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¿dE DÓNDE VENIMOS? ¿QUIÉNES SOMOS?

‘Tecún Umán’, una reflexión teatralizada sobre los orígenes y la biculturalidad

Hasta el próximo domingo 2 de octubre la Compañía L’Estepària aloja en l’Associació Cultural Vivons 30 al guerrero guatemalteco Tecún Umán. Sobre el escenario se lleva a cabo una lucha emocional de Alexander Lemus en el que investiga sobre sus orígenes a través del monólogo y la performance

27/09/2022 - 

VALÈNCIA. Aunque las antiguas leyendas dicen que el guerrero Tecún Umán falleció allá por el año 1524… no están en lo cierto. Su legado, o al menos el emocional, sigue vivo gracias a la obra que lleva su nombre en Russafa Escènica. Hasta el próximo domingo 2 de octubre l’Associació Cultural Vivons 30 se convierte en el escenario de batalla por los recuerdos y los orígenes. Una lucha por la idea de comprender el mundo a través de “la tierra, el hogar y el cuerpo” que se ve guiada constantemente por las emociones, en palabras de su director Alexander Lemus: “La búsqueda al final es un tanto triste, al final es difícil encontrar una identidad. ¿Qué es ser español o guatemalteco? Al final es todo una reducción de símbolos para quedarnos con una parte muy pequeña de la cultura de ese país”.

El actor y director Alexander Lemus se divide entre valenciano y guatemalteco. ¿A cuál de esos dos orígenes le debe más pertenencia? ¿cómo de importante es conocer el yo interior para saber de donde venimos en este mundo?. Para hallar la respuesta a estas preguntas Lemus investiga la figura del guerrero que lleva el mismo nombre que la obra: Tecún Umán, el último mandatorio y gran guerrero K’iché de Guatemala. De ese guerrero en la vida de Lemus quedaba tan solo una pequeña madera en el salón de su casa con ese tallado del perfil del héroe, que ahora le hace reflexionar sobre los orígenes a través de un recuerdo material que le evoca a conocer sus orígenes:“La historia surge como un proceso de búsqueda identitaria y de la idea de “matar al padre” en un sentido identitario. En la obra se ve un funeral de Tecún Umán que a su vez es como si fuera el de mi padre, yo intento averiguar como abrazar mi identidad guatemalteca sin necesitarlo a él”.

Con motivo de expresar todo esto con la calidez que merece la historia se emplean sobre el escenario todo tipo de recursos que recurren a la evocación directa de la naturaleza, tal y como lo explica Reyes Pe, encargada de la escenografía: “Toda la obra está cargada de un trabajo muy intenso sobre la colorimetría, que se mueve constantemente en la pantonera azul, por la bandera guatemalteca. Sobre las formas cabe destacar que hay mucho objeto “encontrado” y muchos de ellos son muy cotidianos, y muy familiares”, explica la artista, “a través de la asociación de materiales y el por qué se contempla la historia de su infancia”. Hasta el mínimo detalle de la moqueta azul sobre el que sitúa Lemus o el orden de colocación de dos marcos fotográficos puede suponer un todo sobre el escenario en este caso, en el que todo está estudiado para acompañar de forma útil a su protagonista en “la gran búsqueda”.

Plumas, flores y parafernalia en pantone azul

En esta búsqueda de la identidad Lemus, a través de sus raíces, intenta buscar de donde viene realmente su padre, quien tenía colgado en el salón ese retablo de Tecún Umán con la talla de su perfil. De esa forma llega inevitablemente a la a historia del colonialismo, que se entrelaza con una búsqueda que se entrelaza con los símbolos culturales de un país y su historia: “Mi padre no me contó prácticamente nada de Guatemala, tuve que averiguar todo a través de fotografías y explorando en los orígenes”. Para conformar todo esto es clave la fase de investigación, en la que Lemus explica que le costó muchísimo encontrar una bibliografía real sobre el guerrero: “Fue fundamental hablar con personas de Guatemala que vivieran allí, el proceso fue complejo y en cierto modo evidenciaba la poca importancia que se le ha dado en muchos aspectos”.

Para guiar todo ello libros como el Popol Vuh, también conocido como el Libro del Consejo en la cultura maya, supone un enlace extraordinario sobre el concepto de la natura y el asocie con los humanos, con motivo de contar su historia: “Hablamos mucho de la naturaleza y la conexión con nosotros mismos, es una parte muy importante de la obra. También lo es la visión del pueblo K’iché, que su mismo nombre indica que se trata de una tierra de muchos árboles”. Al final la pregunta que se pone sobre la mesa es: ¿Qué significa ser de alguna parte?, y más importante aún… ¿Realmente es tan clave conocer esa respuesta? Sobre el escenario está Lemus a solas, con su historia entrelazada y su reflexión sobre los indígenas, los mitos K’iché y rodeado de mucho azul, madera, plumas y sentimientos que conforman una historia en retroceso en la que encontrarse con su yo guatemalteco sin tener que ir guiado por las manos de su padre.

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