VALÈNCIA. El primer cambio en la crisis del Consell no llegó, como parecía, por el lado de los socialistas sino por el de Compromís. Vicent Marzà, conseller de Educación, Cultura y Deportes, decidió salir del gobierno tras siete intensos años de gestión y dos de cierto estancamiento político. De esa particular encrucijada, salió este miércoles dando un paso en diagonal (al lado y hacia adelante) para 'volver' al partido y reforzar a Compromís de cara a un amplio ciclo electoral que, según dijo, debe acabar en un tercer Botànic en el que, eso sí, no definió su papel. Su sustituta en el cargo para este último año de legislatura será la hasta secretaria autonómica de Cultura y Deportes, Raquel Tamarit.
La marcha de Marzà supone la ruptura del molde habitual. No ha sido decidida ni por el jefe del Consell ni por los partidos, sino de manera personal y donde el cansancio por los numerosos frentes abiertos también ha pesado. Por otro lado, esa salida a petición propia sin un destino ‘mejor’ pactado, pone un punto extra de presión colateral sobre la vicepresidenta Mónica Oltra si se confirmase su citación como investigada por el TSJCV o se le abriera juicio por el caso de la gestión de su conselleria en el caso de la menor tutelada abusador por su exmarido. "Estos movimientos son sanos, buenos y naturales. No se han de patrimonializar los cargos. Mis amigos dicen que me han secuestrado siete años. Los ciclos se acaban y vuelven a empezar", apuntó Marzà sobre su propia salida.
Su nuevo primer objetivo, según reconoció, es ayudar a fortalecer a Compromís para que haya un tercer Botànic con más apoyo que los anteriores. "Hace falta un tercer Botànic, se ha de hacer, hace falta una mayoría social, no podemos permitirnos que vuelva la derecha a este país. Sabemos cómo estábamos y debemos seguir fortaleciendo a los partidos. Voy a dedicarme a reforzar Compromís para seguir teniendo más Botànic y seguir con políticas transformadoras", señaló en rueda de prensa.
El castellonense hizo una apasionada defensa del Botànic y del mestizaje "de la unidad desde la diversidad". En esa línea, uno de los pocos nombres propios que pronunció fue el de un socialista. "He trabajado muy bien con compañeros de otros partidos, hemos dado ejemplo. El secretario autonómico Miguel Soler, es el mío, no es del PSOE y eso debería impregnar toda la acción del gobierno. Eso es lo que nos pide la gente, que vayamos a una", recordó, mientras se viven momentos turbulentos en la unidad botánica.
En su salida abierta del atolladero en el que estaba, Marzà se dejó abiertos varios caminos y cegó otros, como el de repetir como conseller de Educación en un posible tercer Botànic o ser síndic en Les Corts. "Nunca he querido serlo. Creo que la actual síndica (Papi Robles) lo esta haciendo muy bien, creo que la decisión que tomamos es totalmente acertada", destacó.
En cambio. no se descartó como cartel electoral, sin concretar los comicios. "Estaré construyendo país y una sociedad mas justa allá donde esté. Alguno podría preferir ser conseller para tener una plataforma y presentarse pero no es mi manera de hacer las cosas. No tengo una ambición personal. Ahora hace mucha falta fortalecer el instrumento. Nos falta gente, hace falta más gente para ser una mayoría más amplia”, destacó. Ante la insistencia de las preguntas echó mano del refranero de Joan Baldoví. "Quan toque regar, regarem", destacó, tras recordar que las cabezas de cartel son "decisiones colectivas".
En su partido tampoco lo descartan como número uno en las generales que se celebrarán el año que viene, más aún si se confirma el regreso a casa de Baldoví, quien ha sonado como opción de emergencia para la Generalitat si Oltra no fuera la candidata. Pero como las preguntas no iban por ahí, la secretaria general del Més, Àgueda Micó, que estuvo a su lado en todo momento, advirtió que el cartel autonómico está ocupado, salvo que su titular diga lo contrario. "Mónica Oltra tiene la máxima confianza y apoyo de la organización y se ha ganado el derecho a decidir sobre su futuro con toda la confianza de la organización. ¿Lo he dicho claro, no?", preguntó retóricamente.
Marzà 'escribió' una larga lista de agradecimientos. De su partido, al Consell, de los sectores cultural y deportivo a "todas las personas que conforman el sistema educativo". Además, se mostró muy satisfecho con el balance de sus siete años en el departamento, especialmente en Educación. "Todos los retos que nos pusimos están conseguidos o bien encarrilados", señaló, para enumerar el aumento de los profesores, la innovación educativa, la gratuidad a partir de los dos años, Xarxa Llibres y Edificant: "Programas que nadie se atreverá a cambiar", sentenció.
En cambio, pasó de puntillas por la ley de plurilingüismo educativo, que sacó adelante a la segunda tras anular el TSJCV la primera y que ha salido airosa del recelo judicial. De hecho, los grandes revolcones a la gestión de Marzà le llegaron desde los juzgados, que también tumbaron algunas de sus decisiones sobre la retirada de conciertos educativos y su decisión inicial de no incluir a los alumnos de las universidades privadas en las prácticas en hospitales públicos.
Marzà entró y salió de la sede de Compromís entre aplausos, lloros y abrazos de otros miembros del partido y de su departamento. "Es incuestionable el papel que ha hecho", destacó Micó, que le puso de ejemplo de las "políticas transformadoras" que quieren impulsar y del que recalcó ser el más longevo en la historia del área. "Ahora queremos que ese bagaje esté al servicio del valencianismo político para que sea fundamental en que el ciclo electoral que viene sea ganador para nosotros", destacó.
No le faltaron elogios de los suyos (incluido el de Oltra "por haber dado tanto y habernos dado tanto") pero también los hubo significativos del lado socialista. Puig alabó el "trabajo extraordinario en todo este tiempo" desarrollado por el conseller y subrayó que "siempre" le agradecerá "su voluntad de trabajar", el "diálogo", y que "siempre ha sido un puntal, una parte fundamental, pilar de este gobierno".
Especialmente emotivo fue el del conseller Vicent Soler, poco dado a elogios en redes sociales. "No podré olvidar nunca estos siete años de compartir contigo la inmensa responsabilidad de ser miembros del gobierno de nuestro País. Te he descubierto como un gran político y una gran persona", recalcó el titular de Hacienda.