VALÈNCIA. Cualquier protesta tiene mucho que ver con lo cuantitativo. Sin ruido, no puede darse un asunto por bien reivindicado. Por esta razón, cerca de 2.000 profesores interinos están agrupándose en varias plataformas alternativas con el fin de afrontar un plazo que estrecha mucho sus márgenes para acreditar los conocimientos de valenciano que les permitirán seguir dando clase el próximo curso.
El próximo 25 de julio a las 10 de la mañana se publicarán las listas de adjudicación de puestos interinos y quienes no lo hayan presentado sufrirán un apagón en las bolsas de trabajo hasta que aprueben el examen equivalente al C1 (antes Mitjà) y lo puedan demostrar. En los planes originales de Conselleria, a partir del día 1 de septiembre, quienes no contaran con este título iban a ser expulsados sin más consideraciones.
Con la aprobación de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, en 1983, el valenciano se extendió en las plantillas de Primaria. En 2002, un nuevo decreto estableció que el conocimiento "adecuado" de la lengua propia sería un requisito en los procesos de selección de docentes. Con la Orden 90/2013, se pretendía, en palabras del conseller Vicent Marçà, que "todo el alumnado cuente con el profesorado con la formación necesaria en valenciano para garantizar la calidad educativa".
"Si una riqueza tiene, ha tenido al menos hasta ahora, la Comunitat, es la diversidad lingüística del profesorado. Si querían que todos domináramos las dos lenguas cooficiales, ¿por qué no se nos ha proporcionado una formación en nuestros propios puestos de trabajo, adecuada y de calidad suficiente para poder superar las pruebas que una y otra vez suspendemos, simplemente porque nos hemos formado como hemos podido o tenido a bien cada uno?", se pregunta la docente Sonia Canay, que a finales de junio mantuvo una reunión con Joaquín Carrión, Director General de Centros y Personal Docente.
Este punto, el de la formación continua, es uno de los más criticados por los profesionales afectados, ya que, según los consultados por Valencia Plaza, las herramientas disponibles han sido inadecuadas. Para cuando decidan cambiarlas, lamentan, habrá culminado el proceso de adjudicaciones de destino para el próximo curso.
Carrión, quien en su currículum detalla un curso de Mitjà de 70 horas, pero no que esté en posesión del título que se exige a todos los profesores, aseguró que trasladaría las preocupaciones de los docentes al conseller, aunque poco se podía hacer ya, salvo cumplir la ley.
Muchos docentes aún no saben cómo manejará la Conselleria esta situación. Una de sus inquietudes es si será la Administración la que desactive a quienes no cumplan con el requisito lingüístico o si deberán ser los interesados. Atendiendo a la redacción de la Orden, si esta no se corrige con otra o con un acuerdo de la Mesa Sectorial, la única salida para este grupo numerosísimo de profesores es la expulsión de la bolsa.
En cuanto a las especialidades, más aún en las de FP, ven con preocupación que, una vez hecha la criba del valenciano, no haya suficientes profesionales que cumplan con el requisito.
Conselleria, en el caso de no disponer de la capacitación en valenciano o de que el interesado prevea no tenerla antes del 25, recomienda desactivarse. Si existiese algún error o el programa asignara un puesto, al no cumplir con las exigencias el docente sería excluido de la bolsa de trabajo.
Una de las portavoces de los nuevos grupos de interinos, la Plataforma del Professorat Interí Damnificat pel Requisit Lingüístic (PPIDRL), es Rosa Vielba y reconoce que muchos de sus compañeros están "dando cabezazos al aire". "Nuestra demanda es que no nos saquen de la bolsa. Algunos somos del 67, en esa época las clases de valenciano en EGB no existían y en FP se dio un curso que duró un año. Igual que lo dieron, dejaron de darlo", explica.
"Hemos aprendido el valenciano en escuelas de adultos y algunos hemos conseguido el elemental. Pero el Mitjà es más complicado. Desactivarnos de la bolsa es lo mismo que ir al paro", agrega Vielba.
Como muchos de sus compañeros en una situación similar, critica que el requisito afecte solo a los interinos ("eso es lo más gracioso"). "Ya se sabía que el requisito se impondría, se hizo una moratoria para dar tiempo a conseguirlo y ese tiempo termina ya. Este año ha habido oposiciones de profesores técnicos de FP, a las que no nos hemos podido presentar los que no tenemos el requisito. Antes daba puntos tenerlo para concursar; ahora, sin él, ya no puedes permanecer en la bolsa", lamenta.
¿Soluciones? También las tienen y ninguna es que el conseller Marzà (ni ningún otro) los salve del trámite de estudiar y aprobar el examen de lengua. "Pedimos otra moratoria con cursos presenciales. Los de ahora son online y necesitamos clases en las que se enseñe de verdad el valenciano, no a pasar un examen de la JQCV para posteriormente sacar la capacitació. Si trabajamos el la escuela pública, consideramos que la formación la tiene que dar quien la exige: en este caso, la conselleria de Educación. Ya nos dejó en el paro el PP y ahora Compromís. Lo más sangrante es que en algunas bolsas pequeñas no hay bastantes interinos para cubrir vacantes ni bajas del profesorado funcionario. Entonces se abren bolsas de urgencia", zanja la portavoz de la Plataforma del Professorat Interí Damnificat pel Requisit Lingüístic.