Un bocadito a Oriente Medio muy jugoso para el que no te hará falta ni un cubierto
La semana pasada Federal Café envió su primer delivery. En realidad, los responsables del restaurante situado junto al antiguo Hotel Astoria de València llevaban desde el confinamiento preparándose para este servicio.
Casablanca, Frank Sinatra, la camisa blanca y la empanada argentina de La Valentina. Hay diez sabores, pero yo me mantengo fiel a los clásicos
Quería despedirme a lo grande antes del cierre, pero uno de esos positivos que pasa rozándote me impidió salir de casa, así que pedí ramen y me alegró el día
La cucharada que más me hace falta en medio de este frío polar
La idea es tan sencilla que cómo narices puede ser que no existiese antes: una tortilla de patata babosa (¡babosa!), perfecta y con ingredientes de proximidad a domicilio
Es grande la ración, pero siempre quiero repetir
Aleluya. Eso exclamé cuando vi que una pizzería incluía en carta una pizza vegana
Un kilo de felicidad carnívora, una bomba disfrutona made by La Rodrigo
Aunque ahora las resacas sean más leves, estos huevos siguen siendo lo mejor para recomponerse
Masa jugosa, flores de colores, rábano, shiitake, salsa Hoisin y el calor de los fogones de Hu.
Valentín Sánchez Arrieta (Al Tun Tun y Valen & Cia) se ha sacado de la manga uno de los platazos del confinamiento: y te lo llevan a casa
Paco Gamir, otro cocinero prometedor al que seguirle la pista
Cada vez que voy miro por la ventana de la cocina y veo a Ronen en los fogones, una ventana a los sabores de Oriente Medio y a sus especias
Dame un palé de gyozas (empanadillas japonesas) como estas de Edu Espejo y dime tonto
Qué bien sienta reinventar a los clásicos si es para mejorarlos
Nací humana, pero quisiera ser cangrejo para meter las pinzas en la salsa del Latin Crab de Paraíso Travel
Que no todo en la vida van a ser guisantes lágrima y angulas, ¡viva el bocata!
Año y medio ya desde que fui a Tailandia, y había un requisito imprescindible en aquel viaje, probar el jackfruit...
En la tierra de las flores, de la luz y del arroz, la llanda empieza a hacerse un hueco en las cocinas