MADRID. Los últimos años han puesto a prueba la resistencia de los mercados emergentes. La crisis económica generó la mayor caída del PIB mundial en décadas, a lo que siguió el ciclo de subidas más rápido en años de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el endurecimiento cuantitativo en la mayoría de las economías desarrolladas. Otro factor adverso ha sido la persistente ralentización del crecimiento económico en China.
Los mercados emergentes han demostrado ser resistentes frente a estas adversidades. La solidez ha sido más evidente en los mercados de renta fija emergentes, con unos diferenciales soberanos con grado de inversión (Investment Grade o IG) que han demostrado estabilidad en los últimos años, y unos diferenciales con calificación 'BB' que han registrado un saludable repunte.
Muchas divisas representadas en el índice J.P. Morgan GBI-EM (Government Bond Index-Emerging Markets) han registrado rentabilidades positivas desde que la Reserva Federal empezara a subir los tipos de interés a principios de 2022. Algunas de ellas, además, registraban rentabilidades de dos dígitos en el momento de redactar este informe. Diversos factores han contribuido a este resultado:
Algunos mercados emergentes se ven afectados por una serie de perturbaciones y una deficiente formulación de políticas nacionales debilitando considerablemente la sostenibilidad de la deuda y, en algunos casos, obligando a reestructurarla. Estos mercados tienden a ser algunas de las economías más pequeñas y frágiles que lucharon frente a la doble conmoción de la pandemia mundial y el consiguiente choque inflacionista.
Sin embargo, estos países constituyen una porción relativamente baja del universo de deuda de los mercados emergentes y, en algunos casos, presentarán una nueva oportunidad a medida que avancen en las negociaciones de reestructuración de la deuda.
En términos generales, prevemos una ralentización moderada del crecimiento de los mercados emergentes en 2024, pero no esperamos una fuerte sacudida al crecimiento a medida que la menor inflación y los tipos de interés más bajos impulsen el poder adquisitivo de los consumidores y las empresas. Aún queda trabajo por hacer en materia de consolidación fiscal, pero en la mayoría de las economías emergentes se requiere mucho menos esfuerzo que en EE UU para estabilizar la deuda pública. La gobernanza será un aspecto clave, dadas las elecciones en varios mercados emergentes -Indonesia, India, México y Sudáfrica, por citar sólo algunos- y en Estados Unidos.
Gillian Edgeworth es estratega macroeconómica en Wellington Management
Es poco probable que la globalización siga una progresión lineal hacia una aceleración o un retroceso, por lo que un escenario híbrido será más evidente