Foto: Ajuntament de VilamarxantVALÈNCIA. De los 10.000 habitantes de Vilamarxant, más de 3.000 residen en una vivienda irregular. Ante esta problemática que afecta a un tercio de la población, el Ayuntamiento ha puesto en marcha cinco planes de Minimización del Impacto Territorial con el objetivo de legalizar los diseminados construidos en suelo no urbanizable.
Según afirma el concejal de Urbanismo del municipio, Héctor Troyano, Vilamarxant es una de las localidades con mayor porcentaje de viviendas fuera de regulación de toda la Comunitat. Estas se construyeron hace décadas sin los permisos necesarios en un contexto en el que la normativa era menos estricta. Por eso, el Ayuntamiento quiere dar a los vecinos y vecinas una "seguridad jurídica presente y futura", así como reducir el impacto negativo que las edificaciones tienen en el entorno rural.
Se basa en la guía propuesta por la Generalitat, que especifica que podrán acceder a un plan de minimización aquellas viviendas construidas en terreno no urbanizable antes del 20 de agosto de 2014, año de aprobación de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje. Las obras suponen una aportación de servicios básicos, como la mejora de caminos, abastecimiento de agua potable, sistema de recogida de residuos, alumbrado, medidas frente a las inundaciones y prevención de incendios forestales; respetando las condiciones de la zona en la que se va a operar.
En esta población de Camp de Túria, el Consistorio ha adoptado un espíritu pionero que destaca entre el resto, pues ya se han elaborado cuatro proyectos y van en camino de impulsar el quinto. "A la hora de redactarlos, hemos priorizado las zonas que, por su ubicación, tendrían más fácil poder acceder a los servicios urbanos. Por ejemplo, las que están pegadas a otras urbanizaciones, al casco urbano o al polígono", explica el concejal. Además, cuanto más aislada esté el área escogida, mayor será el coste que deban pagar los vecinos por beneficiarse de los suministros.
Qué ventajas conlleva la iniciativa, si influye en la mejora del estilo de vida y cuál es el proceso que se debe seguir son algunas de las dudas que pasan por la mente de la ciudadanía, que todavía tiene mucho desconocimiento. Aunque hasta hace poco era un tema lejano y, tal vez, impensable, ahora encuentran obstáculos en su día a día que les hacen replantearse su situación. "Tienen bastante interés. Ha empezado a afectar en cosas particulares y les ha empezado a picar la curiosidad", expresa Héctor Troyano.
"Muchos vecinos que tienen sus viviendas fuera de regulación nos preguntan si pueden ponerse placas solares. La Conselleria ha vinculado la instalación de placas solares en suelo no urbanizable a estar dentro de un proceso de minimización y, si no, no te deja. En una cosa tan sencilla, se están dando cuenta de que es importante. A día de hoy es la única vía para legalizar sus domicilios", añade.
La problemática es mayor si se tienen en cuenta las normas de la UE: "Una directriz europea pone fecha de caducidad a los pozos ciegos y la mayoría tienen. Ahora, con la concienciación en sostenibilidad, se sabe que los vertidos de aguas fecales afectan a los acuíferos subterráneos. Si la prórroga de la directriz acaba y nos obligan a quitarlos, sería un caos porque, si no se someten a minimización, estarán fuera de regulación y tendrán que hacer frente a lo que eso conlleve", apunta.
Por ello, el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña de información que acerque a la población a esta realidad, disipando su incertidumbre e informando desde la veracidad, haciendo uso de la responsabilidad política para solucionar la cuestión que afecta a tantas personas. Asimismo, han querido matizar que la minimización no implica la transformación en suelo urbano; la edificación seguirá sustentándose en suelo rústico -hecho que supone limitaciones- pero de forma legal.
Héctor Troyano insiste en la importancia de que administraciones locales y autonómicas adopten un rol activo: "La Generalitat tendría que replantearse el hacer la minimización mucho más sencilla y atractiva para que los vecinos de verdad tuviesen claro que quieren hacerlo para su beneficio. La gente está receptiva, pero cuando se les explica todo les falta un ‘plus’ para decir ‘estamos convencidos’. Creo que es una tarea que la Conselleria tiene pendiente", subraya.
En este largo camino, el Ayuntamiento tiene claro cuál es su propósito: servir como ejemplo a otros municipios que tengan una situación similar, de manera que puedan verse reflejados y seguir las pautas marcadas por Vilamarxant, una localidad que busca ser referente en políticas de regularización para proteger a la ciudadanía.
