VALÈNCIA. Nueva disputa familiar en el seno de la familia Calabuig Gimeno, propietaria del holding Fomento Urbano de Castellón (Fucsa), al que pertenecen el grupo de ciclo integral del agua Global Omnium y la inmobiliaria Costa Bellver, entre otros negocios.
El contencioso entre Quique Calabuig y sus cuatro hermanos, a cuenta de una demanda por su participación en la empresa Aguas de Valencia, se había cerrado con el acuerdo, firmado a finales de 2018, por el que Fucsa compró al primero su participación del 12% en el holding por 39,5 millones de euros. Sin embargo, el fallecimiento de la madre de los Calabuig tres meses después llevó a que, tras el reparto de la herencia, Quique Calabuig volviera a ser accionista de Fucsa con un 7,04%.
En estas circunstancias, la inmobiliaria castellonense Costa Bellver, controlada al 100% por Fucsa y que tiene como administrador único a Eugenio Calabuig -quien también es administrador único de Fucsa-, convocó el día de Nochebuena de 2019 una junta general de accionistas que no tuvo el espíritu navideño propio de esa fecha. En ella se aprobó la venta, por un precio de 10,3 millones de euros, de cinco parcelas -que suman 56.835,75 metros cuadrados- titularidad de Costa Bellver a una sociedad de nueva creación cuyo capital social estaría distribuido en partes iguales entre Eugenio, Celia, Mecedes y Pedro, es decir, los cuatro hermanos de Quique Calabuig, que controlan el 90,46% de Fucsa.
Quique Calabuig recurrió ante el juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón dichos acuerdos al considerar que eran lesivos para sus intereses y beneficiosos para sus hermanos y el juez le ha dado la razón. Según la sentencia, la operación "representa una vía encubierta de despatrimonialización injustificada de la sociedad con el único objetivo de excluir del proyecto urbanizador al socio demandante". Por ello, declara nulos los acuerdos en este sentido tomados el día de Nochebuena de 2019.
El juez argumenta que "resulta muy difícil no percibir un interés exclusivo del administrador y de los socios mayoritarios de Fucsa que le acompañan en el proyecto inmobiliario de la sociedad de nueva creación", teniendo en cuenta tres factores:
En primer lugar, "que la sociedad destinataria de los bienes va a estar administrada por el administrador de Fucsa y participada exclusivamente por los socios mayoritarios de esta, con exclusión, fundamentalmente, del demandante".
En segundo lugar, "el 'timing' de la operación", ya que "se pone en marcha poco después tanto de haberse cancelado con fondos de Fucsa la deuda hipotecaria que gravaba las fincas de Costa Bellver en favor del Sareb (septiembre de 2019), como de la reincorporación del socio demandante al accionariado de Fucsa".
Y en tercer lugar, "que el conflicto no se agota con la transmisión, sino que la sociedad de destino va a desarrollar en los próximos años una actividad que puede generar un constante conflicto de lealtades del administrador (y de los socios que le acompañan que tienen el control indirecto de Costa Bellver) entre el proyecto a desarrollar por la nueva sociedad y el que pudiera emprender la propia Costa Bellver con la parte de los terrenos que mantiene, hasta el punto de que exista el riesgo de que los mayoritarios de Fucsa y su administrador, bien se otorguen preferencia a la ejecución del proyecto propio frente al de Costa Bellver para el caso en el que ambos se desarrollen simultáneamente, bien decidan dilatar la explotación de los otros terrenos de Costa Bellver, tanto para no hacer la competencia al que emprenden con la nueva sociedad, como porque pudieran considerar satisfecho su apetito inmobiliario o deseo de actuar en el sector con el segundo proyecto".
Cabe decir que Eugenio Calabuig se abstuvo en la votación, dado que es administrador único de Fucsa y de Costa Bellver y lo sería de la sociedad que iba a comprar las parcelas. La junta de accionistas de Costa Bellver aprobó para él la "dispensa" de la obligación legal de no competir con la sociedad de la que es administrador (según el artículo 230 de la Ley de Sociedades de Capital), pero el juez anula también esta dispensa al considerar que es parte de la operación de "despatrimonialización injustificada de la sociedad" en perjuicio de Quique Calabuig.
Costa Bellver es una inmobiliaria creada en 1988 para gestionar terrenos situados en el entorno de Torre Bellver, espacio situado junto a la zona conocida como Les Platgetes de Bellver, al sur de Oropesa del Mar, junto a Benicàssim.
En 2009, en plena crisis inmobiliaria y bancaria, la sociedad Costa Bellver fue objeto de una operación inmobiliaria entre Fucsa, Banco de Valencia y Bancaja que fue llevada a los tribunales por la Fiscalía, por Caixabank y el Frob -herederos de Banco de Valencia y Bancaja, respectivamente- y por la asociación de pequeños accionistas del Banco de Valencia (Apabankval).
La operación consistió en la compra por parte de los Calabuig del 50% de Costa Bellver que poseía la familia Bordils y su inmediata venta a Agval -sociedad participada al 50% por Fucsa y Banco de Valencia- y Bancaja por un precio casi tres veces superior al que habían pagado. Los Calabuig habrían obtenido con ello unos 90 millones de euros en plusvalías.
El caso Costa Bellver acabó en juicio oral en la Audiencia Nacional contra los cinco hermanos Calabuig Gimeno y varios exresponsables de Banco de Valencia y Bancaja. La Audiencia Nacional absolvió a todos los acusados después de que Caixabank y el Frob retiraran la acusación tras llegar a un acuerdo económico con los Calabuig. El juez consideró probado "un claro enriquecimiento" de Fucsa y los hermanos Calabuig pero no que hubiera pruebas suficientes de que las entidades financieras hubieran sufrido un perjuicio.
Costa Bellver acabó siendo al 100% de Fucsa años después, ya que en 2016 el holding familiar compró a Bankia, por un millón de euros, las acciones por las que Bancaja le había pagado 65 millones siete años antes. En cuanto a las acciones de Costa Bellver que había comprado Agval -formada por Fucsa y Banco de Valencia al 50%-, el grupo de los Calabuig también se hizo con ellas al comprarle el 50% de Agval a Caixabank, que había absorbido el Banco de Valencia.