Foto: IBOGAVALÈNCIA. A pocos metros de la playa de Tavernes de la Valldigna están previstos celebrarse hasta tres festivales este verano. Están vendiendo las entradas desde hace meses, incluso han puesto su localización en Google Maps en un recinto concreto. Pero en realidad, un conflicto urbanístico, que enfrenta dos plataformas ecologistas vecinales con el Ayuntamiento pone en duda la viabilidad y el impacto de la celebración de estos festivales.
Se trata de Zevra Festival, Iboga Festival y Mediterranea Festival. En el caso del segundo, la ubicación se ha cambiado tras conflictos vecinales en anteriores ediciones provocado por el ruido de la música en directo. El Ayuntamiento de Tavernes planteó como alternativa un terreno de cerca de 180.000 metros cuadrados en los Marenys, donde hay un PAI aprobado pero sin aplicar, que quieren dedicar como solar para la celebración de festivales. La primera actuación fue talar miles de árboles de la zona en otoño de 2021, lo que encendió la alarma del vecindario y ecologistas. A un mes de que empiecen los festivales, explican desde Per Una Vall Digna y Acció Ecologista-Agró que ahora están asfaltando accesos y colocando vallas.
Pero la denuncia de las dos plataformas va más allá de el desacuerdo por el modelo de festival. El PAI, el PATIVEL y el PATRICOVA entran en juego. El PAI de Marenys está aprobado desde 2008, pero la falta de una depuradora, que debe instalar la Generalitat Valenciana, lo hace inviable. Es por eso que el Ayuntamiento entiende que, a través de una excepción del PATIVEL —por el que está afectado el terreno—, el suelo del recinto es urbanizable. Política Territorial siembra dudas sobre el criterio del Ayuntamiento de manera explícita en el informe al que ha tenido acceso Culturplaza: el tiempo de cinco años para aplicar el PAI o convertirse en PATIVEL no corren mientras no está instalada la depuradora, pero mientras, no puede desarrollarse ninguna actividad que no esté reflejada en el PAI ya aprobado. Y el recinto de festivales no lo está.
Ese es el principal argumento con el que las plataformas quieren frenar la construcción de este recinto, que por una parte se encuentra cerca de las dunas y de un terreno de playa virgen (lo que les lleva a tachar el proyecto de “devastador”); y por otra parte, porque el modelo que las propias promotoras de los festivales han presentado al Ayuntamiento y también les han explicado a las plataformas es tan invasivo que incluso cerraría accesos a viviendas permanentes de personas, que necesitarían un permiso especial para circular por terrenos colindantes al festival. Todo esto, según explican a este diario las plataformas que han promovido la denuncia.
Por otra parte, el escrito de Política Territorial también pone el foco en PATRICOVA, la ley urbanística para evitar inundaciones. La Generalitat considera que es el Ayuntamiento el que debe evaluar e imponer las medidas que se han de aplicar para minimizar los riesgos, pero que estos también tienen que estar sujetos al PAI aprobado y no a otras actuaciones, como el recinto de macrofestivales. Por otra parte, una de las zonas de mismo recinto que señalan las plataformas, tiene la calificación de nivel 5 por riesgo de inundaciones. El informe explica que, en este caso concreto, la ley impide “con carácter general las actividades que supongan una elevada concentración de personas, como sería el caso de los festivales de música descritos”.
Con todo esto, el escrito considera que el PATIVEL y PATRICOVA impedirían desarrollar los planes del Ayuntamiento. Esta será la principal arma con la que las plataformas quieren luchas contra la puesta en marcha de este recinto dedicado a los festivales.
El Ayuntamiento, por su parte, -según explica el comunicado de las plataformas- "ha explicado que las empresas promotoras, a pesar de no haber presentado la documentación requerida por ley, han recibido el permiso del Ayuntamiento para realizar la obras. (...) Y por parte, ha constatado que el Ayuntamiento no ve incompatibilidad con el PATIVEL ni tampoco con el PATRICOVA al considerar que el sector sí es urbanizable", acogiéndose a la disposición adicional citada, que actúa como una laguna legal en la que ahora Política Territorial se ha posicionado.
Mientras, las promotoras siguen vendiendo, ya no solo entradas, sino también abonos con glamping y otros servicios propios de los macrofestivales. Por ponerlo en perspectiva, el recinto de festivales de Benicàssim cuenta —marginando el camping— con unos 100.000 metros cuadrados, mientras que Tavernes propone —con posibilidad de camping— un área de 180.000 metros cuadrados.
Desde las plataformas denunciantes explican a este diario que “no tienen ningún problema concreto con que se desarrollen festivales en la localidad, pero el modelo propuesto y el terreno en el que se quiere desarrollar serían desastrosos y lesivos para el medio ambiente”. En última instancia, lo que quieren las plataformas es que tampoco se aplique el PAI, sino que esa zona del litoral quede protegida como suelo no urbanizable por el PATIVEL.
El modelo de macrofestivales no parece tenerlo fácil en Tavernes de la Valldigna. València también empieza a menguar sus espacios para este tipo de citas, mientras que Benicàssim encara las mejoras de el terreno que acoge a festivales como FIB, Rototom o SanSan.
