VALÈNCIA. La buena relación que había exhibido el jefe del Consell, Ximo Puig, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los últimos meses ha sufrido un tropiezo importante con el anuncio de que 14 departamentos de la Comunitat Valenciana no pasan a la Fase 1 del desconfinamiento. Una decisión que desde sectores económicos pero también políticos ha llegado a calificarse de "puñalada" por las buenas expectativas que había trasladado el Gobierno valenciano.
La airada reacción de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en la noche del viernes tras conocerse la noticia estuvo refrendada por Puig en las redes sociales, donde afirmó que no compartía la decisión del ministerio, asegurando que la Comunitat había justificado con criterios técnicos la opción de que todo el territorio pasara a la siguiente etapa.
Una postura crítica ante la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue preguntado en su comparecencia de este sábado. El líder socialista, sin embargo, evitó a entrar el trapo asegurando no haber visto el citado 'tuit' y afirmando que no podía ocuparse de esas cosas en este momento, quitándose de encima un mensaje directo proferido por el presidente de la autonomía más grande donde el PSOE gobierna.
En este sentido, el malestar existente en el Palau de la Generalitat se trasladaba a buena parte del PSPV a lo largo de este sábado. De hecho, esta sensación reavivaba las viejas brasas de los tiempos en los que la falta de entendimiento entre Puig y Sánchez era constante, durante la primera etapa del líder como secretario general del partido hace unos años. Una tensión ya olvidada desde mucho tiempo atrás que, con el tiempo, incluso se había tornado en una relación cordial y por momentos cercana.
Sin embargo, el revés sufrido por el Gobierno valenciano puede comprometer la nueva relación entre Puig y Sánchez. Más aún cuando la sensación en muchos altos cargos socialistas es de que en la decisión de no permitir el avance global de la Comunitat han existido, al margen de algunos criterios técnicos -Barceló hablaba ayer de la movilidad y la densidad población-, también factores políticos, como que ni Madrid -gobernada por el PP- ni Cataluña -por los independentistas- pasaban de fase. Esto, unido a que otras autonomías como el País Vasco con algunos datos peores datos que la Comunitat Valenciana, sí han obtenido el paso de fase, refrendaba -pese a que la propia Barceló lo negaba ayer- el pensamiento de que la decisión no solo había sido técnica.
Curiosamente, en las últimas horas se dejaba entrever el resurgir la tensión entre las dos corrientes internas en el PSPV -'abalistas' y 'ximistas'- que en estos dos meses había estado adormecida por la crisis sanitaria. Varios dirigentes socialistas afines al ministro y defensores acérrimos de Sánchez, salían a defender la decisión del Gobierno de España -sobre todo frente ataques de Compromís- mientras el entorno del presidente de la Generalitat manifestaba internamente su enfado.