Hoy es 12 de octubre
VALÈNCIA. El presidente de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València, Giuseppe Grezzi, ha anunciado este lunes, en rueda de prensa, la salida del gerente de esta entidad, Josep Enric García, como consecuencia del fraude de 4 millones de euros perpetrado contra la compañía ahora hace un año. Así ha ocurrido apenas tres días después de que el también edil de Movilidad negara que la salida del gerente estuviera sobre la mesa y defendiera el "maravilloso trabajo" desarrollado por este directivo. Pues, al parecer, la cabeza sí estaba encima de la mesa.
El edil ha querido mostrar su empatía con García en esa comparecencia. "Emprendemos una nueva etapa en la gestión de la EMT. Prescindo de los servicios del gerente. Es una decisión muy dolorosa y largamente pensada. Creo que es lo mejor para la empresa como para el propio Josep Enric, que es una persona de absoluta confianza y que ha hecho una gestión impresionante".
Tal y como se esperaba, Grezzi ha criticado el trato que, según el responsable de la mercantil, ha recibido el gerente desde que se conoció el fraude. "No tenía ninguna justificación ni base. Cuando en 2015 aposté por un técnico para estar al frente de la EMT fue una de las mejores decisiones que he tomado".
Como el pasado lunes, el edil ha destacado el trabajo que, a su juicio, ha realizado García Alemany. "Por mucho que lo contemos parece que no es importante, pero sí lo es. Cogió una EMT que no compraba buses, sin controles internos, con plantilla envejecida y desmotivada. Ahora es la empresa de movilidad mas importante y puntera de València y en todo el Estado. Hemos renovado la flota, hemos contratado conductores", ha afirmado el presidente de la EMT que también ha avanzado que convocará al consejo de administración de la mercantil.
Las conclusiones de las investigaciones que se han realizado en la comisión de trabajo apuntaban a esa decisión que finalmente ha llegado antes de que se hicieran públicas. Al menos para el PSPV-PSOE que entendía que debía haber un responsable político en este escabroso asunto. Alguien debía asumir la responsabilidad política de un robo cuya responsabilidad penal se investiga en los juzgados.
Así acaba un espinoso asunto que estaba provocando dolores de cabeza entre los socios de Gobierno. Las negociaciones se habían ido intensificando durante los últimos días y Compromís, en cuya coalición, había voces que instaban a que se produjera el cese, ha entendido que era lo mejor, a pesar de las amenazas que, en su día, lanzó el propio Grezzi y de la defensa que había realizado el alcalde, Joan Ribó, del gerente.