Hoy es 14 de octubre
VALÈNCIA. La candidatura del Partido Popular al Ayuntamiento de València es novedosa respecto a la que se presentó en 2015. La candidata a alcaldesa, María José Català, ha elegido como su su mano derecha, de 'número dos', a María José Ferrer San Segundo (València, 1962), ambas compañeras de bancada de Les Corts Valencianes en la última legislatura. Doctora en Derecho por la Universitat de València, Ferrer se introdujo en la política hace apenas cuatro años, cuando formó parte de la candidatura popular al parlamento valenciano. Antes, allá por 1986, se había presentado como candidata a diputada del Congreso por el Partido Reformista Democrático.
En Les Corts ha llevado asuntos relacionados con Justicia, y ahora se enfrenta a una etapa nueva en el Ayuntamiento de València. Aspira a conseguir que el PP gane en los comicios y mantenga el liderazgo en el centro-derecha valenciano. Sobre Ciudadanos, opina que "no ha marcado muchos goles" en el consistorio en los últimos cuatro años, y apela al voto útil -aunque no le gusta llamarlo así- para frenar a la alianza de izquierdas. Sobre cuestiones de gestión, comenta que "nadie puede decir que el PP está contra la bici", y defiende que es viable la bajada de impuestos propuesta por su partido porque el consistorio tiene superávit. Aboga por "fomentar la colaboración público-privada allí donde sea posible" y entiende el desatasco de las licencias de actividad y obra como una herramienta para mejorar los ingresos. Y preguntada por el Cabanyal, propone una suerte de 'tercera vía' que respete el patrimonio.
- En el panorama actual, el PP necesitaría el apoyo de Vox. ¿Le incomoda? ¿Preferiría no necesitarlo?
- Lógicamente. Preferiría que el PP no necesitara a otros para implementar su programa de gobierno. Y preferiría más a dos que a tres, y a tres que a cuatro.
- Creo que no me he explicado bien. ¿Le incomoda el discurso de Vox?
- Si quisiera estar en Vox, estaría en Vox y no en el PP. No tengo ningún complejo de ser una persona moderada. Si eso es ser cobarde, para mí es tener sentido común. Soy liberal y sensible, lo he sido toda la vida. Respeto lo que puedan pensar los demás. Hay encuestas que dicen que algunos grupos podrían no entrar en el Ayuntamiento al no alcanzar el 5%, como Vox o Unidas Podemos. Lógicamente, el PP desea convencer a la gente de que su proyecto es el mejor y su candidata es la más solvente. Aspiramos a tener una mayoría suficiente para gobernar solos. Pedro Sánchez ha estado gobernando sólo con 84 diputados.
- No parece que eso sea posible de ahora en adelante.
- Políticamente podrían verse las cosas. Depende de los resultados electorales y las diferencias entre cada partido. Si tenemos que gobernar con algún socio, me gustaría tener mayor representatividad para tener más fuerza. Por eso pido a la gente de centro-derecha que vote por este proyecto porque es el más sólido para echar al tripartito. No pasa nada por decirlo. Ellos decían que querían echar al PP. Espero que la gente vote a un proyecto potente capaz de competir con Joan Ribó y Compromís. En el Senado, se difundió ese 1+1+1 que ha hecho que el PSOE tenga mayoría absoluta. Todos esos votos a Vox, con 0 senadores, y a Ciudadanos, con 4 senadores, se han perdido, no desde el punto de vista democrático, pero sí desde el punto de vista de la efectividad política. Si quieres que vuelva a gobernar el centro-derecha, tienes que votar a la fuerza más potente.
- ¿Qué les diferencia de otras fuerzas de derecha como Ciudadanos?
- Yo creo que la propaganda de otros se la han de hacer ellos. Pero yo llevo cuatro años en Las Cortes y he visto la labor que ha hecho el PP y la que han hechoellos, con todo el respeto a los diputados de Cs. Veo también que Cs lleva cuatro años en el Ayuntamiento y muchos goles no ha marcado. Nosotros no salimos de debajo de las piedras, tenemos una trayectoria. Ciudadanos, por ejemplo, votó a favor de subir el IBI a los locales. María José Català, que lleva apenas 60 días, ha tenido más presencia, más propuestas y más determinación que Cs en cuatro años. Lo digo con todo el respeto, pero es la realidad. Lo he visto en Las Cortes: son un partido muy cambiante. Se acostaron socialdemócratas y se levantaron liberales, han votado en contra de nuestra propuesta pidiendo la prisión permanente revisable, piden aplicar el artículo 155 con cuatro senadores pero condicionaron al PP y le dijeron que lo apoyarían sólo si convocaba elecciones. Ellos han pactado con Pedro Sánchez; ahora dicen que jamás lo harían presidente. Nosotros somos más predecibles y seguros.
