VALÈNCIA. Hay un nuevo horizonte para el cine Metropol, cuyo edificio puede acabar sobreviviendo a la destrucción a la que parecía condenada desde que hace ya unos tres años sus propietarios solicitaran su derribo para sustituirlo por un hotel. Las instituciones, por contra, parecen decididas a protegerlo: este lunes, el Ayuntamiento de València, y concretamente el área de Cultura que dirige Gloria Tello, anunció que solicitará informes técnicos tanto al Consell Valencià de Cultura y a la Real Academia de San Carlos para cargarse de razones.
Se enmarca en la misma línea de la intención manifestada por la Conselleria de Calidad Democrática, dirigida por Rosa Pérez Garijo, de proteger el que es uno de los restos del art decó valenciano, sito en la calle Hernán Cortés, en el centro de València. Su planteamiento pasa por incluirla en el catálogo de protección contemplado en la Ley de Memoria Democrática, tal como publicó eldiario.es. Una determinación que ya en 2018 proponía la plataforma Salvem el Metropol en un decálogo de argumentos para el mantenimiento de esta finca.
La vicealcaldesa de la ciudad y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, aseguró que se trata de "una buena noticia" que la administración autonómica acuda a la mencionada normativa, que es "la mayor oportunidad y la mayor esperanza para proteger el Metropol". Según explicó Gómez, el anterior mandato "ya se solicitó" que se explorara esta vía, y aunque no ha recibido respuesta formal, la edil celebró que la Conselleria haya iniciado los trámites en la línea planteada por el consistorio.
Un entusiasmo que no emanaba con tal intensidad el pasado mandato desde la misma delegación, entonces dirigida por el concejal Vicent Sarrià, quien sostenía, en base a un informe independiente y otro encargado a la Conselleria de Cultura, que este edificio no tiene "ningún tipo de valor destacable para su protección". Es decir, que patrimonialmente carecía de interés, se dijo en su momento, para que gozara de una especial protección, y que por ello tampoco podía considerarse un Bien de Relevancia Local (BRL) como pedían asociaciones como Salvem el Metropol o la Fundación Goerlich. Las conclusiones del documento, según explicaban en la delegación entonces, estaban "muy justificadas" a lo largo del texto.
Además, el concejal aseguraba hace apenas dos años que el edificio "nunca" había estado protegido, ni en el PGOU, ni en el Plan del Ensanche de 2005, y que "ninguna institución, asociación o colectivo había pedido hasta ahora su protección, ni siquiera la propia Fundación (Goerlich)". También sostuvo a este respecto que no es posible "legislar retroactivamente porque los propietarios tienen unos derechos adquiridos" y ya habían pedido una licencia, todavía en trámite.
Algo que, sin embargo, no constituía rémora para que el edil manifestara la "voluntad explícita" del consistorio por mantener elementos de memoria histórica de la fachada. Una postura que, para los colectivos defensores del edificio, era excesivamente ambigua y manifiestamente tibia. Incluso llegó a generar alguna disensión interna en el equipo de gobierno, conformado por Compromís, PSPV y València en Comú entonces.
Ahora, aquella falta de determinación que denunciaban vecinos y plataformas sociales parece haberse disipado y Ayuntamiento y Generalitat se encomiendan a la Ley de Memoria Democrática, aprobada hace más de dos años, para aplicar una protección patrimonial en base su reconocimiento como 'lugar de memoria democrática' por el papel que protagonizó el enclave durante la II República, cuando fue embargado por el Comité Ejecutivo de Espectáculos Públicos en València (CEEP) para ser empleado como edificio gubernamental. Es más, es el último edificio gubernamental de aquella época que sigue intacto, según el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural.
El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, aseguró este lunes, junto a Gómez, que la intención del consistorio es proteger la fachada pero se requieren "herramientas jurídicas para poder protegerla", por lo que instó a los propietarios del edificio que proyectan un establecimiento hotelero en el inmueble para que acceda a mantener la fachada dado que es "el camino más rápido para que se pueda hacer un hotel".
"Nosotros estamos de acuerdo en que haya una instalación hotelera pero queremos proteger la fachada y buscamos soluciones desde un punto de vista legal", insistió. Se trataría, sin embargo, de una suerte de parche para el movimiento vecinal que ha defendido durante los últimos años la consideración de BRL para el Metropol.