VALÈNCIA (VP). El Ayuntamiento de Riba-roja ha desplegado este jueves 15 de agosto un amplío dispositivo de control y vigilancia por la llegada “masiva y continúa” de visitantes a sus playas fluviales que se extienden sobre cerca de 7km de parque natural a través del municipio.
Así, el dispositivo que ha contado con un puesto avanzado de la policía local, controles con drones y efectivos en bicicleta, además de dotaciones de bomberos y proteccióin civil, busca reducir el incivismo que sufre el municipio con residuos arrojados en el parque natural a diario tras la llegada de centenares de visitantes que suelen disfrutar del río y prevenir cualquier posibilidad de incendio.
“Estamos observando un aumento del incivismo con bolsas de basura, resíduos y otros envases contaminantes que personas sin escrúpulos tiran en nuestro parque natural”, ha explicado el alcalde, Robert Raga quien junto a la concejala de emergencias, Raquel Pamblanco, y el concejal de medioambiente, José Luis Ramos, ha supervisado el operativo.
“No vamos a tolerar estos actos vandálicos y vergonzosos y quiero avisar que quien se comporte así, será castigado con todo el peso de la ley”, ha afirmado Raga, quien ha detallado tras una comisión especial llevada a cabo el pasado lunes 12 de agosto, que están trabajando en mejorar la normativa sobre el acceso a espacios naturales del municipio.
Así, ha añadido que quiere habilitar zonas de baño y diversión con control de acceso y vigilancia, para ofrecer una “experiencia segura y respetuosa con el medioambiente y con sus vecinos y vecinas". “El río es un recurso de diversión para las familias que quizás no tienen piscina u opciones más costosas y nosotros estamos encantados que puedan disfrutar de él, pero tiene que ser respetando al medioambiente y a los demás usuarios”, ha afirmado el alcalde.
Según ha añadido el concejal de medioambiente, el Ayuntamiento va a realizar paralelamente a los controles de policía campañas de información y concienciación, además de distribuir bolsas de basura y aumentar contenedores en los accesos al parque natural a los cerca de 1.500 visitantes que acuden los fines de semana, el doble del año anterior.
Por su parte, la concejala de seguridad y emergencias ha recordado que se pueden aplicar sanciones de hasta 600 euros a quienes sean sorprendidos con actitudes incívicas como tirar resíduos, acampar, comer a menos de 50 metros del agua o poner música con volumen excesivo. “Estamos realizando controles por tierra y aire con vehículos, motocicletas y drones con sistemas de videovigilancia de última generación para poner fin a estos delitos que cuestan miles de euros al contribuyente y revisten una grave amenaza contra nuestro entorno natural”, ha explicado Pamblanco, quien ha informado de más de 30 denuncias y 521 actuaciones policiales realizadas a lo largo de las pasadas semanas.
Además, este jueves se ha puesto en marcha un servicio de información municipal encargado de distribuir bolsas de basura, informar sobre normas y señalar cualquier incidencia a la policía local.