María José Catalá, a pesar de sus 38 años de edad, es una persona con mucha experiencia de gestión. Nadie dice que lo haya hecho mal como alcaldesa de Torrent, ni como consellera de Educación, ni como portavoz adjunta en Las Cortes Valencianas. Sabe lo que quiere y cómo hacerlo. A los valencianos, les damos más seguridad, fiabilidad y solvencia, además de tener un perfil moderado y proactivo.
- ¿Por qué cree que en las últimas elecciones el Partido Popular perdió la confianza de muchos votantes? ¿Se puede recuperar?
- Yo creo que hay que analizar las cosas y hacer autocrítica. Hay un fraccionamiento en el centro-derecha. Si divides un espacio, no te sale lo mismo si lo haces entre dos, que si lo haces entre tres o entre cuatro. Le pasó al PSOE y nadie dijo que lo liquidaran. Y ahora Sánchez es presidente del Gobierno. Por otro lado, afrontar la crisis obligó a adoptar medidas duras, y muchas veces la gente apreció menos la cantidad de puestos de trabajo que se crearon por nuestra gestión y que se habían perdido en los tiempos socialistas -lo que ha pasado cada vez que han gobernado-, que algunas medidas que se adoptaron. Eso nos ha penalizado. Lógicamente, los casos de corrupción nos han afectado, aunque también los han tenido otros partidos, singularmente el PSOE en Andalucía. Al final, a nosotros nos penaliza más: la vara de medir es muy distinta. Son personas que han hecho mucho daño a la gente del partido, a voluntarios y a tantos que a cambio de nada está trabajando en las sedes día tras día. Aunque también hay que decir que para conseguir los tres escaños que hubiéramos necesitado en las autonómicas, faltaron 4.000 votos. Eso mucha gente no lo sabe.
- Es optimista, entonces.
- Soy optimista porque el recuerdo de las anteriores elecciones le ha enseñado a la gente algo: hay votos que han sido menos decisivos que otros. Yo sé que hay gente que va a volver al PP, y no sólo del centro-derecha.
- Quizá también porque en las municipales se vota a la persona.
- Al final votas a los grupos de personas y a los proyectos. Creo que hay ganas de cambio y lo conseguiremos.
- Entrando en terreno de gestión, han anunciado que van a revertir los carriles bici más conflictivos. ¿Continuarán extendiendo la red de carriles bici?
- El Partido Popular es el que creó en 2013 el Plan de Movilidad. Antes trajo el Valenbisi a València con notable éxito. Nadie puede decir que el PP está contra la bici. Lo que decimos es que el tripartito ha ejecutado el Plan de forma problemática, sin sentido común y atentando contra los derechos del peatón. Hay que revertir algunos. Por ejemplo, el de Reino de Valencia, donde se ha hecho uno muy amplio eliminando el carril bus. El problema no es el carril bici: podían haber optado por otra alternativa como una ciclocalle. No se puede permitir que el bus tenga que compartir una sola vía con particulares, bomberos y ambulancias. Es un peligro para la movilidad y congestiona el tráfico. Nosotros no haremos ninguna actuación sin contar con los informes favorables de bomberos y la Policía.
Además de eso, el Plan de Movilidad no era sólo de carril bici, era un plan de movilidad integral. Es necesario dar alternativas, aumentar la frecuencia de paso de la EMT, no eliminar lineas estratégicas que conectan zonas como hospitales, como La Fe, o las universidades. Además, hay que recuperar la posibilidad de aparcar en el carril bus. Hay que hacerlo todo a la vez. La EMT ha dispuesto de 10 millones de euros más y, sin embargo, tiene muchas más quejas que nunca. Nosotros proponemos los parkings disuasiorios. Hay mucha gente que viene del área metropolitana en coche. Queremos colocar estos aparcamientos para que la gente deje sus coches y cojan el transporte público. Pero claro, debe haber autobuses con frecuencias que no te hagan llegar tarde a los sitios.
- Proponen reducir el IBI y otros impuestos. ¿Cómo se conjuga esto con el gasto? ¿Va a haber algún tipo de reducción en el gasto público?
