VALÈNCIA. Es poco habitual mirar bajo nuestros pies, y en ocasiones es la urbe subterránea la que merece parte de la atención de vecinos y gobernantes. En las últimas semanas, el cierre temporal de algunas playas de València por el hallazgo de bacterias ha devuelto la mirada precisamente allí abajo, a la red de saneamiento y de colectores de la capital del Túria. La situación de deterioro de estas infraestructuras preocupa y mucho al consistorio. Es por ello que ya se están explorando fórmulas para acometer importantes inversiones en su renovación.
Una de las vías que se vislumbran como posibles en el gobierno municipal es la revisión de la tasa de alcantarillado para cubrir parte de estas actuaciones. Según ha podido saber este diario, la Concejalía de Hacienda que dirige Ramón Vilar y la del Ciclo Integral del Agua, encabezada por Elisa Valía, preparan un estudio financiero para hacer frente a este programa, en el cual se contemplará un "ajuste" de este gravamen.
La inversión total que precisa la renovación integral de la red de saneamiento se ha cifrado en 160 millones de euros. El anterior edil del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, ya avanzó que se están ultimando las negociaciones con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que financie con un crédito la mitad del montante. Ahora bien, las conversaciones parecen no haber concluido todavía.
El BEI no suele prestar más del 50% de los fondos necesarios para la ejecución de los proyectos. Se trata de una institución financiera cuyos accionistas son los Estados miembro de la UE, si bien su función no es conceder financiación general a las estructuras estatales en sí, sino a proyectos concretos y habitualmente mediante tipos de interés favorables para los solicitantes.
Fuentes municipales explican que se tratará de una operación financiera a largo plazo, de unos 20 o 25 años y que será este estudio elaborado por las concejalías anteriormente mencionadas el que determinará cómo afronta el Ayuntamiento la petición de este crédito y las inversiones a realizar. Sobre la revisión de la tasa de alcantarillado, rehúsan hablar explícitamente de una subida: todo dependerá de lo que concluya el informe financiero en cuestión, apuntan.
La inversión se centrará, concretan en el gobierno municipal, en la mejora de la práctica totalidad de los grandes colectores, e incluye también los depósitos pluviales y los depósitos anticontaminación, así como la desconexión de pozos del freático de la red de colectores y su utilización para la red de riego y baldeo. Asimismo, se actuará también en el reciclaje y la reutilización del agua depurada. Y por otra parte, se buscarán otras vías de financiación para actuaciones como la desinfección y la depuración terciaria, donde se contempla el acceso al Fondo Europeo de Desarrollo Regional, los llamados fondos Feder.
Los técnicos del Ayuntamiento han valorado las actuaciones más urgentes a realizar en 30 millones de euros. El Pleno del Ayuntamiento aprobó precisamente el pasado mes de julio un crédito extraordinario de 2,3 millones de euros para "cubrir parcialmente las necesidades urgentes de renovación de colectores", una cantidad a todas luces insuficiente y que requerirá de un mayor esfuerzo por parte del consistorio. El impulso que ahora el equipo de gobierno quiere dar a estas inversiones va mucho más allá, hasta los 160 millones de euros.
La preocupación del consistorio está cargada de razones teniendo en cuenta las reiteradas advertencias que los técnicos municipales han hecho al gobierno municipal por la falta de inversión en el cuidado de las infraestructuras de saneamiento. Así, tal y como publicó Valencia Plaza, en enero dos técnicos del Ayuntamiento remitieron un informe al equipo de Gobierno presidido por Joan Ribó en el que alertaban sobre la necesidad de "acometer la desconexión de colectores a las acequias, ya que el vertido de aguas residuales a canales de riego puede suponer imputaciones penales para el consistorio, lo que requiere disponer de crédito adicional".
En dicho informe, se constataba que el presupuesto para mantenimiento y conservación de colectores era "insuficiente", por lo que se advertía de "previsibles daños medioambientales e higiénico-sanitarios a la población". Los funcionarios municipales manifestaban que no podían "asumir la responsabilidad técnica que deriva de un crédito que no alcanza los mínimos necesarios para atender razonablemente esta competencia", en referencia al saneamiento y alcantarillado municipal.
Este importante toque de atención era el último de una serie de informes técnicos que ponían en sobreaviso al gobierno municipal. Ya en 2017 advertían de "previsibles daños medioambientales e higiénico-sanitarios a la población" en "numerosos barrios y distritos" de la ciudad con alcantarillado no renovado en los que se habían hecho actuaciones concretas pero no un tratamiento integral. En 2018 añadían a dicha advertencia el riesgo de "incurrir en una posible causa de impugnación" del presupuesto por no recoger los créditos necesarios para atender las "competencias obligatorias" de saneamiento.