MADRID. La invasión de Ucrania por parte de Rusia puso de manifiesto la importancia de considerar los riesgos geopolíticos en la gestión de activos. La semana pasada, tras los acontecimientos en Oriente Medio, observamos cómo los precios del petróleo experimentaron un vaivén significativo. Justo antes de que se perpetraran los atentados terroristas, el barril de Brent caía desde sus máximos en el año de 96 dólares/barril (usd/b) hasta 84 usd/b, pero inmediatamente después escalaban un 7% hasta los actuales 90 usd/b.
En estos momentos, nos encontramos en vísperas de una posible invasión terrestre de Gaza, lo que aumenta el riesgo de una escalada en la tensión que podría extenderse a otras regiones; particularmente a Irán, un país que busca ser un actor político relevante en la región y controla el estrecho de Ormuz, a través del cual se transporta aproximadamente un tercio del petróleo mundial.
Además, unas hipotéticas sanciones al país reducirían la oferta de petróleo en un mercado ya deficitario. Estas tensiones podrían alejar a los bancos centrales de sus objetivos de inflación establecidos, lo que podría obligar a alguna subida adicional de las tasas de interés. Todo ello en un momento en el que el consenso daba por sentado que habíamos alcanzado el punto máximo, y ya se empezaban a descontar próximas bajadas de tipos en primavera de 2024.
Precisamente, el pasado jueves se publicaron en Estados Unidos los datos de inflación correspondientes al mes de septiembre. Mientras que la inflación general se mantuvo en el mismo nivel que el mes anterior, en un +3,7%, y solo una décima más alto de lo que se esperaba, la tasa subyacente se situó en +4,1%, dos décimas por debajo del dato anterior. A pesar de que la inflación parece moderarse, con algunos datos como el precio de los coches usados descendiendo respecto al mes anterior, va a ser complicado que se mantenga el ritmo de caídas de los índices de precios a partir de ahora.
La caída del precio del combustible ha sido el que más ha contribuido a lo largo del año en la moderación del alza de precios general, pero como hemos comentado, la escalada de tensión en Oriente Medio puede hacer que el precio del petróleo siga subiendo, sobre todo si hay intervención de terceros países.
En el contexto inmediatamente anterior a este conflicto, el mercado descontaba que no habría subidas adicionales de tipos de interés, pero estaremos muy atentos a cómo evolucionan los mercados y a que decisiones se toman en las próximas reuniones tanto de la Reserva Federal americana (FED) como del Banco Central Europeo (FED).
Esta semana ha dado comienzo la temporada de resultados empresariales del tercer trimestre, con los grandes bancos estadounidenses a la cabeza, que han presentado cifras bastante positivas. Precisamente, en un contexto de incertidumbre económica, tasas de interés elevadas, confianza del consumidor moderada y tensiones geopolíticas derivadas del conflicto entre Israel y Hamás, las expectativas empresariales son mixtas.
Se espera que el tercer trimestre registre una caída interanual de los beneficios del 0,3%, lo que supondría el cuarto trimestre consecutivo de descenso. Este descenso previsto para el tercer trimestre sería el menor de esta serie de cuatro trimestres, lo que hace albergar cierta esperanza en que el tercer trimestre de 2023 represente el punto más bajo de la caída de los beneficios.
Equipo de Análisis de Portocolom AV