VALÈNCIA. Eduardo Zaplana siempre ha conseguido rodearse de fieles. La comunidad fue muy amplia cuando era presidente de la Generalitat. También en su etapa de ministro. Pese a la pérdida del poder y con la llegada de la era Francisco Camps, supo seguir manteniendo un círculo. Actualmente, dedicado de manera absoluta a su defensa en el caso Erial, esta manera de desenvolverse perdura. Le quedan acólitos en el PPCV. Varios de los acusados en el mismo procedimiento judicial se mueven junto a él en la estrategia. José Manuel Villarejo ha salido a echarle un capote. E, incluso, ha sumado un nuevo defensor como es Marcos Benavent.
Los acontecimientos recientes, si se observan conjuntamente, dan lugar a una conexión que despierta multitud de especulaciones. Sin entrar directamente en ellas, el interrogante que queda en el aire es a qué se debe. Y aquí también son importantes sus protagonistas.
Los primeros son Luis Santamaría y José Manuel Villarejo. El miércoles de la semana pasada, durante la comisión de 'Kitchen' en el Congreso, el diputado del PP lanzó una pregunta al comisario jubilado sobre operaciones políticas que le había encargado el PSOE cuando estaba en el Gobierno. Inicialmente, enumeró varias que Villarejo había mencionado en ocasiones anteriores y le cuestionó: "¿Me dejo en el tintero alguna operación más que se me pueda escapar? O dicho de otro modo, ¿participó usted en alguna operación contra el PP siguiendo las instrucciones del PSOE?"
El excomisario respondió: "Creo recordar que había una serie de operaciones, como por ejemplo las relaciones que tenía el señor Rato con un banco que tuvo luego problemas. Creo recordar también que había un interés, no sé por qué, en destruir al señor Zaplana y se utilizó a un informador sirio, un confidente del CNI que no recuerdo ahora su nombre, para ver las fórmulas. También cuando el chivatazo del Faisán. En fin, hay 20.000".
El hecho de que el parlamentario popular diera pie a esta llamativa afirmación de Villarejo con la que cuestionó el origen del caso Erial y los famosos 'papeles del sirio', al igual que hace Zaplana, ha sido desde entonces muy comentada. Sobre todo al recordar su trayectoria. Director general cuando fue ministro de Trabajo, también ocupó el puesto de asesor. Pero, sobre todo, es un gran amigo personal.
A lo largo de todos estos años han seguido en permanente contacto, incluyendo su etapa en prisión. En multitud de ocasiones se les ha podido ver juntos en Madrid y en València. El Hotel Inglés es uno de sus puntos habituales de encuentro. En el partido, se encasilla a Santamaría como un defensor acérrimo de Zaplana, a quien profesa absoluta lealtad. "Parece que tenga voto de obediencia", reflexionan algunos.
El aludido no niega su relación con él ni tampoco la esconde. "Sí, es un gran amigo", señala. Pero se desvincula de las declaraciones de Villarejo y de que existiera un interés en que las pronunciara.
Resulta innegable, sin embargo, que lo ocurrido va en total línea con lo que quiere el exministro y ya ha sido usado por él. Rápidamente presentó un escrito ante el juzgado de Instrucción número 8 de Valencia en el que pedía citar a declarar como testigo al excomisario tras sus palabras en el Congreso.
El movimiento, aunque posiblemente no tenga el resultado esperado –por el momento la jueza ha rechazado la mayoría de solicitudes de Zaplana–, apunta directamente en el mismo sentido que su estrategia de desmontar el origen de Erial. De acuerdo con el sumario, la Guardia Civil encontró una serie de papeles durante un registro de otro caso, el de Taula, en el despacho del abogado de Marcos Benavent en 2015.
En ellos se dibujaba una perfecta hoja de ruta sobre un presunto entramado liderado por Zaplana consistente en supuestas mordidas desde el Gobierno autonómico realizadas a través de la adjudicación de los contratos públicos del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana y de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV). Cantidades que salían al extranjero con el objetivo de retornarlas a España posteriormente.
Cuando los agentes le preguntaron a Benavent sobre el asunto, explicó, de acuerdo con el informe que elaboraron, que la documentación se la entregó sobre el año 2012 una persona de origen sirio colaborador del CNI que, a su vez, los había hallado en una antigua vivienda del exministro en la que él estuvo alquilado.
La rocambolesca historia siempre ha tratado de ser desmontada por Zaplana y ahora cuenta con dos testimonios de apoyo para ello. El primero, el de Villarejo a preguntas de Santamaría. El segundo, un nuevo peón en su partida: Benavent.
El exgerente de Imelsa –la empresa pública dependiente de la Diputación de Valencia– y hasta hace poco principal confidente de la justicia en el caso Taula reapareció este miércoles en los juzgados para desdecirse de todo lo manifestado durante siete años, intentar dinamitar la causa y defender a Zaplana en una investigación, como es Erial, que en nada le afecta.
