Visibilizar y sensibilizar sobre la importancia de ‘La Tira de Contar’ para acercarla al consumidor final y así lograr que perdure en el tiempo. Ésta es una de las conclusiones a las que se ha llegado durante la presentación del libro ‘La Tira de Contar. Los actores de la agricultura de proximidad’, que ha tenido lugar este lunes en el espacio ‘La Cambra’, en el Mercado de Colón de València.
La presentación del libro ha corrido a cargo de su autor, el fotógrafo, José Luis Iniesta, que ha estado acompañado por el cocinero Ricard Camarena, por el agricultor y vendedor en la Tira, Salvador Meseguer, y la profesora de la Cátedra Tierra Ciudadana de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Gloria Bigné.
El libro muestra el viaje fotográfico que José Luis Iniesta realizó durante el verano de 2017 a las huertas de los agricultores de ‘La Tira de Contar’, una institución con hondas raíces históricas. De hecho, sus orígenes se remontan a época árabe, y fue oficializada en 1.238 por el rey Jaume I en los fueros de la ciudad y Reino de Valencia. ‘La Tira de Contar’ era el privilegio que se otorgaba a los agricultores de la vega de València, para que pudieran vender sus productos en los mercados de la ciudad sin necesidad de intermediarios.
Este fuero, que se ha mantenido inalterable hasta hoy, es el que ha hecho que los agricultores valencianos sean los propietarios de los frutos de su trabajo. Una huella histórica desde el siglo XIII, que sigue existiendo actualmente en Mercavalència, convertida en un sistema de comercio único en el mundo que garantiza la venta diaria del producto fresco de temporada procedente de la agricultura de proximidad. El punto de conexión vital entre la huerta y la ciudad de Valencia.
Para el agricultor Salvador Meseguer, ‘La Tira de Contar’ es su vida. “Ha sido más de 40 años mi sistema de vida y de mi familia. Es una forma diferente de vida”, ha reconocido, porque después de trabajar la tierra, tiene que ir a vender sus productos a las 3 de la madrugada. Como actor principal cree que ‘La Tira de Contar’ está “herida de muerte porque la gente está abandonado la tierra porque no tiene rentabilidad y no tenemos apoyo de nadie”.
“Sería una lástima que se perdiera. Éste es un mercado único que no se aprecia. Las tiendas de barrio y los mercados municipales, cada vez vienen menos. Es un producto fresco que lo echaremos a faltar cuando desaparezca”, ha añadido.
Ricard Camarena se ha lamentado de que ‘La Tira de Contar’ “no esté escenificada en la ciudad de la forma que debería”. En lugar de estar en un sitio céntrico o emblemático de la ciudad “está a las afueras, al lado de una depuradora”.
“Jaime I entendió algo que ahora no se acaba de entender: proteger a los agricultores y su trabajo y que éste llegara al consumidor final sin intermediarios”. “La clave es que no toda la cadena añade valor al producto, pero sí que suma precio económico al producto”, ha indicado.
El cocinero considera que si el agricultor tiene que defender su producto, “debería tener un lugar más accesible, y quizás unos horarios más razonables, porque las cosas que no se ven dejan de existir”. Al mismo tiempo ha reconocido que es “complicado encontrar un lugar donde haya dos mercados, uno para mayoristas y otro para el consumidor final. Hay que buscar ese equilibrio y esa flexibilidad”, ha solicitado.
A este respecto, Salvador Meseguer ha contestado que “el problema es que València tiene dos mercados de abastos: el de El Puig y el de Mercavalencia. No sé a quién se le ocurrió la idea”, se ha lamentado. “Es cierto que antes venía a comprar gente de Zaragoza o de Madrid, pero ahora ya no viene nadie de fuera”, ha aclarado.
Camarena considera que los cocineros tienen una “responsabilidad importante” en todo esto “porque cuando señalamos algo, se genera una demanda de ese producto”. La cuestión es que como consumidores «no tenemos el criterio para diferenciar el producto bueno, del muy bueno, o el ecológico de uno hecho en una cultura intensiva”.
Por su parte, la profesora de la Cátedra Tierra Ciudadana, Gloria Bigné, ha indicado que una línea de trabajo a tener en cuenta para solucionar estos problemas sería la de “sensibilizar para acercar la Tira al consumidor final o a los mercados y tiendas de barrio”.
Otra línea de trabajo sería “crear un sello de calidad de los productos de la Tira”. Con este sello se haría “labor didáctica” entre precio y el valor de los productos «para reconocer el esfuerzo de los agricultores”. “Creo que gracias a proyectos como este libro, todavía no veo a la Tira herida de muerte, pero sí hay que trabajar para conseguir su continuidad”, ha vislumbrado la profesora.
Por su parte, el autor del libro, José Luis Iniesta, ha manifestado su alegría de que su trabajo y su obra se hayan convertido en una “herramienta” para dar a conocer ‘La Tira de Contar’ y “poner el foco para que se sepa que esto existe”. “Hablar de ‘La Tira de Contar’ y debatir sobre su futuro gracias a unas fotografías es magia”, ha finalizado.
El trabajo de Iniesta, editado por Pentagraf, es un relato visual de once capítulos, que dirige la mirada hacia los actores del territorio que hacen posible esta realidad. Iniesta siguió durante los meses de junio y julio de 2017, la labor de 10 agricultores vinculados a ‘La Tira de Contar’, recorriendo las huertas de Albuixech, Massalfassar, Meliana, Alboraya, Turís, Font d’en Corts, Castellar, Silla, Sueca y Alginet.