VALÈNCIA. El juzgado de lo Penal número 6 de Valencia ha acogido este lunes el juicio sobre la pieza separada del caso Emarsa relativa al delito fiscal con las declaraciones el IVA pese a las peticiones de las defensas de los acusados de que se suspendiera al entender que los hechos ya habían sido juzgados en la pieza principal, cuyas condenas fueron recientemente confirmadas por el Tribunal Supremo.
El empresario Jorge Ignacio Roca Samper -considerado "cerebro" de la trama de saqueo a la depuradora de Pinedo que supuso un desvío de 23,5 millones de euros de dinero público según cifró la Justicia- ha reconocido a preguntas de todas las partes los hechos y ha expuesto detalladamente el mecanismo seguido.
"Facturaba al 16% y no al 7% para llevarme más dinero", ha resumido acerca de la operativa. Ésta, según explicaba la Fiscalía en su escrito de acusación -en el que pide 14 años de prisión para Enrique Crespo, Esteban Cuesta y Roca Samper-, consistía en interponer entre Emarsa y las auténticas prestadoras del servicio de gestión de residuos -Adobs Organics y Trabisa- un nivel de facturación intermedio que permitía incrementar artificiosamente el precio facturado por dicha gestión, aplicándole a la base imponible el tipo de gravamen del 16% cuando a dicha actividad le correspondía el 7%.
Esta mecánica se empleó entre 2006 y 2009 y el empresario ha vuelto a apuntar -como ya hiciera en la pieza principal de Emarsa- a los empresarios Joan Borrás y José Luis Sena como sus interlocutores en todo este asunto. Así, ha explicado que ese primer año, según recibía el dinero, lo "sacaba en efectivo", se lo entregaba "a Sena o a Borrás" y se "repartía en sobres". "Supe quiénes eran los destinatarios a partir de 2010 porque me los decían ellos: Enrique Crespo, Esteban Cuesta, Enrique Arnal y Juan José Morenilla", ha señalado.
Ya en 2008, ha comentado Roca Samper, y debido a la dificultad de seguir empleado dinero en efectivo en España, abrieron cuentas de diferentes sociedades a las que asociaron más de 20 tarjetas de débito, todas a su nombre. "Las teníamos divididas por grupos y hacíamos el cálculo de las comisiones en función de las toneladas. Crespo y Cuesta se llevaban tres euros por tonelada. Yo seguramente también", ha indicado.
Ese sistema de tarjetas se cancela en 2009 y, según ha señalado, comenzaron a abrir empresas con cuentas en el extranjero: "Abrimos una sociedad en Malta a la que transferimos el dinero. De ahí a una empresa de Belice con cuenta en Andorra. Después se lo pasé a otros bancos para que hicieran transferencia a China y finalmente llamé a unos señores para que le dieran el metálico a Sena en España".
De acuerdo con los cálculos del empresario, con esta operativa sacaban entre 200.000 y 400.000 euros en metálico cada mes.
Por su parte, Esteban Cuesta se ha acogido a su derecho a no declarar y Enrique Crespo únicamente ha respondido a preguntas de su abogado para mantener su inocencia e insistir en su negativa al conocimiento de los hechos. "Yo era presidente de Emarsa y el director financiero es el que controlaba lo que se liquidaba a Hacienda. Al consejo de administración no nos llegaba ni lo que se hacía con el IVA ni las tributaciones", ha remarcado.
Igualmente, ha afirmado que Enrique Arnal tenía una asesoría a su disposición sobre la forma en la que tributar, por lo que le "cuadra" que fuera la persona que recibía las facturas.