El autodenominado como 'yonki del dinero' había pedido declarar voluntariamente ante el juez titular de Instrucción 18 de Valencia después de cambiar recientemente de abogado y virar en su estrategia judicial. Su nuevo letrado ha pedido, entre otras cosas y tal como reveló Valencia Plaza, la nulidad del registro del despacho del anterior. Aquel, efectivamente, en el que –además de multitud de documentación relacionada con Taula– se encontraron los 'papeles del sirio' que propiciaron el comienzo de la investigación contra Zaplana.
Pero lo llamativas fueron las palabras de Benavent. "Allí tenía toda la documentación con la que se ha armado el montaje contra Zaplana", apuntó. A lo que añadió que acudió a declarar al juzgado "incluso sin dormir, sin saber adónde iba ni de qué forma y presionado". Se refería, así, al día que compareció en Erial, el de la detención de Zaplana en mayo de 2018, después de que lo hiciera el ciudadano sirio. Allí relató la historia de los papeles sin mencionar ilegalidad en el registro.
Sus manifestaciones y su estrategia tratan de beneficiar de lleno al exministro. La cuestión es por qué y cómo se ha llegado hasta este punto. Las piezas de Taula en las que declaró –los 'zombies' de Imelsa y Ciegsa y el supuesto amaño del servicio de atención telefónica de la Diputación– ya van camino del juicio oral. Esto quiere decir que todos los escritos de defensa se plantean como cuestión previa de cara al juicio. El único tema del que Benavent habló y que todavía se encuentra en fase de instrucción es el relativo a Zaplana. De forma que, en este momento procesal, es al que más beneficia (al margen de que muchas de las afirmaciones, sobre todo las de que las grabaciones a dirigentes del PP fueron manipuladas, también puedan indiscutiblemente servir a los principales acusados en Taula, como Alfonso Rus).
Lo curioso de ello es que el exgerente de Imelsa no tiene una historia de trayectoria política vinculada al exministro, por lo que su voluntad de colaboración parece ser reciente. Hay quien marca como momento relevante el pasado mayo, cuando la defensa de Zaplana ya pidió al juzgado que Benavent declarara sobre los 'papeles del sirio'. Tanto el 'yonki del dinero' como su entonces abogado no tenían pensado negarse si así se les requería puesto que siempre han acudido donde se les ha llamado, pero la jueza lo rechazó.
A partir de ahí, y aunque nadie se atreva a concretar de qué forma exacta –si, tal vez, por un inicio de contactos– los últimos acontecimientos se aceleran. Algunas fuentes apuntan a que la decisión de cambiar de letrado por parte de Benavent se debe al descontento con las primeras peticiones de prisión de la Fiscalía Anticorrupción por las altas penas. Otras lo niegan tajantemente. Lo cierto es que en verano algo se empieza a mover que deriva en que a finales de septiembre el exgerente de Imelsa comunique que tiene nuevo abogado, dé un vuelco a su estrategia y en ella entre defender a Zaplana –lo cual nunca había hecho antes– en lo que se interpreta como una suerte de pacto. El exministro pedirá, al igual que con Villarejo, que comparezca en su causa.
El que también fuera presidente de la Generalitat no sólo cuenta con estos apoyos. A nivel judicial, los principales acusados de Erial –con alguna excepción–, personas de su confianza en el momento de los hechos que se les imputan, se han adherido a bastantes escritos de defensa de su abogado en lo que supone una actuación conjunta. Una estrategia totalmente legítima, común en ciertas causas, pero que también ha sido comentada.
Ahora bien, las consecuencias de todo lo ocurrido en Taula y Erial son para los investigadores muy limitadas porque creen que no dejan coja la acusación. Algunas fuentes se muestran sorprendidas por el hecho de que Benavent ni siquiera expresara nada en su beneficio en la declaración ante el juez y hablara de cosas que nada tenían que ver con las piezas en la que está procesado, mientras sí lo hizo a favor de Zaplana.
Además, argumentan que los autos se encuentran totalmente motivados y el derecho de las defensas está garantizado. También que el famoso registro en el despacho del abogado fue regular y que en los 'papeles del sirio' figuraban las sociedades matriz del entramado, pero después toda la investigación está sustentada en multitud de nuevas pruebas.
Las consecuencias de todo lo ocurrido en Taula y Erial son para los investigadores muy limitadas porque creen que no van a tener consecuencias reales ni dejan coja la acusación
Sobre la posibilidad de nulidad, se mueven dos teorías. De un lado, la de la doctrina de "los frutos del árbol envenenado" que sostiene que cualquier prueba que de alguna manera esté relacionada con una prueba nula debe también considerarse así. Es decir, nula la prueba, nulo todo todo el proceso. El ejemplo paradigmático que siempre se menciona es el caso Naseiro, en el que el Tribunal Supremo declaró nulas las escuchas.
De otro lado, la de la desconexión de antijuridicidad. Jurisprudencia posterior del Constitucional considera que recabar una prueba que se acaba declarando ilegal no tiene por qué invalidar necesariamente todo el resto de la investigación. Así, en el peor de los escenarios en el que o las grabaciones de Benavent o el registro acabaran siendo nulos, de acuerdo con esta teoría no tendrían por qué caer Taula y Erial. Las probabilidades de que este escenario se diera, sin embargo, son muy bajas para los investigadores.