Manifestación en Camporrobles bajo el lema 'Tren sí'. Foto: Plataforma "Tren a Camporrobles"VALÈNCIA. Cuando los habitantes de Camporrobles vieron partir el tren el 7 de septiembre de 2021, no se podían imaginar que sería el último. Los vecinos y vecinas de este municipio valenciano buscan recuperar la plataforma ferroviaria que se les arrebató hace ya 20 meses y que los unía a Utiel y Cuenca. Así pues, el día 7 de cada mes, tienen una cita fija para reivindicar su regreso, para conseguir que alguien les dé una solución.
De una manera creativa, organizan manifestaciones originales que ilustran su disconformidad con la decisión del Gobierno. Una acampada en la estación, una cremà fallera reivindicativa, una pancarta gigante y un funeral por la ‘muerte’ del recorrido son tan solo algunas de las iniciativas en las que han participado tanto la corporación municipal como el colectivo vecinal durante este tiempo.
Intentan hacer ver que el desmantelamiento implica mucho más que una pérdida de transporte. La despoblación es una amenaza en nuestro país; muchas personas se desplazan a las grandes ciudades con el objetivo de encontrar mejores oportunidades y disfrutar de las ventajas que ofrecen. En esta localidad de 1.200 habitantes son conscientes de esa realidad y hacen todo lo posible por no convertirse en un ‘pueblo fantasma’.
La borrasca Filomena, que llegó a España en enero del año pasado, marcó el inicio de esta historia. Las fuertes nevadas -especialmente en la zona central de la península- supusieron la paralización de muchos servicios por seguridad. Poco a poco, todo volvió a la normalidad, pero en algunas regiones ya era demasiado tarde: la línea que conectaba Utiel y Cuenca desapareció tras la identificación de daños en 65 puntos del trayecto. Con el cierre, Camporrobles -situado entre ambos lugares- se aisló, y perdió en consecuencia su conexión con València.
Se caía así uno de los pilares que conformaban la histórica línea Utiel-Cuenca-Aranjuez (Madrid), un recorrido con 139 años de historia que unía a pasajeros de las tres provincias. Pero esto no fue suficiente; el gran desplome del ferrocarril convencional se produjo con la supresión del trayecto entre Cuenca y Aranjuez el pasado mes de julio.
"La falta de rentabilidad económica y social" ha sido el motivo con el cual el Ministerio de Transportes ha justificado la resolución. La alcaldesa de Camporrobles, Inmaculada Alemany, critica que el conjunto de la vía no haya recibido inversiones en los últimos 30 años. Según explica, la ausencia de apoyo económico ha sido decisiva, puesto que, al no haberse realizado un mantenimiento adecuado, la reparación del trazado supone un coste millonario que el Gobierno ha optado por no asumir pese a los fondos europeos Next Generation EU, a los que considera una oportunidad.
De momento, la única alternativa disponible es un servicio de autobuses que lleva activo desde abril de 2021. El Plan X Cuenca ofrece transporte público a los habitantes perjudicados, pero, según declara Alemany, no es suficiente. Aunque en un principio el horario era más flexible, ahora solo salen autobuses a Utiel a las 13:30 horas y a las 21:00 horas. Una vez allí, se coge un tren en dirección a València, por lo que el viaje a la capital supera las dos horas y media y es imposible llegar por la mañana.
"Tengo fotografías de vecinos a 35 grados sentados en el suelo, muertos de calor, esperando al autobús. Cuando está lloviendo, no hay una marquesina que los proteja; están a la intemperie. Además, el firme de la carretera está fatal. Cuando llega invierno, muchas noches estamos bajo cero y se forman placas de hielo", expresa con impotencia.
La movilización para revertir el panorama se ha dado a nivel local, nacional e internacional. Así pues, según informa Inmaculada Alemany, se han presentado alegaciones en plazo, se ha solicitado que la línea ferroviaria del tramo entre Utiel y Aranjuez sea declarada Bien de Interés Cultural, están a la espera de una reunión con el Ministerio de Transportes y se ha llevado la cuestión a la Comisión de Transportes de la Unión Europea.
La población se enteró del cierre definitivo a través del jefe de estación, mientras que el Ayuntamiento se ha mantenido informado de la evolución gracias a las preguntas de Carles Mulet, portavoz de Compromís, en el Senado. De esta manera, ambos colectivos lamentan que no haya habido una comunicación directa y sienten que se les ha dado la espalda. También por parte de Renfe, que ha prohibido llevar a cabo algunas manifestaciones -como la pintada de las traviesas- y ha enviado a la Guardia Civil en varias ocasiones, tal y como afirman.
Esta situación, lejos de desanimar a la ciudadanía, ha provocado una unión que ha sorprendido a los mismos habitantes, quienes no esperaban que tantas personas se uniesen a la causa. A través de redes sociales, difunden su labor para que llegue a todas partes.
Una de las vecinas que forma parte del movimiento, María Ángeles Berlanga, afirma: "Estoy súper orgullosa de mi pueblo porque se nos está oyendo. Yo, sinceramente, creo que no van a volver a poner el tren porque en Cuenca ya se han empezado a llevar las vías, pero no vamos a dejar de luchar. Yo sé que estoy luchando contra una pared, pero me da igual, hasta el final vamos a estar ahí".
Ahora, la única opción en la que sí tienen esperanzas es conseguir que la línea C-3 de Cercanías -que empieza en València y finaliza en Utiel- pueda ampliar su ruta. "Somos València, no somos Cuenca. ¿Por qué no llega Cercanías a Camporrobles? Son solo 20 kilómetros más y ese tramo lo podrían arreglar", defiende María Ángeles Berlanga. Por su parte, la alcaldesa de la localidad propone un servicio a demanda: "Somos el último pueblo que tiene parada de tren en la Comunitat y yo creo que debemos ser Cercanías. Incluso se podría hacer a demanda, igual que las personas solicitan la parada para el autobús y, si no, continúa de largo, pues esto es lo mismo. Si por las mañanas hay una demanda de usuarios que quieren desplazarse, simplemente hay que comunicarlo".
Tal y como ha confirmado Adif a este periódico, la ampliación de una línea Cercanías es de obligación de servicio público, por lo que la responsabilidad recae sobre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Mientras que el resto del país disfruta del nuevo abono de tren gratis hasta el 31 de diciembre, otros municipios protestan para traer de vuelta el servicio. Luchan por escapar de la España vacía y por tener las mismas oportunidades que el resto. Un camino largo que pone de manifiesto la importancia de no abandonar a los pueblos, que, a pesar de contar con un censo reducido, unen todas sus fuerzas para ser escuchados y conseguir vertebrar el territorio.
