VALÈNCIA (EFE). La portavoz del PP en el Ayuntamiento de València, María José Catalá, ha propuesto que el "edificio del canapé", en referencia a la antigua de sede de Correos en la plaza del Ayuntamiento, se reconvierta en un "espacio referente" de la fiesta de las Fallas, con una exposición permanente que de la mano de las tecnologías muestre "cómo se vive" una mascletà. Así lo ha señalado durante "Los Desayunos de la Agencia EFE en el Colegio de Abogados de Valencia", donde también ha explicado que quiere ser y será "la alcaldesa que abra València al mar", mediante el desbloqueo junto a la Generalitat de La Marina para convertirla en "el gran biopolo" de innovación de la ciudad.
Catalá ha señalado que se trata de dos grandes proyectos conjuntos que quiere sacar adelante si ella dirige el Ayuntamiento de València y Carlos Mazón preside la Generalitat tras las elecciones de 2023, dentro de una gran apuesta por una ciudad "líder en la cultura moderna", en la que el turismo "low cost" deje paso a uno especializado y de calidad. "Le he pedido a Mazón que nada más llegar a la Generalitat ceda al Ayuntamiento" el edificio de Correos, en cuya adquisición el president de la Generalitat, Ximo Puig, "se ha gastado 24 millones de euros y no sabe qué hacer" allí, para crear "un gran espacio cultural" sobre las fiestas tradicionales de València, con gran incidencia de las Fallas, ha afirmado.
La candidata del PP a la alcaldía ha señalado que, actualmente, los valencianos no pueden mostrar a quienes visitan la ciudad fuera de las fechas falleras "cómo se siente" una mascletà, por ejemplo, algo que permitirían las nuevas tecnologías, y ha aclarado que no se trata de hacer "un almacén", sino "una exposición permanente de mucha calidad sobre lo que de verdad son" las Fallas. "Yo he sido consellera de Cultura y sé el potencial de esta ciudad a nivel cultural", ha destacado Catalá, quien ha reprochado a la izquierda que haya cerrado la Sala Sorolla que durante su mandato puso en marcha en el Museo de Bellas Artes, o que mantenga cerrado desde hace tres años el Palau de la Música.
El segundo gran proyecto que pretende impulsar si es alcaldesa junto a una Generalitat liderada por Carlos Mazón es "desbloquear" La Marina para convertirla en el "referente de innovación" que merece València, con un distrito digital "de verdad" y con una apuesta por la fachada marítima de la ciudad para abrirla al mar. Ha admitido que para ello será necesario que el Ayuntamiento desbloquee todo el PAI de El Grao, consiga el soterramiento de las vías en Serrería, prolongue el paseo de la Alameda y termine el cauce del río hasta la fachada marítima de la ciudad, para a partir de ahí construir con la Generalitat ese espacio referente de innovación en La Marina.
Catalá ha destacado que nunca calificaría gobernar València como un "embolao guapo", como afirmó el actual alcalde, Joan Ribó, sino como "un reto apasionante", porque además un 'embolao' es "un problema enorme" y un reto es "una oportunidad llena de ilusión". Ha afirmado que, si se convierte en alcaldesa de València tras las elecciones de mayo, su primera medida será plantear una rebaja fiscal; la segunda será dotar a la ciudad de "los 500 policías locales que necesita", y además articulará un "plan de choque" para eliminar el "colapso" en la tramitación de licencias, que tardan hasta "siete años".
Otra de las medidas que se compromete a afrontar "con diligencia" es "revertir" algunas actuaciones de movilidad que tienen informes desfavorables en materia de seguridad, como la calle Colón, así como suprimir el "impuestazo" de la tasa turística, mientras que en materia de movilidad aspira a impulsar un transporte público "eficiente", con una EMT que sea "puntera" en vez de un "agujero económico". A su juicio, la movilidad "es un aspecto de la gestión, no es una bandera política de nadie" y "las personas moderadas también cogen la bici".
Finalmente, ha avanzado que si es elegida alcaldesa las Reinas Magas "no van a tener ni un euro de dinero público", no por "ideología" sino porque "no son una tradición de València", lo que permitirá ahorrar 25.000 euros al año en subvenciones, más los permisos de accesos que "no se permiten a otras fiestas tradicionales".