VALÈNCIA. No ha sido posible. La negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la compañía Lladró finalizó este lunes con el rechazo de los trabajadores de una de las cuatro empresas del grupo empresarial, la comercial Lladró SA, a la propuesta acordada entre sindicatos y dirección, por lo que la decisión final está ahora en manos de la mercantil.
El pasado dos de abril, la firma de porcelanas planteó un ERE que afectaba a 81 trabajadores en las cuatro empresas del grupo. Desde entonces, se abrió un periodo de consultas entre la dirección y los sindicatos con el objetivo de negociar la propuesta. Fue en esas asambleas cuando se acordó reducir a 76 el número de afectados, es decir, cinco menos que en la propuesta inicial: 34 trabajadores en Porcelanas LLadró SA (Porsa), 29 en Lladró SA, ocho en Daisa y cinco en Arte y Porcelanas.
Asimismo, durante las negociaciones, en las empresas de Porsa y Arte y Porcelanas se pactaron 38 prejubilaciones voluntarias de nacidos entre 1957 y 1960, de entre 59 y 62 años. Para estos empleados el acuerdo contempla una indemnización de 20 días por año trabajado (con un tope de 12 mensualidades), más un plus de acompañamiento de 24 mensualidades de convenio especial con la Seguridad Social. Ambas firmas suscribieron el acuerdo.
En cambio, en Lladró SA y Daisa se acordó reducir de 32 a 29 los despidos en el primer caso, y de 10 a 8 en el segundo, en este último con una indemnización de 25 días por año, con un tope de 12 mensualidades, ya que los trabajadores afectados son más jóvenes.
No obstante, en la asamblea de este pasado lunes, desde Lladró SA se rechazó la propuesta que sí apoyó Daisa. Por tanto, los sindicatos negociadores (UGT, CSIF y USO) firmarán sin consenso el ERE cuya aplicación se prevé para finales de mayo.
Desde la dirección de la compañía, en manos del grupo inversor PHI Industrial desde enero de 2017, señalaron que "en un entorno en el que resulta imprescindible aumentar la competitividad aplicando las medidas necesarias para procurar un crecimiento sostenible a largo plazo, los acuerdos alcanzados son un paso adelante en el plan de reposicionamiento y de mejora emprendido por la marca".
El grupo empresarial explicó que esta decisión respondía "a causas tanto económicas como productivas". "La sostenibilidad a largo plazo de la compañía exige ajustar los recursos a su tamaño de negocio actual y esperado para los próximos años, con el objetivo de garantizar la viabilidad futura de la empresa", señalaron.
Este nuevo ajuste seguirá complementándose con el expediente de regulación temporal de empleo iniciado a finales de 2018 y con la adopción de medidas que proporcionen viabilidad económica al grupo Lladró que asegura que "seguirá apostando por garantizar la continuidad de la mayor parte de la plantilla y la sostenibilidad a largo plazo de la empresa".