VALENCIA. Los mercados financieros del planeta siguen en plena convulsión ante las dudas -cada vez más acrecentadas- de una ralentización del ritmo económico con China en el punto de mira.
Los daños colaterales están pasando factura sobre los pequeños inversores, que ven como sus ahorros en bolsa están mermando considerablemente en las últimas semanas. Incluso los que tienen algún fondo de inversión, que el mes pasado sucumbieron ante la negativa conyutura al restar patrimonio, partícipes y rentabilidad, según los datos de Inverco recogidos por este diario.
Y todo ello con el petróleo cayendo a niveles nunca vistos y a menos de un mes de la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) donde el mercado espera que Mario Draghi vuelva a tirar de artillería pesada. A todas estas cuestiones, y alguna más, ha respondido Sasha Evers, director general de BNY Mellon -The Bank of New York Mellon Corporation- en España y Portugal.
-¿Vamos encaminados hacia la recesión mundial o se trata de una ralentización del ritmo económico?
-No prevemos una recesión mundial durante 2016, aunque en los dos últimos meses se han incrementado ligeramente las posibilidades de que esto suceda. En nuestra opinión estamos asistiendo a una crisis de crecimiento, pero no evolucionará en una recesión mundial.
-¿Qué le diría a un ciudadano de a pie que no entiende cómo se dice que las bolsas están bajando por culpa del descenso continuado del petróleo si ello significa pagar menos por los carburantes?
-Es cierto que una caída de los precios del petróleo debería beneficiar a determinados sectores, concretamente a los sectores del consumo y las empresas con costes de adquisición de petróleo significativos. No obstante, la velocidad de la caída de los precios del petróleo y los niveles tan bajos en los que este se encuentra en la actualidad originan riesgos sistémicos para los países -especialmente los países del mercado emergente- dependientes de las exportaciones de petróleo, y es probable que esto derive en impagos dentro del sector energético y petrolífero que posiblemente tengan un impacto en el mercado de alta rentabilidad y en el sector financiero.
-Yellen dejó la puerta abierta a que no habrá muchas subidas de tipos en EE UU y Draghi prepara más artillería para la próxima reunión de marzo, ¿cómo se explica entonces que el euro se esté revalorizando frente al dólar?
-Una parte de la fortaleza del dólar frente al euro se debía a las expectativas de tipos de interés más altos en EE UU frente a la zona Euro. Al haberse apagado los ecos que predecían una subida de tipos de interés en EE UU, habida cuenta de la ralentización del crecimiento mundial y las cifras económicas relativamente por debajo de lo esperado en este país, el tipo de cambio dólar/euro se ha visto afectado. Asimismo, los inversores han venido utilizando el euro como moneda de financiación y así, mientras los mercados han sufrido pérdidas, algunos de estos inversores han vendido sus posiciones de riesgo en monedas distintas al euro, repatriándolas a euros, lo que ha contribuido a un fortalecimiento del euro.
-Por cierto, ¿qué medidas debería adoptar el BCE en esa reunión para calmar los mercados?
-No creemos que calmar los mercados sea la función de los bancos centrales. Los bancos centrales tienen objetivos diferentes. En el caso del BCE, su objetivo es alcanzar una meta de inflación del 2%. Al haberse apartado de alguna manera de este objetivo, existiría una garantía de que se aplicasen medidas de política monetaria heterodoxas, aunque con las divisiones internas que existen en el seno del BCE será difícil que Mario Draghi actúe con la agresividad que le gustaría.
¿Qué fondos de inversión recomendaría a todos aquellos que quieran asumir más riesgo ante los simbólicos tipos de interés actuales?
-En un contexto como el que vivimos actualmente consideramos que es una buena idea ser precavido. Existen varios riesgos macroeconómicos como son la ralentización del crecimiento chino, los efectos de los bajos precios del petróleo para los productores de petróleo de países del mercado emergente, las menores expectativas de dividendos en EE UU y la falta de liquidez de los mercados de crédito. Los fondos multiactivos como el fondo BNY Mellon Global Real Return EUR ofrecen a sus clientes diversificación -renta variable, renta fija gubernamental, crédito, efectivo, materias primas...-, una activa asignación de activos que permite sacar provecho de las inestabilidades en los precios de los activos y una cobertura activa destinada a proteger tácticamente a los clientes contra los riesgos de un mercado a la baja.
-¿Qué retos se ha marcado BNY Mellon en España este año?
-Creemos que la volatilidad del mercado a la que estamos asistiendo al inicio del año será probablemente un factor determinante durante 2016. Esto hace que el contexto resulte más difícil para los gestores de activos que el de 2015. No obstante esperamos que exista una demanda de fondos de rentabilidad absoluta y fondos multiactivos defensivos como BNY Mellon Global Real Return EUR, los cuales pueden potencialmente proteger el capital en condiciones de mercado difíciles. Considerando nuestra sólida oferta dentro de este espacio, esperamos unos buenos resultados en 2016 por lo que se refiere al crecimiento de los activos.