos, un aspecto que, desde su punto de vista, "ha sido lo mas provechoso posible". Por el contrario, las otras dos materias se basaban en la subida de Power Points "sin explicación alguna", al igual que le ha ocurrido a Jimena de Psicología, quien expone que ponían "mil entregas".
No obstante, la estudiante de Medicina, Carmen, señala que, aparte del problema con los Power Points en dos de sus asignaturas, también ha habido "cambios efectivos" como la locución de las diapositivas, puesto que de esta forma "cada uno se podía organizar el tiempo como mejor le convenía".
Asimismo, tanto Carmen como Alejandra, una estudiante de Periodismo, opinan que la Universidad no ha afrontado el tema de las prácticas de una "forma didáctica". Por su parte, el alumno de primero de Arquitectura , Mario, recalca que en su carrera algunos docentes ponían "cuatro vídeos" con el fin de aprender a usar un programa que nunca habían visto ni usado.
Adversidades que no se han presentado, por ejemplo, en el doble grado de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales más Periodismo del CEU-UCH, donde uno de sus matriculados asegura que, menos un profesor de "avanzada edad", todos los demás docentes se habían adaptado y puesto al alumnado "todas las facilidades imaginables".
De esta forma, se aprecia una docencia de calidad variada dependiendo de la universidad, de la carrera que se cursa y, sobre todo, del profesor que imparte las asignaturas. Un aspecto que deja entrever las desigualdades entre materias y la importancia tanto de una buena formación como de un buen docente que la enseñe dentro de esta vuelta a la normalidad.