VALÈNCIA (EFE). La alcaldesa de València, María José Catalá, ha anunciado que el próximo 1 de octubre se incorporarán a la plantilla de la Policía Local 57 agentes mientras que antes de finalizar el año habrá 150 más.
En el primer pleno extraordinario convocado por la actual corporación para debatir el estado de la ciudad, Catalá ha indicado que València pasará de una plantilla de 1.906 agentes a una de 2.007 policías.
"Queremos continuar con ese salto cualitativo en materia de personal", ha sostenido pero ha advertido que "no será fácil si el Gobierno no elimina la tasa de reposición" porque de no hacerlo tendrán "un problema muy grave en materia de personal y todo el esfuerzo que hemos hecho durante este último años se verá mermado por las jubilaciones".
Ha explicado que van a seguir desplegando actividad policial por los barrios como y hicieron en Orriols "contra la ocupación ilegal e instalando cámaras que mejoran la seguridad de la zona" o en las Casitas rosas donde se ha destinado 300.000 euros "para eliminar un punto de degradación, insalubridad y desde luego de menudeo".
Igualmente, ha anunciado la instalación de trece videocámaras fijas de seguridad en la playa de la Malvarrosa, cinco en la Avenida de la Malvarrosa y once en Forn d'Alcedo y un proyecto para la instalación paulatina de cámaras de seguridad en el centro de la ciudad.
También está prevista la creación de un subretén de la Policía Local en Benimàmet y la finalización del proyecto de la comisaría de Malilla para su licitación y adjudicación.
Por otro lado, ha anunciado 16 vehículos nuevos para los bomberos: dos nuevas escaleras, de 32 y 42 metros, tres bombas urbanas pesadas, dos bombas nodrizas, dos vehículos eléctricos y seis híbridos y una furgón de apoyo.
También se finalizará la primera fase de los cañones antiincendios en el Saler con la instalación de tres cañones más.
En materia de seguridad vial, ha anunciado la semaforización de los carriles bici de mayor tránsito, un proyecto piloto para instalar semáforos con detección de peatones que suban y bajen del autobús, creación de pasos para peatones en los carriles bici para que accedan a los contenedores de residuos y la eliminación de puntos negros de accidentalidad como la glorieta ubicada en la intersección de Blasco Ibáñez.