- El tripartito de La Nau ha dejado sin ejecutar en muchos casos la mitad del presupuesto. Eso ha creado un superávit. Y nosotros queremos que eso se ejecute o que vaya al bolsillo de los valencianos.
- Entiendo que ustedes querrán ejecutar más también.
- Sí. Pero hay una parte de la que se puede disponer porque no se ha hecho uso de ella. El tripartito ha incrementado el IBI a los establecimientos, entre los que hay 1.500 comercios y 750 oficinas. Son autónomos, pequeñas empresas que tienen que levantar su persiana cada día. Si tienes superávit, ¿qué necesidad tienes de incrementar los impuestos? Hay que recordar que Ciudadanos votó a favor. Nuestra propuesta es reducir el IBI a todos los inmuebles, sean de uso residencial o comercial, porque se puede. También proponemos bonificaciones del 50% a las pymes y autónomos que generen empleo, a aquellos que empleen energías renovables, etcétera.
Algo muy interesante es bonificar el 95% a las herencias y transferencias patrimoniales, porque hay muchos comercios pequeños que necesitan un relevo generacional. No puedes gravar esa transmisión que pretende continuar con el comercio familiar. También queremos dar subvenciones directas y bonificaciones fiscales a aquellas personas en paro que estén decididas a volver al mercado laboral.
- Estamos hablando de bajar los impuestos y aumentar el gasto. ¿Es viable?
- Se puede hacer porque el tripartito no ha gastado el 50% de su presupuesto. Pero además tenemos planes de racionalización y de mejora de la gestión. La innovación debe llegar a todas las áreas del Ayuntamiento. Si mejoramos la gestión, podemos mejorar los ingresos. Hay un atasco muy grande en las licencias de actividad o de obra. Las licencias están paralizadas alrededor de un año de media. Nuestra candidata ya lo hizo en el Ayuntamiento de Torrent, y se ha comprometido a tramitar todas las licencias de actividad o de obra en una media de 30 días o, en caso de que sean más complejas, 60 o 90 días. Si haces eso, generas más actividad económica y generas más ingresos, además de atraer inversión. La inversión durante estos años ha sido retráctil y ha tenido miedo ante la paralización de proyectos. Debemos racionalizar el gasto y dinamizar la actividad privada.
- ¿A qué se refieren exactamente con racionalizar el gasto?
- Hay muchos procedimientos que pasan por siete ventanillas. Nosotros estableceremos una ventanilla única empresarial para facilitar abrir comercios o impulsar las actividades. Así simplificamos los procesos, interviene menos personal y está liberado para otro tipo de actuaciones. Al final, consigues un ahorro y beneficias al ciudadano porque recibe los servicios antes. Eso es importante.
- ¿Tienen algún plan de adelgazamiento de la administración? Por ejemplo, en lo referente al sector público municipal.
- Lo que vamos a hacer es establecer una estructura racional, con sentido común y prudencia. En el tripartito, cada partido ha gestionado áreas distintas, que han funcionado a veces como reinos de taifas, en ocasiones enfrentados entre sí. Se han separado áreas sin sentido. No tiene sentido que Innovación no esté con Emprendimiento, o Movilidad con Seguridad. Al final hay una relación evidente. Además, tendremos que estudiar seriamente cuáles son las realidades que se pueden modificar. Sería poco prudente empezar a liquidar cosas antes de estar ahí; tenemos que ver primero la estructura general para llegar a lo particular.
- Compromís y València en Comú han propuesto la creación de nuevas empresas públicas o mixtas para energía o vivienda. ¿Están a favor de impulsar sociedades públicas?
- Nosotros, en la Generalitat Valenciana y a causa de la crisis económica, tuvimos que cerrar empresas públicas. Ahora, el gobierno de la Generalitat ha vuelto a crear nuevas empresas, lo que supone cientos de millones de euros. Algunas cosas son necesarias y otras no. Nuestro ADN es fomentar la colaboración público-privada allí donde sea posible, como en la construcción de vivienda social. Hay muchos asuntos de servicios sociales que atienden organizaciones sociales u ONG que menos mal que están. Hemos visto todos colas en la calle Quart de personas pidiendo alimentos. Eso sí, Ribó nombra a directores generales de administración y se va a Nueva York a teorizar cuando el problema lo tiene aquí.
