VALÈNCIA. La moción de censura contra el alcalde de Cortes de Pallás es ya una realidad. El Partido Popular y los dos exediles de Compromís formalizaron este martes ante la secretaría del Ayuntamiento su decisión, por lo que ahora tan solo queda esperar a que se convoque el pleno de votación. Presumiblemente, el 3 o el 6 de octubre. De esta manera, Fernando Navarro quedará apartado del poder junto con los otros dos concejales socialistas, mientras que los impulsores de la moción gobernarán en coalición y se alternarán la alcaldía en los tres años que quedan de legislatura: uno y medio cada uno.
El primero en arrancar como nuevo alcalde será David Herrera, antiguo representante de Compromís. Luego, rematará el mandato David Gras, del Partido Popular. Cabe resaltar que, hasta ahora, el Ayuntamiento de Cortes de Pallás se regentaba bajo una suerte de gobierno de concentración. Así, todos los ediles y partidos con representación en el plenario contaban con responsabilidades municipales: los dos de Compromís, los dos del Partido Popular y los tres del Partido Socialista. Sin embargo, el idilio comenzó a hacer aguas unos meses atrás, cuando el descontento surgió entre las filas populares y valencianistas. Al parecer, pensaban que la delegación de competencias no era más que una simple fachada, mientras que el alcalde y la primera teniente de alcalde eran quienes realmente tomaban las decisiones.
"En un año no se ha votado prácticamente nada, ni tampoco se nos ha preguntado nuestra opinión en las cuestiones importantes para el pueblo", lamentaron en su momento. Una versión que el todavía alcalde contradice tajantemente: "Había una falta de comunicación tremenda y aquí cada uno hacía lo que le rotaba. Yo los llamaba y no me cogían ni el teléfono", puntualiza. Además, también resalta que la moción de censura no atiende a fines políticos sino más bien personales: "Me han dicho que si dimito no la presentan, pero las decisiones dentro de mi partido las tomo yo y no ellos". Así, ante esta rotunda negativa, las otras dos formaciones no han dudado en cumplir con su promesa.
En cuanto a la nueva línea que tomará el gobierno de coalición, los actores implicados prefieren no adelantar detalles. "Nuestros programas eran muy parecidos, así que no va a haber problemas", explica el portavoz de los populares, David Gras. Aun así, todavía tienen pendiente una reunión para pulir los pormenores de su relación: turismo y despoblación parecen algunos de los platos fuertes, pero habrá que esperar. De momento, lo único que tienen claro es que el PSOE se quedará en la bancada de la oposición: "Yo soy partidario de escuchar a todo el mundo, pero por ahora en el gobierno estaremos solo nosotros cuatro", explica. Por su parte, Navarro también se niega a integrarse en el nuevo gobierno: "Si me han puesto los cuernos yo ya no quiero saber nada de ellos. Tengo ética y moral".
En vistas de la tormenta que se avecinaba, los dos ediles de Compromís se reunieron con sus bases para tantear la acogida de una posible moción de censura junto con el PP. Al ver que la respuesta era positiva, decidieron seguir adelante con la iniciativa y se dieron de baja en el partido para no ponerlo en una situación comprometida: "Antepusimos los intereses del pueblo a cualquier otra cosa", alegaba David Herrera, exportavoz de la formación valencianista en Cortes de Pallás. Así, Compromís pierde de un solo plumazo toda su representación en el municipio, pero desde la dirección provincial admiten que prefieren eso antes que una alianza contra natura: "Los habríamos expulsado, pero decidieron irse ellos mismos", exponen desde València. Ahora, estos ediles pasarán al grupo de los no adscritos.
Un poco más benevolente ha sido el Partido Popular, cuya cúpula provincial ha aprobado la unión sin más reticencias: "Ellos entienden que en los pueblos pequeños la política funciona de una forma diferente", explicaba Gras. Aun así, cabe recordar que ni él ni su compañero eran afiliados de la formación. Ambos se presentaron como independientes en el segundo y tercer lugar de la lista, mientras que la presidenta local iba a la cabeza. Sin embargo, la líder de los populares renunció hace unos meses a su acta de concejala para ocupar un puesto en el área de Contratación del Ayuntamiento, por lo que dejó al mando a dos ediles que no pertenecían formalmente a sus siglas.
Uno de los temas más candentes de esta moción de censura ha tenido que ver con la dotación salarial de los concejales. Y es que, en municipios pequeños como Cortes de Pallás suele ser extraño que los representantes públicos cobren algo a cambio de sus funciones. Sin embargo, esta localidad cuenta con un presupuesto notablemente abultado de 4 millones gracias a su central eléctrica y a su ubicación dentro del área de afección de la nuclear. Debido a esto, los ediles con competencias de gobierno pueden reclamar una porción importante del sueldo al Ayuntamiento: un 75% para el alcalde, y más del 60% para los concejales llanos.
"Yo podría haber gobernado en minoría si hubiera querido, o llegar a un pacto de gobierno tan solo con uno de ellos y dejar a dos ediles fuera. Pero les di competencias a todos y gracias a eso están cobrando 1.600 euros al mes", denunciaba el alcalde, Fernando Navarro, tras enterarse de la maniobra que se estaba gestando en su contra. Así, el golpe para los ediles socialistas es doble: no solo serán expulsados del poder, sino que además se les retirarán todas las retribuciones salariales por estar en la oposición y no tener delegaciones.