VALÈNCIA. Tranquilidad. Esa sería la palabra para definir la primera junta de accionistas que CaixaBank celebró en València donde apenas se congregaron poco más de un centenar de accionistas, que coincidieron en felicitar en su turno de intervención al equipo liderado por Jordi Gual por el histórico ejercicio de 2017. Eso sí no sin expresar algunas quejas muy especialmente sobre las condiciones laborales. Pero más allá de eso fue una junta tranquila que se inició a las 11 de la mañana y que finalizó poco más de las dos de la tarde, con la aprobación del cambio social de la entidad a tierras valencianas.
A las 10:30 de la mañana llegaba Valencia Plaza al lugar de la junta, el Palacio de Congresos -el mismo donde Bankia ha citado a sus accionistas este próximo martes-, y apenas se topó con gente por los alrededores. Una furgoneta de la Policía Nacional y las habituales medidas de seguridad a la entrada del Palacio eran lo único que delataban que algo se estaba celebrando allí.
Fue comenzar la alocución Jordi Gual e iniciarse el primero de los muchos guiños a València por cuanto su primera media hora del discurso lo hizo íntegramente en valenciano. Previamente se disculpó ante los accionistas "por un valenciano claramente mejorable".
A lo largo de su intervención, donde volvió a reiterar que el traslado como la "mejor decisión", anunció que CaixaBank presentará en noviembre su nuevo Plan Estratégico 2019-2021. Gual avanzó que se trata de “un ejercicio de posicionamiento en un entorno competitivo y tecnológico muy cambiante; pero también de un ejercicio de ambición, de voluntad de continuar siendo una referencia de crecimiento rentable y sostenido de la banca europea”.
Además, el presidente de la entidad enfatizó que "algo que seguro no cambiará con el nuevo plan estratégico ni con los que vendrán será nuestro compromiso con un modelo de banca socialmente responsable”. Y es que lo de banca socialmente responsable salió en varias ocasiones tanto de la boca de Gual como la de su segundo Gonzalo Gortázar. Para ello recordó que “continuamos comprometidos con el bienestar de todas las comunidades en las que estamos, y colaborando con la Obra Social La Caixa para que el gran trabajo de la Fundación Bancaria La Caixa llegue a las personas que más lo necesitan”.
Para Gual todas las actuaciones en este ámbito “hacen de CaixaBank un banco diferente y que aporta valor a las sociedades en las que está. Por esta razón, esta manera de hacer también es una fuente sostenible de generación de valor a largo plazo para los inversores”. Terminó señalando que "Caixabank es una historia de éxito que se proyecta al futuro, con una manera diferente de hacer banca aportando valor y valores".
A continuación tomó la palabra el consejero delegado del banco, que también inició su intervención en valenciano -y disculpándose por su pronunciación-, comenzando con otro guiño a la ciudad: "València nos ha trasladado su afecto y hospitalidad". Gortázar destacó la fortaleza del balance a través de una doble faceta como es la de mantener la solvencia y la liquidez".
El consejero delegado subrayó que “el crecimiento del resultado hasta los 1.684 millones -el más alto de la historia- se apoya en la mejora del negocio de CaixaBank en España y también en la contribución de BPI, que aporta un 10% del resultado”.
La mayor intensidad comercial del año permitió mejorar la calidad y sostenibilidad de los ingresos (el 96% de los ingresos proceden de la actividad core del negocio bancario) y mantener la excelente posición de liquidez y solvencia, según explicó ante los accionistas. El consejero delegado ha señalado las prioridades para 2018, que pasan por “seguir reforzando la vinculación con nuestros clientes con una propuesta cercana y de alto valor añadido, continuar liderando la transformación digital e impulsar el crecimiento del negocio en Portugal, además de reducir los activos problemáticos”.
Gortázar también se refirió a la “mejora sostenida de la rentabilidad, que ha pasado del 3,4% de 2014 al 8,4% de cierre de 2017, muy cerca del objetivo establecido en el Plan Estratégico 2015-2018 de alcanzar entre el 9% y el 11%”. Por tanto 2017 fue un año excelente, tanto en la perspectiva comercial como en la de resultados, que nos hace estar confiados de cara al futuro”. Para terminar concluyó que las perspectivas a medio plazo pasan por la escala y la capilaridad, una oferta integral de servicios financieros, liderazgo tecnológico y un buen equipo humano.
A las 12:20 comenzó el turno de intervenciones que la abrió un emocionado Antonio del Valle, del comité consultivo de CaixaBank en Andalucía, dando la "enhorabuena por el esfuerzo realizado por esta gran empresa". Un accionista se lamentó del cambio de domicilio social sin consultarles -"¿Se quieren ir a Madrid?, ¿a Suiza? Si lo hacen dejaré de ser cliente"-; otro consideró que el cambio de domicilio social no estaba justificado "porque no hay riesgo real para los depositantes".
Desde Adicae, uno de sus representantes criticó que CaixaBank "continua siendo la entidad que más comisiones cobra a sus clientes, más de un tercio de sus ingreso está basado en comisiones" y eso es "pan para hoy hambre para mañana"; mientras que varios trabajadores de la entidad -de diversos sindicatos- pidieron al consejo que incluya entre sus objetivos "ser pioneros en la plantilla mejor tratada laboralmente". Dichos empleados mostraron su "malestar" y pidieron que se mejoren sus condiciones laborales. "No hablamos de dinero, hablamos de condiciones de trabajo, de promoción, de conciliación, de políticas de igualdad,... de cuidar a la plantilla".
Por su parte, desde la Plataforma Banca Armada solicitó en dos intervenciones que CaixaBank deje de invertir en armamento y deje de ser "cómplice del negocio de la guerra"; mientras que hubo quien pidió por escrito conocer la relación entre CaixaBank y la Casa Real.
Finalmente la junta aprobó todos los puntos del orden del día incluyendo la distribución el próximo 13 de abril de un dividendo complementario de 0,08 euros brutos por acción, con cargo a los resultados de 2017.