No somos partidarios de crear empresas públicas porque sí. Lo cual no quiere decir que podamos analizar aquellas que sean útiles y aquellas en las que una colaboración público-privada sea buena para el Ayuntamiento porque suponga menor coste, y para los ciudadanos porque les dé los servicios más ágilmente. Siempre con los controles que tiene que haber.
- Este mandato se ha intentado empezar a rehabilitar el Cabanyal, pero parece que parte del vecindario no está satisfecho del todo. ¿Cuál cree el PP que es la solución para este barrio?
- El Cabanyal es una parte esencial de nuestra tierra. Hay que recordar que el proyecto inicial de abrir València al mar de los años 80 fue de los socialistas. Dejaron una patata sin resolver. Los vecinos están en todo su derecho de estar cabreados, y más después de estos cuatro años porque los que venían a salvarles, no lo han hecho, sino todo lo contrario. Derogaron todo lo que había hecho el PP en lugar de hacer alguna modificación que podría haber agilizado el proceso. El nuevo plan se está tramitando muy lentamente y no tiene el consenso de los vecinos, y se ha producido una mayor degradación del barrio.
El Cabanyal requiere menos prejuicios y menos enfrentamientos políticos como los han tenido en el tripartito. Hay que ver el Cabanyal de forma integral. No hay que reaizar sólo cuestiones urbanísticas, sino también sociales, médicas, de convivencia, de seguridad, culturales, y de rehabilitación. Nosotros hemos propuesto acompañar al proyecto urbanístico de un pack de medidas integrales para regenerar el barrio, fomentar la actividad y que la gente vaya a vivir allí porque hay buenos servicios en la zona.
Vistos los problemas que ha generado, a lo mejor hay que pensar una vía alternativa por la que València llegue al mar, revisando las rotondas problemáticas y el plan del tripartito. La propuesta necesita un consenso y no podemos hacerlo hasta que estemos en el gobierno. Queremos esponjar la salida al mar mediante otras vías como el cauce o buscar otra alternativa. Pero lo primero es hacer una intervención positiva de preocuparnos por el vecindario, y no como un instrumento de contienda política, que es lo que ha sido para el tripartito. Ha sido una muestra de su ineficacia y de la decepción que han generado.
- ¿Se desecha la idea de prolongar la Avenida de Blasco Ibáñez?
- Hay unas iniciativas urbanísticas que están en marcha. Y nosotros no vamos a llegar con la piqueta jurídica como han llegado ellos. Vamos a analizar y consensuar. Tenemos un talante flexible y junto a esa intervención social, podemos pensar entre todos un nuevo plan para abrir València al mar, pero que sea una salida esponjada que pueda estar alineada con la conservación del patrimonio. En la vida siempre hay un mínimo común múltiplo. Hay que tener pensamiento lateral y no descartar de modo prejuicioso.
- Se han introducido restricciones restricciones a los apartamentos turísticos en el Cabanyal y en Ciutat Vella. ¿Son beneficiosas o no? ¿Plantean otras medidas?
- El tripartito ha estado cuatro años y no ha hecho en nada en cuanto a una regulación integral de la cuestión. No quiere decir que tenga que ser igual en todos los barrios, pero sí que lo haces a la vez. Hacerlo en pequeños apuntes en planes especiales no deja de ser un pegote, un intento de resolverlo de forma rápida sin resolverlo. No lo han hecho de forma acertada porque en Ciutat Vella no resuelve el problema. Además, suspenden los usos hoteleros justo después de que la empresa que les ha comprado la sede [al PSPV] pide la licencia. Es curioso y además es una figura rara.
Hay dos cuestiones. Los propietarios que no están dados de alta ni registrados, no pueden ser iguales que aquellos que sí lo están. Además, es un dinero que no se ingresa. Y por otro lado nos encontramos con los problemas de convivencia, que se pueden resolver con instrumentos judiciales en las comunidades de propietarios. Pensamos que se debe incrementar la inspección.
- ¿Están de acuerdo con restricciones como fijar un máximo de pisos turísticos?
- Hay que conjugar la competencia, la convivencia y la seguridad jurídica. Y dentro de eso, obviamente, hay que hacer restricciones. No pueden ser igual en todos los barrios pero hay que hacer una regulación integral. Si pones restricciones en un barrio, trasladas el turismo al barrio de al lado y no resuelves nada. Sí que tiene que haber regulación, la tenían que haber hecho ya y escuchar a los implicados.